El hombre que fue Dios

Escribe: Carlos Arturo Moreno De la Rosa

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«De poco sirve defender doctrinas sublimes sobre Él si no caminamos tras sus pasos”

José Antonio Pagola

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No es que Jesús haya sido realmente Dios. Jesús, con sus actos, con su vida, con sus hechos, se hizo Dios.

Jesús hizo realidad el amor encarnado, el amor en la tierra, y eso precisamente es Dios. Algo similar sucede cuando los papás hacen realidad a “Santa Claus”; los niños creen en su existencia pero tiene que haber alguien que haga realidad el acto. Con Dios pasa lo mismo, el ser humano cree en Él pero es necesario que otros humanos hagan realidad en concreto lo que se cree en abstracto. La oración tendría que cambiar, no se trata de pedir a Dios, se trata de colaborar con Él. (A Dios orando y con el mazo dando).

Existe gente que por cuestiones de inseguridad manifiesta su intolerancia; personas que no son capaces de escuchar otro discurso en torno a Dios. No toleran y reaccionan con enojo cuando se les comunica la hipótesis de que Jesús de Nazaret era un loco, que no era Dios, que murió por revoltoso y otras interpretaciones más. Precisamente algún sector de dicha población (gente creyente) reacciona de una manera desmedida porque toca fibras sensibles, fibras superpuestas que no tienen un fundamento, un sustento, son endebles y ante el temor de la destrucción, no les queda otro remedio que reaccionar de manera violenta; no vaya a ser que el mito se destruya.

Con el transcurso del tiempo se ha perdido la esencia de la propuesta del Nazareno: Jesús es un manual de vida y no tanto un sujeto digno de adoración. La vida de Jesús es un “imperativo categórico” de cómo el ser humano debe de proceder en su vida, amando, viviendo con Justicia, optando por una vida digna y plena, sublimando, creando cultura y civilización.

Es muy frecuente distraerse con el mensajero para desatender el mensaje. Es más fácil ir a rezar, hincarse, ir a misa, comulgar, dar la paz en abstracto que comprometerse a una vida como la que llevó Jesús. Resulta más fácil adorar a Cristo que poner en práctica lo que él practicó hace ya más de dos mil años.

Me gusta pensar en ese “amén” que dicen los que creen cuando terminan alguna oración o una frase mística. Me gusta pensarlo y cambiar el acento de lugar, que en lugar de que ese “amén” fuera palabra aguda, fuera palabra grave: “amen”. Esa fue la enseñanza del Nazareno, sólo que fue más fácil cambiar el “amen” por el “amén”; cambiar el compromiso de amar por el ritual “amén” que sepultó la idea original.

 

Vientos de cambio

Escribe: Adolfo Huerta Alemán

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“Nos  enfrentamos  a  un  fenómeno  que la  jerarquía  católica  no  quiere  ver,  ni  aceptar:  la  no – transmisión   de la  fe  de  una  generación  a  otra”.

<<Bernard  Sesboüé  sacerdote  y  teólogo contemporáneo francés>>

 

Desde  la  llegada  del  Papa  Francisco  a  dirigir  la  Iglesia  católica,  han  circulado  por  las  redes  sociales,  pensamientos  y  noticias  que  supuestamente  ha  dicho  el  Buen Francisco,  a  lo  que  después  el  portal  del  Vaticano  las  ha  desmentido.

Haciendo  a  un  lado  el  efecto  mediático  que   puede  provocar  dichas “afirmaciones”  sean   ciertas,  o  sean  falsas,  en  el  fondo  descubrimos   una  <<sed  de  cambio>>  de  un  sector  de la  humanidad  y  que  en  más,  de  un  católico  se  respira ¿Se  avecina  un  cambio  de  paradigmas? El  mismo  evangelio  lo  es,  en  una  sociedad  que  se  derrumba  ante  la  corrupción  de  nuestros  políticos  y  una  economía  que  cada  vez  vela  menos  por  los  más  pobres.

Ante  este  panorama  me  surgen  inquietudes,  que  tenemos  la  obligación  de  hacernos  y  de  responder  también.

¿Qué  ministerios  necesita  la  Iglesia  de  hoy,  para  ser  la  Iglesia  del  mañana? ¿Por qué  se  sigue  teniendo  miedo  abrir  más  ministerios  a  las y  a  los  bautizados? ¿Por qué no abrir  el  sacerdocio  a la  mujer?

Nuestras  laicas  y  laicos  tienen  un  papel  efectivo  y  palpable  en  nuestra  Iglesia  católica.

No  podemos  negar  que  ellas  y  ellos,  son  los que  llevan  a  cabo  la  responsabilidad  pastoral  de nuestras  comunidades.

Si  queremos  ver  sobrevivir   a  la  Iglesia  en  el  día del  mañana ¿No  deberíamos  de  hablar  hoy  en  día  de <<ordenación para  el  ministerio  pastoral>> para  nuestras  bautizadas  y  bautizados?

No  es  noticia  nueva  ya,  hoy  en  día  que  no  bastan  los  presbíteros  para  todo  lo  que espera el  pueblo  de  Dios  de ellos  y que  no  se  alcanza  atender  a  la  población  designada  por  el  obispo  de  cada  diócesis.

Por  lo  tanto,  ¿qué  hacer  entonces  en  una  Iglesia  que  no  puede  prescindir  de la  eucaristía?

La  tarea  urgente  que  tenemos  ante  nosotros  es  hablar  y  abrir  en  nuestra  Iglesia  católica  la <<ordenación  para  el  ministerio  pastoral>> a  nuestras  laicas  y  laicos.

Es   triste  ver  como  nuestras  comunidades  cristianas,  cada  vez  se  debilitan  más,  por  la  falta  de  atención  pastoral.  Eso,  sin  mencionar  la  gran  falta  en  la  educación  de la  fe  de  los  feligreses,  muchas  y  muchos  de  ellos  tienen  una  fe  infantil,  o  que  se  quedó  con  lo  que  le  dieron  en  el  catecismo,  si  es  que  asistió.

Es  inevitable  hoy  en  día,  no  delegar  más  responsabilidades  a  las  y  a  los  feligreses,  ellos  mismos  forman  el  grueso  de  las  Iglesias.

No  olvidemos,  que  lo  esencial  es  llevar  a cabo  la  propuesta  de  Jesucristo,  que  es  el  Reino  de  Dios  y  su  justicia,  y  no  la  institucionalidad,  para  privilegiar  un  sector  de  la  jerarquía  católica,  no  nos  debe  de  preocupar  esto  último,  sino,  simplemente  seríamos <<Funcionarios  sacramentalistas>>  y  lo  que  deberíamos   y  estamos  llamados  a  ser  y  a  formar,  es  apóstoles  y  testigos  del  amor  de  Dios  y  de  su  evangelio.

Si  leemos  <<los  signos  de  los  tiempos>>  no  podemos  tapar  nuestros  ojos  ante  una  realidad  que  se  vive  en  nuestras  comunidades,  vemos   que  algo  ya  viejo  y  anticuado  está  muriendo  en  nuestra  Iglesia,  pero,  por  otro  lado  también  descubrimos  que  surge  germinaciones  nuevas, esto  nos  da  esperanza.  Esto  hay  que  ponerlo en  relación;  las  sombras   y  las  luces,  para  poder  comprender  la  mutación  que  vive  hoy   la  Iglesia,  en  este  nuevo  vislumbrar  de  siglo, aunque  más  de  uno,  no  le  interese  y  se  quede  cruzados  de  brazos,  no  podrán  detener  los  cambios  que  necesita  nuestra  Iglesia  católica  hoy.

No  olvidemos  que  el  ministerio  ordenado  y  la  comunidad  eclesial,  son  vías   de  comunicación  del  Reino  y  de  la  Misericordia  de  Dios,  no  son  el  fin  absoluto,  solamente  son  herramientas  que  fueron  creadas  para  comunicar   un  proyecto.  Por lo tanto,  estamos  llamadas  y  llamados,  para  abrirnos  y  aceptar  los  cambios  que  sean  necesarios,  para  llevar  a cabo la <<ordenación  para  el  ministerio  pastoral>>  a  más  bautizadas  y  bautizados.  En  la  práctica  diaria  de  nuestras  comunidades,  son  ellas  y  ellos,   los  que  forman  el  cuerpo  pastoral  y  son  los  que  dirigen   a  los  diferentes  grupos  apostólicos  y  los  diferentes  carismas  de  nuestras  parroquias.

No  se  trata  de  clericalizar  a la  laica  y  al  laico,  pues  esto  no  resuelva  nada  y  se  cometerían  los  mismos  errores  que  hemos  cometidos  nosotros,  la  tarea  es  abrir  más,  las  responsabilidades  y  delegar  a  las  y  a  los  bautizados  más  comprometidos  y  formados  en  la  fe.

Hago  eco,  a las mismas  palabras de  Jesús,  que  nos  recuerda  el  evangelio  San  Mateo 14, 27-:”¡Ánimo!  Que  soy  yo,  no   tengan  miedo”.  No  tengamos  miedo  a  dejar  los  esquemas  anticuados  y  viejas  formas  de  ser  Iglesia,  y  ¡Lancémonos  a  nuevas  formas  de  ser  Iglesia  en  nuestra  época  contemporánea!.

“La  palabra  de  la  Iglesia  sólo  será  creíble,  por  el  testimonio  de  sus  comunidades  y  por  la  calidad  de  su  acción”.

<<Bernard  Sesboüé>>

 

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Va por ti (Pueblo)

Escribe: Adolfo Huerta Alemán

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"Gente del maíz" de Javier López O. en artistasdelatierra.com

«Gente del maíz» de Javier López O. en artistasdelatierra.com

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A  Luis  Alberto  Zavala  Díaz

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“El  ciudadano  favorito  de  las  autoridades,  es  el  idiota,  o  sea,  quien  anuncia  con  fatuidad: yo  no  me  meto  en  la  política”.

<<Denise  Dresser  de  su   libro  En  el  país  de  uno  Ed. Aguilar 2011>>

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“Los  buenos  ciudadanos no nacen, se  hacen”.

<<Baruch  Spinoza>>

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Las  y  los  que  nos  encontramos  cada  semana  en  este  espacio,  los  que tratamos  de escribir  algo  y  compartirlo  con  todas – todos  ustedes,  hecho  que  estoy  muy  agradecido  que  se  den  el  tiempo  para  leernos  y  compartir  sus  comentarios,  en  una  sociedad  que no  deja  tiempo  para  alimentar  nuestra  trascendencia  y  más,  en  un  país  donde  casi  no  se  lee.

Este  espacio  alternativo  que  existe  gracias  a   todas  y  todos   sus  lectores,  ante  un  sin  fin  de  ofertas  espectaculares   y  por  demás  desinformativas.

Tratamos  de  dar  nuestro  punto  de  vista  ante  la  realidad  que  nos  presentan   los  que  se  han  adueñado  del  poder,  día  a  día  sin  tregua,   nos  maquillan  y  nos  dan  su  versión  de  “su  verdad”.

Prem  Dayal  nos  recuerda  que  hay  3  grupos  de  individuos   que  nos  echan   a  perder  la  existencia:  los   papás,  los  profesores  y  los  sacerdotes,  agregaría  los  políticos.

Nuestros  papás  hacen  su  mejor  esfuerzo  por  educarnos,  no  lo  hacen  con  malicia  y  mucho  menos  por  intereses  mezquinos, en su  mayoría  nos  dan  lo  que  mejor  les  parece  para  nuestro  bien.

Los profesores,  habrá   muchas  y  muchos  que  no  educan  a  pensar  libremente,  solamente  repiten  discursos  para  domesticarnos  y  conducirnos  bajo  intereses  que  ni  ellos  mismos  se  imaginan.

Los  sacerdotes  que  no  quieren  darse  cuenta  que  ya  han  dejado  de  ser  referencia  para   muchas  de  nuestras  familias,  cada  vez  se  van  quedando  solos  con  sus  dogmas  y  más,   si  siguen  fomentando  el  miedo  y  una  espiritualidad  infantil  supersticiosa  y nada  comprometida  con  la  realidad  que  vivimos.

Los   políticos ¿en qué  momento  se  echaron  a  perder  y  dejaron   de  representarnos?

Hoy  más que  nunca  es  necesario  mirarnos  con  honestidad,  nos  advierte  Denise  Dresser.

Estos  4  grupos de  individuos,  no  lo podemos  negar,  se  han  encargado  de  imponernos <<Jaulas  Mentales>> las cuales  nos  van  conduciendo  y  domesticando  a  su  antojo,  para  su   sistema  de  producción  deshumanizado.

Esas  jaulas  mentales  han  carcomido  nuestra  creatividad  y  nuestro  libre  pensar,  nos  han  hecho  creer  que  tu  personalidad  no importa  y  mucho  menos  tu  participación,  para  eso  están  ellos.

Ellos  son  los  que  saben,  los  que  guían,  los  que  tienen  una  solución,  ellos  son  los “elegidos”  por  lo tanto,  tú  no  hagas  nada,  sigue  viendo  televisión, ellos  lo  harán  por  ti.

A  lo  largo  de la  Historia,  el  pueblo que  lo  formamos   cada  una – uno  de  nosotros,  los  que  llegan  al  poder nos  han  marginado,  nos  ningunean,  nos  menosprecian,  nos  pisotean  y  hacen  lo  que  quieren   con  nosotros.

Eso  es,  porque  lo  hemos  permitido  y  somos  cómplices  de  este  sistema  que  alimentamos  día  con  día  con  nuestra   indiferencia  y  pasividad.

Hoy  somos  testigos,  del  cómo  se  cuestionan  las  viejas  instituciones,  que  antaño eran  intocables,   se les   pide  más  coherencia  y  son  revisadas  por  las  y  los  ciudadanos  de  a  pie.  Esas  instituciones que  antes  nadie  se  atrevía  a  pedirles  cuenta,  están  pasando  por  un  examen público,  están  siendo  llamadas  a  rendir  cuentas  claras,  nadie  se  va  a  escapar  del  escrutinio  del  pueblo,  nos  dice  Alejandro  Jodorowsky.

Esto  me  parece  muy  bueno,  aunque  habrá  instituciones  más  cuestionadas  que  otras,  por  su  papel  que  han  jugado  a  lo  largo  de la  Historia  de la  Humanidad.

Uno  de  esos  grupos,  con  el  paso  del  tiempo  han  perdido  mucha  credibilidad,  son  los  políticos  y  sus   partidos  políticos.  Estos  si  quieren  sobrevivir   tendrán  que  volver  a  su  esencia  y  demostrarlo  con  hechos.

No  te  pido  que  creas  todo  lo  que  pueda  escribir,  lo  que  diga  o  pueda  compartir  contigo,  pero  lo  que  si  te  puedo  pedir,  es  que  vivas  tu  experiencia,  que  despiertes  a  ella,  que  vivas  tu  momento,  que  seas  consciente  de  tu  Ser,  del  contexto  de  tu  historia  y  de la  Historia  que  estamos  construyendo,  nadie  lo  hará  por  ti,  o  peor  aún  lo  harán  individuos  bajo su  conveniencia.

El  poder  de   tu  persona,  esos  4  grupos  de  individuos  han  tratado  de  acallar  y  de  mantenernos  de  rodillas,  para  truncar  tu  desarrollo  humano.

No  dudes   de  tu  gran  capacidad  de   actuar  con  libertad  y  de la  gran  resonancia  que  tienen  tus  acciones,  por  muy   pequeñas  que  sean,  deja  de  subestimarte  antes  de  que  comiences   tu   lucha,  nuestra  lucha.

No   olvides  que  la  existencia  es  una  lucha,  donde  tarde  o  temprano  acaba  por  ganar  el  amor,  nuestra  capacidad  de  amar  y  de  creer  en  el  otro,  que  podemos  construir  otro  mundo  posible.

La  fe  verdadera  es una  fuerza  que  está  en  todas  y  todos, en  ateos  y  creyentes,  una  fe  auténtica   es  aquella  fuerza  que  se  convierte  en  la  convicción  de  muchas  y  de muchos.

¿Qué  podemos  hacer  frente a  la  realidad  que  se  nos  avecina?

Perder  el  miedo,  tirar  a  la  basura  tus complejos  y  prejuicios  que  te  han   metido  a  lo  largo  de  tu  vida esos  4  grupos  de  individuos.

El  cambio  comienza  por  ti,  atrévete  a  cambiar  tu  mentalidad  y   libérate  de  las  jaulas  mentales  que  ten  han  impuesto  y  que  no  permiten  tu  desarrollo  humano  para  vivir  en  plenitud.

Si aún no  haz  abierto  tu  cuenta  en  Facebook   y  en  Twitter,  ya  es  hora  de  hacerlo  y  comparte  en  tu  muro  información  que  no  pasan  en  los  medios “informativos”  oficiales,  para  construir  eslabones  entre  nosotros   y promover  alternativas,  para  asumir   responsabilidades cívicas, que  antes  dejábamos  en  manos  del  gobierno.

Recuperar  nuestros  espacios  públicos,  como  son  las  plazas  y  otros  lugares.

Ser  responsables  y  corresponsables  con  nuestro  compromiso,   asumirlo  con  osadía,  no  tengas miedo de ser  irreverente  frente  a un  poder  que  se  corrompe  día  con  día;  es una  actitud  existencial.

Tu  voto  es  un  derecho  humano  y  estructural,  votar  me  invita  a  pensar,  a  informarme,  a  elegir  bien   a  quien  nos  va  a  representar.  Mientras  no  haya  otro   medio,  el  voto  te  da  voz  ante  el  poder  que  lo  han  secuestrado  algunos  cuantos  que  no lo  están  usando  para  el  bien  de  nuestra  sociedad.

Buscar  información  en  los  medios  alternativos,  no  te  quedes  con  lo  que  te  da  Televisa;  TV Azteca  y  RCG  y  demás  periódicos  que  desinforman.

Súmate  a  ciudadanas  y  ciudadanos,  como  tú,  que  apoyen  a  candidaturas  independientes,  que  realmente  conozcas  su  trayectoria  y  sus  motivaciones, que  están  en  procesos  de  búsqueda  de  justicia  y  transparencia  en  tu  ciudad.

Platica  de  esto  con  tu  familia,  seres  queridos,  amigos  y  compañeros  de   trabajo,  difunde  y  comparte  todo  lo  que  puedas  y  con  los  medios  que  tengas  a  tu  alcance ¡No  te  quedes  con  los  brazos  cruzados!.

“Renovados  en la mente  y  en  el  espíritu  y  vistan  de la nueva condición humana”.

<<Carta  a los  Efesios N.T. De la  biblia  de  Jerusalén>>

“Ve  a las  esquinas  de las  calles  e  invita  al  banquete  a  cualquiera  que  te  encuentres”.

<<Evangelio  según  San Mateo 22, 10 -. N.T. Biblia de Jerusalén>>

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Re-inventar el Evangelio

Escribe: Adolfo Huerta Alemán

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“Ya  no  podemos  quedarnos  tranquilos  en  espera  pasiva  en  nuestros  templos”.
Del  Papa  Francisco  de  su  exhortación >>Evangelii  Gaudium>> Editorial SAPIENTIA 2013.

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 ¿Qué  onda  con  el  Papa Francisco?

Al leer la exhortación <<Evangelii  Gaudium>> del  Papa Francisco,  me  quedo  con  un  sabor  de  boca  agradable  y  con  un aliento  lleno  de  esperanza,  pues  nos  invita  a  estar  abiertos  a  los  cambios  que  necesita  nuestra  Iglesia.

¿Qué  nos  propone  el  Papa?

Estamos  ante  una  <<época  de  cambio>> y  esto  nos  lleva  a  una nueva  etapa  evangelizadora  marcada  por  la  alegría: “Hay  cristianos  cuya  opción  parece  ser  una  Cuaresma  sin  Pascua”.

Estoy  plenamente  convencido  que  si  queremos  dialogar  con  nuestro  mundo  y  con  nuestras  culturas,  no  lo  vamos  a  lograr  con  una actitud  de  imposición  a  la  vieja  usanza,  mucho  menos  tristes.  Hoy  por  hoy,  una  actitud  que  va  a ayudar  mucho  es  la  de  llegar  por la  vía  de  la  amistad;  del  diálogo;  de  la apertura  y  no  la  de  condenar,  mucho  menos  descalificando  lo  nuevo  y  lo  diferente.

Con  tristeza  y  desaliento  no  vamos  a  lograr  nada,  siempre  he  vivido  alegre  por  descubrirme  amado  y  con  la  libertad  de  amar,  desde  que  me  llamó  Jesucristo,  vivo  en  plenitud  y  con  alegría,  aunque  en  más  de  una  ocasión  esa  forma  de  vivir  con  alegría,  me  ha  acarreado   más  de  una  crítica  y  condena.

Nos  recuerda  Francisco  que  la  propuesta  cristiana  nunca  envejece,  está  siempre  es  y  será  joven   y   atractiva  para  cualquier  época  que  viva  la  humanidad.

Los  que  no  la  hemos  hecho  joven  y  atractiva  somos  nosotros  con  nuestras  viejos  esquemas  aburridos  trasnochados  y  que  no  responden  a  nuestra  sociedad  contemporánea.

Jesucristo  también  puede  romper  esquemas  y  los  rompió;  rompe  esquemas  aburridos  en  los  cuales  pretendemos  encerrarlo  y  nos  sorprende  con  su  constante  creatividad  divina.

Creatividad  a  la  cual  estamos  todas  y   todos  invitados  a  usar,  para  descubrir  nuevos  espacios  para  llevar  el  mensaje  liberador  de  amor  y  de  justicia  del  Reino  de  Jesús.

Nos  invita el  Papa: “percibo  la  necesidad  de  avanzar  en  una  saludable <<descentralización>>”.   La  Iglesia  somos  todas  y   todos;  no  nada  más  el  cura  o  la  religiosa,  por  lo  tanto,  los  cambios  los  haremos  todas  y   todos,  formándonos,  leyendo  más  y  claro  está,  participando  más  en  nuestras   comunidades,  no  dejarlo  que  todo  lo  decida  el  párroco.   Cuando  el  poder  reside  solamente  en  una  sola  persona,  pierde  los  pies  sobre  la  tierra  y  se  llenará  de  corrupción.

La  Iglesia  está  invitada  a  que  sea  capaz  de  <<reformarse  y  adaptarse>>  a  cada  época  y  cultura: “Invito  a  todas  y  a  todos  a  ser  audaces  y  creativos  en  esta  tarea  de  <<repensar>> los  objetivos,  las  estructuras,  el  estilo  y  los  métodos  evangelizadores  de  las  propias  comunidades”.   Hoy  es  una  urgencia  a  reinventarnos  y  reinventar  nuestros  métodos  de  llevar  la  Buena  Nueva  a  nuestras  sociedades  contemporáneas,  y  más  a  las  excluidas – excluidos  de  nuestras  ciudades  y  pueblos.

El  Buen  Francisco  nos  llama  la  atención  y  nos  propone: “Exhorto  a  todas  y  a  todos a  aplicar  con  generosidad  y  valentía  las  orientaciones   de   este  documento,  sin  prohibiciones  ni  miedos”.

Esto  no  es  una  crítica  a  la  exhortación,  creo  que  esa  vendrá  después,  mi  intención  es  motivarte  acercarte  a  ella,  a  que  la  leas,   y  sobre todo  a  estar  a  abierta – abierto,  a  que  no  tengamos  miedo  de  cambiar,  de  vivir  una  reforma  profunda  de  nuestra  Iglesia,  me  llena  de  paz,  estar  convencido de  que  el  timón  lo  lleva  y  lo  dirige  Dios,  y  que  nosotros  somos  sus  colaboradoras  y  colaboradores.

Eso  soy,  un  simple  obrero  de  su  Reino; trato  de  colaborar,  y  me  llena  más  aún  de  emoción  saber  que los  cambios  vienen  y  vendrán  siempre,  y  que  nadie  los  podrá  detener aunque  más  de uno  se restista.

“¡Y me hablaron de futuros fraternales, solidarios, donde todo lo falsario acabaría en el pilón.  Y ahora que se cae el muro ya no somos tan iguales, tanto vendes, tanto vales, ¡viva la revolución!  Reivindico el espejismo de intentar ser uno mismo, ese viaje hacia la nada que consiste en la certeza de encontrar en tu mirada la belleza…!”  Como  nos  lo  recuerda  el  gran  Luis  Eduardo  Aute.

“Por  consiguiente,  un  evangelizador  no  debería  tener  permanente  cara  de  funeral”.

Papa  Francisco <<Evangelii  Gaudium>>. 

 

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El Cristo de la capilla

Escrito por: Gabriel Ignacio Verduzco Argüelles

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imagen tomada de Periódico Zócalo

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Estos días se revisten de especial sabor en Saltillo por los festejos tradicionales del “6 de agosto”, del venerado Santo Cristo de la Capilla.

La historia real de cómo llega el Santo Cristo a la Villa de Saltillo señala que fue comprada por Santos Rojo –uno de los fundadores- y colocada en la llamada “Capilla de Ánimas”, y que rápidamente los habitantes de la Villa generaron una enorme veneración por la imagen.

La leyenda de la llegada milagrosa de la imagen a la Villa de Saltillo tiene sus paralelismos con muchas otras santas imágenes a lo largo y ancho del mundo: Las bestias nobles trasladan la imagen a un lugar que originalmente no era su destino, y los pobladores del lugar reconocen en la terquedad de los animales –siempre viajando solos, sin arrieros- la voluntad de Dios de bendecir al lugar al que llega para quedarse la piadosa imagen en cuestión. Ya desde la antigüedad judía se narraban historias semejantes, como la de la burra de Balam (cfr. Núm. 22, 23 ss).

La leyenda no solo refleja candidez y fe, sino que simbólicamente enseña algo que, a la distancia, más de 400 años ya, parece que se ha perdido en medio de la fiesta, de la verbena y del asueto que supone este día en la ciudad: el sentido de fe que ilumina toda la vida creyente.

La difícil situación actual ha de cuestionarnos hondamente acerca de cómo hacemos vida nuestra fe. No se trata de esperar milagros venidos del cielo que solucionen nuestros problemas, sino que, iluminados por el Evangelio, nosotros mismos pongamos en marcha las soluciones y las mejoras a nuestra vida en sociedad.

J. A. Pagola señala que en el evangelio de Juan (6, 24-35) hay un diálogo de gran interés que Jesús mantiene con una muchedumbre a orillas del lago Galilea.

El día anterior han compartido con Jesús una comida sorprendente y gratuita. Han comido pan hasta saciarse. ¿Cómo lo van a dejar marchar? Lo que buscan es que Jesús repita su gesto y los vuelva a alimentar gratis. No piensan en nada más. Jesús los desconcierta con un planteamiento inesperado: “Trabajen, no por el alimento que perece, sino por el que perdura hasta la vida eterna”. Pero ¿cómo no preocuparnos por el pan de cada día? El pan es indispensable para vivir. Lo necesitamos y debemos trabajar para que nunca le falte a nadie.

Jesús lo sabe. El pan es lo primero. Sin comer no podemos subsistir. Por eso se preocupa tanto de los hambrientos y mendigos que no reciben de los ricos ni las migajas que caen de su mesa. Por eso maldice a los terratenientes insensatos que almacenan el grano sin pensar en los pobres. Por eso enseña a sus seguidores a pedir cada día al Padre pan para todos sus hijos.

Pero Jesús quiere despertar en ellos un hambre diferente. Les habla de un pan que no sacia solo el hambre de un día, sino el hambre y la sed de vida que hay en el ser humano. No lo hemos de olvidar. En nosotros hay un hambre de justicia para todos, un hambre de libertad, de paz, de verdad. Jesús se presenta como ese Pan que nos viene del Padre, no para hartarnos de comida sino “para dar vida al mundo”.

Jesús se presenta como ese Pan de vida eterna. Cada uno ha de decidir cómo quiere vivir y cómo quiere morir. Pero, creer en Cristo es alimentar en nosotros una fuerza indestructible, empezar a vivir algo que no terminará con nuestra muerte. Desde nuestra fe vacilante, quizás solo nos preocupa la comida de cada día. Y, a veces, solo la nuestra.

Por eso Pablo (cfr. Ef. 4, 17 ss) invita a los creyentes que se dejen renovar por el Espíritu Santo y pasen de un modo de obrar no digno del ser humano, a un modo de obrar digno de quien tiene fe en Cristo. Pide que abandonemos nuestro estilo anterior de vida pecaminosa y marchemos en adelante por un nuevo camino de vida cristiana. Se nos invita a no dejarnos guiar por esta “vaciedad de criterios”. Elegir la novedad, lo nuevo, es elegir a Cristo. Esto significa romper con el viejo ser humano pecaminoso, con el pecado del mundo, para estar dispuestos a una continua renovación en el Espíritu, a vivir en la justicia y santidad y ser justos y rectos.

Celebrar al “Señor de la Capilla” debe hacernos mejores creyentes, creyentes que construyen desde la justicia social y la solidaridad, ese milagro tan esperado por todos de vivir en un mundo mejor, en una ciudad digna y feliz para todos.

También creo que otro mundo es posible y que la esperanza es verdadera.

Comentarios a:

gabrioignaz@yahoo.com

La Pascua también es Justicia


Escrito por: Gabriel Ignacio Verduzco Argüelles


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Don Ezequiel Castillo, sacerdote sabio y santo, explica en su libro “Tú eres el Cristo”, que la Causa del Reino que realiza Jesús, se va haciendo efectiva paulatinamente a través de las palabras y las acciones que hace durante su vida. Así, el Reino se hace vida cuando denuncia el pecado, las injusticias o los abusos. El Reino se hace vida cuando Jesús sana enfermos o cuando se comparten los alimentos. Estos rasgos anuncian que el Reino de Dios ya está en la tierra y en la historia, son pequeños signos, como la semilla de mostaza o la levadura en la masa (cfr. Mc. 4,30-32; Mt. 13, 33).

La práctica de Jesús lo conduce también a un irremediable conflicto con las autoridades de Israel y de Roma. Las denuncias valientes y las prácticas alternativas de vida que hace Jesús lo vuelven blanco de los ataques de las estructuras injustas de su tiempo que lo condenan a muerte. Y en este punto, Jesús asume la muerte como el paso necesario para que el Reino llegue de forma definitiva. De ahí las expresiones bíblicas “era necesario que el Mesías padeciera…” (cfr. Lc. 24, 26).

Los evangelios dan razón de esa conciencia que Jesús asume, donde la muerte es el paso necesario para que el Reino de Dios llegue definitivamente a la historia humana. Pero no será la muerte lo que haga que el reino llegue definitivamente, sino la Resurrección, es decir, la respuesta gratuita e insospechada del Abbá de Jesús, que lo desclava de la cruz y lo restituye con la resurrección.

Así, la Pascua de Jesús es la llegada definitiva del Reino de Dios en la historia humana. Es la irrupción de Dios en la vida de modo decisivo, irreversible y definitivo. El Reino ya está aquí. Las primitivas comunidades vivieron en esta dinámica del Reino anunciado por Jesús y buscaban realizarlo en su día a día. Por ello Pablo explica que el Reino de Dios es justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo (cfr. Rm. 14, 17). Luego entonces, la práctica de la justicia, su realización, es signo de la presencia del Reino.

Ahora bien, la Iglesia se ha entendido a sí misma como signo del Reino. La Iglesia está llamada a ser la levadura en la masa, no la masa. Por ello, Alfred Loisy denunciaba, a fines del siglo XIX, que Jesús anunció el Reino y lo que apareció fue la Iglesia, ya que esta se volvió una institución caduca y lejana, muy lejana, del proyecto del Reino, dada su riqueza, su ostracismo y su incapacidad para responder al mundo moderno e Ilustrado.

Tras la reforma del Vaticano II en los años 60s, la Iglesia se miró a sí misma de nuevo como signo del Reino. Su papel es mostrar el rostro del Reino a la humanidad, sin que por ello agote las formas de realización del mismo Reino de Dios.

Para los cristianos, la solidaridad radical con el necesitado y la pobreza evangélica son señas de identidad. El privilegio, el poder y las riquezas patrimoniales son contrarios al evangelio. La fidelidad al mensaje de Jesús en este terreno impele a seguir reclamando la autofinanciación de la Iglesia, sin recurrir a privilegios.

Aquí incide de modo especial la figura de Jesús como Buen Pastor, tan querida en este tiempo de Pascua. El pastor bueno se preocupa de sus ovejas. Es su primer rasgo. No las abandona nunca. No las olvida. Vive pendiente de ellas. Está siempre atento a las más débiles o enfermas. Los relatos evangélicos describen a Jesús preocupado por los enfermos, los marginados, los pequeños, los más indefensos y olvidados, los más perdidos. No parece preocuparse de sí mismo. Siempre se le ve pensando en los demás. Le importan sobre todo los más desvalidos. El amor de Jesús a la gente no tiene límites. Ama a los demás más que a sí mismo. Ama a todos con amor de buen pastor que no huye ante el peligro sino que da su vida por salvar al rebaño.

Hoy se necesitan Buenos Pastores entre nosotros, que hagan presente la justicia, la solidaridad y la esperanza en nuestro mundo.

No + sangre.

También creo que otro mundo es posible y que la esperanza es verdadera.

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gabrioignaz@yahoo.com


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¿Hay lugar para Cristo en la Posmodernidad?

Autor: Carlos Moreno

imagen tomada de brujakozmica.blogspot.com

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¿De qué se trata la existencia? ¿De qué se trata la instancia del hombre en la tierra? ¿De qué se trata su paso efímero en esta parte del Cosmos? ¿La vida tiene sentido, o lo adquiere o uno se lo inventa o simplemente somos un error filogenético? ¿Tenía razón Milán Kundera cuando inventó ese título de “La insoportable levedad del ser”?

Me dicen que todo se reduce a la percepción, que todo depende con el cristal con que se mira, que es cuestión de actitud, que la realidad no te afecta sino la manera en que percibes. Otros más alegóricos afirman científicamente que “cada quien habla como le fue en la feria” o en el baile, dependiendo de la afición del hablante.

Tal parece que para unos el sentido de su existencia es vivir briagos, “el que vino al mundo y no tomó vino entonces a qué chingados vino” dice un axioma de nuestra cultura mexicana. Y no solo es ponerse borracho, además es aderezarlo con la música ad hoc: “ando bien pedo, bien loco”. Esa sería una respuesta existencial a la interrogante sobre el sentido de nuestra estadía terrenal.

Otros que van de la mano de dicho grupo de libadores son los llamados “hedonistas posmodernos”. Sabemos que el sujeto hedonista existe desde que el hombre hizo del pensamiento una forma de vida, como los pre-socráticos, acordémonos de la eterna lucha entre los “hedonistas” y los “eudemonistas”; los primeros decían que el sentido de la existencia era el placer corporal, el aquí y el ahora, lo efímero, lo espontáneo, lo momentáneo. En cambio los “eudemonistas” opinaban que el sentido de la existencia se obtenía cuando el sujeto buscaba la felicidad en compañía de sus seres queridos; es decir el hedonista buscaba una “felicidad” egoísta y el eudemonista buscaba una felicidad comunitaria. Hoy ya no hay lugar para los eudemonistas, están desterrados, lejos de los planes actuales, lo de hoy es ser hedonista, vivir bajo el principio del placer, “lo hago porque me da placer, si exige de mí algo de sacrificio ni me lo menciones”, parece ser el eslogan de los hedonistas posmodernos. El hedonista posmoderno busca el placer en la televisión, en el sexo desenfrenado, en internet, chateando, comiendo, etc. entre menos esfuerzo exija la cuestión es mejor. Tal parece que de humanos poco nos queda. Los placeres que están en boga están íntimamente relacionados con las necesidades fisiológicas: dormir, comer, evacuar y fornicar.

Ante tal panorama: ¿existe un lugar para Cristo? Tal parece que la existencia actual se vive tan aprisa que no volteamos o más bien no queremos voltear a ver la propuesta del Nazareno. Muchos afirman que el Sentido de la Vida es encontrarse con la Divinidad, tener ese encuentro con Dios aquí en la Tierra, pero dicho discurso es antagónico con los preceptos de la moral en turno. Pocos años tenemos como sujetos civilizados, y también en pocos años las reglas de la vida se han trastocado; si seguimos así, que no nos extrañe que formemos parte de la última Generación de mortales que habitaron un día este planeta pequeñito llamado Tierra.

@CarlosLector

Escrito por: Carlos Arturo Moreno De la Rosa (Monclova, Coahuila. Mx.)

La FE Desde La Perspectiva Gay.

 Escrito por: Adolfo Huerta Alemán

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“Si  yo  fuera  mujer
abriría  del  todo  el  telón  de  fondo
del  mito  virginal   y  del  hombre  macho, , ,
me  daría  el   gusto  de  violarle  a  él”.
Patxi  Andion. 

 

“Quizá,  en  estos   tiempos,  sean  precisamente  los   gays  y  las   lesbianas  los  más   aptos   para  avivar  las  implicaciones  de  la  misericordia  de  Dios”.
James  Alison en: Una  Fe  Más  Allá  Del   Resentimiento.  Fragmentos  teológicos  en  clave   gay.  Ed. HERDER  2001.

In  memoriam  de  Agnes  Torres.

 

Para  todas  y  todos  aquellos  que   han  muerto  a  manos  de  la  homofobia   o  por  el  SiDA.

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Hoy  me  levanté  escuchando  un   gran  éxito  de la  década  de  los  años  80´s.  “Karma  Chameleon”  del  año  de  1983;  del  álbum  Colour  by  Numbers  del  británico  Boy  Goerge,  que  por  aquellos  años  formaba  parte  de  una  banda  llamada  <<Culture  Club>>.   No  olvido   cuando  vi  el  vídeo  por  primera  vez,  tenía  siete  años, me  encontraba  en la  casa de  los  abuelos   maternos,  pues  en  su  casa  mis   tíos  habían  puesto  cablevisión,  por lo  tanto  se  veía  el canal  de  Mtv,  un  canal  que  pasaba   vídeos,  ahora  pasan  pura  basura  de  shows   que  nada  más  embrutecen  al  ser  humano,  ya   no  pasan  casi  vídeos.

Me  enamoré  de  ella,  bueno,  eso  pensé  cuando  vi  el  vídeo  y  escuché  su  música  bailable.

Ese  sábado,  cuando  mi  abuelo  Jonás  me  dio  mí  domingo  famoso,  que  era  dinero,  me  dirigí  al  centro  de  la  ciudad,  a  una  tienda  muy  particular  que  vendía  discos  de  acrílico  y  cassettes (te  acuerdas,  todavía  existe  la  tienda)  de  música,  también  vendían  posters   de  los   grupos  de  moda.

No  pude  evitar  comprarme  el  cassette   de  Culture  Club  donde  viene  la  canción  de  Karma  Chameleon  y   claro,  me  compré  un  poster  de  Boy  Goerge,  que  yo  creía  que  era  ella,   por  eso  digo  que  me  enamoré  de  ella.  Fue  cuando  regresé  a  la  casa  de  los   abuelos,  una  de  mis  tías.  Mi  tía  Neni  me  dijo  que  ella,  no  era  ella,  sino  él… ¿Cómo?

Fue  cuando  mí  tía  Neni  con  su  carácter  afable  me  explicó   que   hay   hombres  que  quieren  ser  mujeres,  que  hay  mujeres  que  se  enamoran  de  mujeres,  igual  hombres  que  se  gustan  entre  ellos,  siguió   con  paciencia.

Lo   que  no  olvido,  ella  nunca  condenó  esas  relaciones,  tampoco  me  dijo  que  se  iban  ir  al  infierno,  contrario  a  lo  que  me  decía  mí  catequista,  que  esas   personas  estaban  poseídas  por  el  demonio,  que  eran  aberraciones  de  la  naturaleza.

El  punto  de  vista  de  mí  tía,  me  ayudó  a  no  tener  una  mentalidad  homofóbica,  por  lo  tanto  ser  abierto  a  aceptarlos.

En  estos  días  obcecados,  nos  damos  cuenta  por  los  medios  de  una  noticia  terrorífica sucedida  en  la  ciudad  de  Puebla,  México.

Agnes   Torres  Sulca.  Fue  encontrada  muerta;  su  cuerpo  estaba  semidesnudo   y  con  signos  de  tortura, por   la  noche   del   10  de  marzo  de  este  año  2012.  Activista  transgénero,  que  trataba  de  romper  con  la  exclusión  y  el  racismo  que  existe  hasta  la  fecha  en  México  contra  las  personas  que  tiene  preferencias  homosexuales.  Se  dice  que  en  México  no  somos  racistas,  somos  de  lo  peor  en  ese  aspecto.

Desde  que  tengo  memoria,  mujeres  y  hombres  homosexuales  han  sido  de las  minorías  más  oprimidas;  he  sido  testigo  de  su   historia  cruenta  de  odio,  persecución,  encierro,  invisibilidad,  de  no  hablar  del  familiar  con  esas   preferencias.  En el  mejor de los  casos,  se  les  ve  de  soslayo  o  se  les  concede  una  engañosa  tolerancia  represiva.   Tal  vez  en  las  últimas  décadas  ha   habido  cierta  apertura  de  criterios,  pero  parece  que  todavía  hay  mucho  que  hacer,  pues   a  las  personas  que   desean  y  aman  a  gente  de  su   mismo  sexo,   se  les  sigue   juzgando   como  sodomitas,  pecadores,  animales  antinaturales,  delincuentes,  enfermos  sexuales,  perversos.

El  asesinato  de  Agnes  Torres,  nos  da  otra  lectura ¿Por  qué   tantos  siguen  estigmatizando  a  las   personas  homosexuales?

Me  doy  cuenta  que  el  espiral  de  violencia  desatado  contra  las  personas  homosexuales,  no  ha  cesado  aun.   Al  contrario,  el  cobarde  asesinato  de  Agnes  Torres,   me   habla  del  odio  de los  seres  humanos  a  lo  diferente.  Quedaría  la  frase  de  José  Ortega  y  Gasset,  pero   parafraseándolo: yo,   soy  yo   y  mi  diferencia.

Sería  muy  atrevido  afirmar  que  ha  llegado  la  hora  de  hablar  de  un  genocidio   homosexual  en  México,  pues  recordemos  que  la   violencia   sólo   engendra  más   violencia,   y  que  esta  violencia   tiene  muchas  caras   y   formas  de  ejercerla  hacia    las   personas   homosexuales.

Habría  que  romper  con  el  silencio,   que  no  es  fácil   en  una  sociedad   puritana   e  hipócrita   como  la  nuestra,  más   aun,   con  el  ingrediente   cristiano   que  reina  en  nuestra cultura,  aquí  tampoco   podemos  negar,  que  gran parte  del  odio  hacia  a  las  personas   homosexuales,  se  le  debe  también  al   catolicismo  tradicionalista  y  trasnochado.

Hoy  ha  llegado  la  hora  de  romper   con  “el  silencio  de  Sodoma”  te  invito  a  ti   heterosexual   y  claro,  a  ti  mí   amado  homosexual    a   romper  de   una  vez   por  todas   con  la  vetusta  tradición  de   tapar   el  sol  con   un  dedo,  sino  vernos  a  todas   y  a   todos   como  un   “Nosotros”.

Me   confieso   un  enamorado  de  un   gran   Hombre  para  mí;  de  Jesucristo  y  un  apasionado   por  la  fe  como  fuerza  que  busca  el  verdadero  significado  de  nuestra  Historia.    Estoy  convencido   que  la  fe  nos  lleva  a  un  proceso  de  ser  mejores  personas  en  nuestra  calidad  humana,   y  que  la  propuesta  de  Cristo   rompe  con  el  espiral   vicioso  de  la  violencia  provocado   hacia  las   personas  homosexuales.

No  dudo,  que  hoy   deberíamos   de   tener   como  un  punto  de  partida    a  mis  hermanas   y  hermanos  gays,   son   capaces  de  hablar   y  de  vivir  desde  el  don  de la  fe.

Pues  es,  desde  su   quebrantamiento  y  desfragmentación    interior,   provocada   por  la  exclusión  comenzando   por  su  propia   familia,  en  la  Iglesia,   en  la  sociedad,  nos  enseñan  desde   su  dolor,  romper   con  el  resentimiento   provocado   por   la   violencia    que  se  ejerce  en  contra  de  ellas  y  de  ellos.

Que  no  se  les   olvide  a  esos  católicos  y  católicas  de  mierda,  como  los  llama  Javier  Sicilia (Católico pensante y  poeta) en  su   libro  “ESTAMOS  HASTA  LA  MADRE”,  que   Jesucristo   no  condeno    a  nadie,   y   que  la  fe  no  es  exclusiva   ó    una  patente  de  un  monopolio   de  las   religiones,   si  tenemos   fe,  no  es   para  pertenecer  a    una  concesión   eclesial,  sino   para   comprender  y  amar  al   ser   humano, con  toda   su   humanidad.

Se   nos   olvida  muy  pronto  que   todos  los  seres  humanos  estamos  en   proceso  de  búsqueda,   y   nuestro  proceso   de  maduración  no   termina   en  cada  etapa  de  nuestro  crecimiento,  sino   éste  siempre  está   en  movimiento,  no  somos  seres   determinados,  nos  vamos  recreando   y   formando  como  tales  en  la  medida  que  acepte   mí   humanidad,  en  todo  su  sentido  de  plenitud.

Nunca    olvides   que  a  muchos  grupos  de  poder (Gobierno – Iglesias – Economía) les  conviene  el   orden  establecido  y  recurrir  al   miedo  como  medio,  para  tenernos  controlados.   A  nuestra  sociedad  le  conviene   que  existan   personas   excluidas   y  que  estas  sean   objeto  de  violencia,  pues  el  orden  establecido   depende  de  ellas.

Si  hay   violencia  contra  alguien  que  es  diferente  a  mí,   es  una  vergüenza  aceptarlo,  es  porque  en  nuestra   sociedad   hay   algo  que  está   jodido  y  no   hemos  avanzado   nada,  en  nuestra  evolución  de  nuestra  calidad  de  ser,  seres   humanos.

Me  confieso  un  enamorado  de  la  mujer,  de  lo  eterno  femenino (como  Pedro  Almodóvar) sin  ellas  no  puedo  vivir,  del  hombre  también.   Desde  hace  mucho  tiempo,   he  optado   por  el  ser  humano,  y   como  siempre  lo  he  dicho;   más  que  creer  en  un  Dios,  me  aferro  a    seguir  creyendo   en   el  ser   humano,  en  su  bondad,  y  en  su  capacidad  creadora   que  es   lo  que  más  nos   asemeja  a  la   Creación.

Me   indigna   todo  aquello  que  va  contra  la  dignidad  de  la  persona.

Dejémonos    de   pendejadas,  que  si  soy  católico,  que  si  el  otro  es  ateo,   que  no  puedo  hablar  de  sexualidad,  de  política,   que  si  los   otros  están  en  partidos   políticos.

No  nos   hagamos   pendejos   y  pendejas,   mirémonos   tal  como  somos,  como   seres  humanos,    lo  demás   son  pendejadas.

Está  en  cada   uno – una  de  nosotros   romper   con   esa  violencia   que  nos  está   llevando  al  caos  nuestro   país.

Se  va  haciendo   costumbre   los  asesinatos  de  ciudadanas  y   ciudadanos,  que  son  activistas   a  partir  de  su  sueño  de  ver  un   pueblo,  un  mejor  país,  un  mejor   mundo,  luchan  por  ese  ideal,  ese  ideal  que  carecen   muchas   mexicanas   y  mexicanos  hoy  en  día.

No  tengamos   miedo  de  volver   a  nuestras  raíces  de  nuestra  humanidad   y    optar   por  el  poder  de  la   libertad   que  tenemos  para  decidir  por   la   bondad   que  descansa  en  cada   uno – una  de  nosotros.

Con  el   Otro  todo,  sin  el   Otro  nada.

“Desde  el   punto  de  vista  de  esos  millones  de  machos   belicosos,  el  mundo  está  diseñado  para <<nosotros>> y   no  para   los <<otros>>”.

José  Ramón  Enríquez.

 

“A  las   mujeres  en  general  se  les  ha  prohibido  o  por  lo  menos  restringido  su  registro  en  la   historia.  A   los   homosexuales   se  les  ha  mutilado  para  poder   ser  contemplados  como   existencias   reales”.

Una  Historia  Sociocultural  de  la  Homosexualidad:  Notas  Sobre  un  Devenir  Silenciado   de  Xavier  Lizarraga  Cruchaga. Ed. CROMA – PAiDóS  2003. 

 

“Necesitamos  hacer  todo  lo  posible  para  que  las  enseñanzas  de la  Iglesia  sean  realmente  atractivas,  llenas  de  misericordia  y  liberación”.

Peter J. Liuzzi  en  Escucha  Con  El  Corazón:  comprendiendo  las  voces  de  las  lesbianas  y   de  los  gays.  Ed. PANORAMA  2003.

 

“La  realización  homosexual  en  pareja  es  un  derecho  de  aquel  o   aquella  que  tiene  esa  identidad  y  de   que   ese  es   para  ellos  y  ellas  el  único  modo   de  auténtica  realización   humana –y  por  tanto <<divina>> -, esa  duda  ha  desaparecido. . .  Y  la  Iglesia  es  responsable  de no  cambiar  la  mentalidad  en  cuestión  tan  sensible  y  decisiva”.

Teólogo  Andrés   Torres  Queiruga. 

 

“¿Se  puede  desnudar   el  alma   sin  ofender  a  los  demás?”.

En  Tránsito  Del  Infierno   a  la  Vida: la  experiencia  de  un  homosexual  cristiano;  de  Juan   González  Ruiz.  Ed. DESCLéE  2002.

 

“Yo  creo  que  uno  es  gay  porque  así  es  como   más  a  gusto  expresa  su  manera  y  su  capacidad  de  amar  y  de  relacionarse”.

Cómo  Salí   del  Closet: Confesiones  de  un  ex – sacerdote  católico.  De  Daniel  Moreno.  Ed. Flor  Del  Viento  2003.

 

 “Descubrí  otra  vez  que  me  aterraba  la  posibilidad  de  ser  en  el   fondo  heterosexual”.

De  la  novela  Toda  Esa  Gran  Verdad;  de Eduardo  Montagner.  Ed. ALFAGuARA 2006.      

@GofoAutor

gofo_04@hotmail.com

Facebook  Adolfo  Huerta  Aleman.

¿Para qué sirve creer en Cristo?


Gabriel Ignacio Verduzco Argüelles

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En días pasados leía en las noticias que una señora había reclamado a un sacerdote de la ciudad por su participación con el grupo de “Indignados” que reclaman cuentas claras al gobierno estatal, ejecutivo y legislativo, como parte de la necesaria y urgente toma de conciencia ciudadana por un mejor Coahuila.

La raíz del conflicto se centró en por qué un sacerdote tiene que meterse en «política” en lugar de estar en la iglesia rezando o celebrando sacramentos. La respuesta del sacerdote Adolfo Huerta fue: “No se puede ser católico y no estar indignado”.

Una vez más volvemos a la falsa polémica de “Al César lo que es del César…”. Sí, polémica falsa, porque Jesús de Nazaret, el Cristo en el que creemos los que nos llamamos cristianos, nos guste o no, fue un ajusticiado político. Claramente los evangelios explican que la causa de la condena de Jesús fue hacerse llamar Rey de los Judíos.

Así, el creyente en Cristo está necesariamente atado a una consecuencia política de su fe: hacer presente el Reino.

El reino, por el que vivió, predicó, luchó y murió Jesús implica la inversión de los “valores” tradicionales de la sociedad, no se diga de una sociedad de consumo como esta, donde el dinero, el poder y el tener están por encima de la persona, de su bienestar, de su felicidad…

Cuando el evangelio dice por boca de María que Dios “derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y despide vacíos a los ricos” se está proclamando desde la fe, que este es el proyecto de Dios para la humanidad: no a la historia de dolor, pobreza y sufrimiento de la humanidad.

¿Cómo podemos llamarnos cristianos si solapamos una estructura social desigual, basada en el consumo y el poder? ¿Cómo puedo creer en Cristo y confesarlo como Señor si mi vida es una realidad diametralmente opuesta al proyecto del Reino? ¿Cómo puedo decirme cristiano si no me preocupa el destino infeliz de los demás seres humanos?

Jesús viene de Dios, no con poder y gloria, sino como un cordero indefenso e inerme. Nunca se impondrá por la fuerza, a nadie forzará a creer en él. Un día será sacrificado en una cruz. Los que quieran seguirle lo habrán de acoger libremente.

Los discípulos que siguen a Jesús saben que hay algo en él que los atrae aunque no saben quién es ni hacia dónde los lleva. Sin embargo, para seguir a Jesús no basta escuchar lo que otros dicen de él. Es necesaria una experiencia personal.

Por eso, Jesús se vuelve y hace una pregunta muy importante: ¿Qué buscan? Éstas son las primeras palabras de Jesús a quienes lo siguen. No se puede caminar tras sus pasos de cualquier manera. ¿Qué esperamos de él? ¿Por qué le seguimos? ¿Qué buscamos?

En la Iglesia y fuera de ella, son bastantes los que viven hoy perdidos en el laberinto de la vida, sin caminos y sin orientación. Algunos comienzan a sentir con fuerza la necesidad de aprender a vivir de manera diferente, más humana, más sana y más digna. Encontrarse con Jesús puede ser para ellos la gran noticia. Es difícil acercarse a ese Jesús narrado por los evangelistas sin sentirnos atraídos por su persona. Jesús abre un horizonte nuevo a nuestra vida. Enseña a vivir desde un Dios que quiere para nosotros lo mejor. Poco a poco nos va liberando de engaños, miedos y egoísmos que nos están bloqueando.

Quien se pone en camino tras él comienza a recuperar la alegría y la sensibilidad hacia los que sufren. Empieza a vivir con más verdad y generosidad, con más sentido y esperanza. Cuando uno se encuentra con Jesús tiene la sensación de que empieza por fin a vivir la vida desde su raíz, pues comienza a vivir desde un Dios Bueno, más humano, más amigo y salvador que todas nuestras teorías. Todo empieza a ser diferente.

También creo que otro mundo es posible y que la esperanza es verdadera.

No + sangre.

Alto a la guerra absurda.

Comentarios a:

gabrioignaz@yahoo.com

Iglesia ¿Burdel del Poder o Embajadora de Cristo?

 

Escrito por: Adolfo Huerta Alemán (Saltillo, Coahuila)

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“la  furia me invade  y  la  ira entristece mi alma al ver  a  mi  Iglesia  incapaz  de  proclamar  una  fe  que  la  haga  vivir,  impotente  para  ofrecer  a  nuestros  contemporáneos   una palabra  con  un  sentido  válido  y  creíble”.

De la novela VATICANO  2035.

 

“¿qué  es  la  religión  sino  el  arma  de  los  intereses  establecidos,  el  medio  por  el  cual  los  débiles  seguirán  siendo  débiles  y,  como  consecuencia,  explotables? Sacerdotes  cómplices,  que  se  hacen  pasar  como  mensajeros  de  Dios,  pregonan  sofismas   descarados,  y  los  hombres,  colocados   ante  ese  destino  desde  el  despertar  de sus  conciencias,  no  tienen  más  alternativa  que  creer;  y  sin  embargo,  examinemos  esas  creencias  a  la  luz  de  la  razón,  y  no  podremos  dejar  de  ver  a  través  de  ellas”.

Del Marqués  de  Sade  en  JUSTiNA.

 

Un reclamo a la Iglesia surge desde varios frentes.  No se pone en tela  de  juicio a las católicas – católicos; religiosas – religiosos,  algunos  sacerdotes – obispos  y  demás   cristianas – cristianos,  que conscientes  de  su  vocación  cristiana,  se  esfuerzan  día  con  día  a   dar  conocer  a  ese  Dios  vivo  por  medio  de  su  persona  y  hacen  una  verdadera  encarnación   en  la  Historia  que  viven  a  cada  instante.   La  cancamusa  es  para  aquellos  y   aquellas,  que  en  el  nombre  de  una  estructura,  de  una  institución    tan  antigua  como  lo  es  la  Iglesia  cristiana  bajo   todas  sus  denominaciones;  son  mediocres  y  han  optado  por  el  poder  para  ser  zalameros  del  mismo.

Apelamos  una  verdadera  Iglesia  que  se  proponga  ser  embajadora  de  Cristo  en  el  aquí  del  ahora,  no  es  algo  que  esté  muy  de  moda,  pues   vivimos  dominados  por  lo  eficaz,  lo   pragmático, de hecho  no  dejo  de  serlo,  soy  muy  pragmático  en  muchas  celebraciones  de la  liturgia,  en una  cultura  de  lo  verificable.

Empero,  ha  llegado  la  hora  aunque  la  realidad  diga  otra  cosa  y  los  vientos  parecieran  en contra, de invocar  la  utopía  como  un  elemento  inspirador  para  un  proyecto  social,  en  el  nombre  de  un  Jesús  histórico   que  se  encarnó  en  su  cultura  y  que  optó  por  los  menos  desfavorecidos.   Proclamo  el   réquiem   por  las   utopías  y  deslindarlas  de  cualquier  discurso  desgastado  por  los  políticos  y  religiosos  oportunistas – fanáticos.

¿Por qué  no  confiar  en  la  utopía?  ¿Por qué  no  creer  en  ella?  ¿Por qué  se  esconde  la  utopía  tras  el  clóset  de  la  Historia?  Será  que  para  aquellas  y  aquellos   que  se  atrevan    y  tengan  la  valentía   de  ser   cristianas – cristianos  en  ésta  época  ¿No  habremos  sabido  defender  con  convicción  e  insistencia  que  la   utopía  sigue  siendo  necesaria  como  aliento  de  la  humanidad?.

Hoy más que nunca necesitamos de cristianas – cristianos  como  personas  libres  y  con  carácter,  miembros  activos  de  su  comunidad,  que  ahuyenten  a  los  mediocres  y  pasivos  que  se  hacen  pasar  por   cristianos.   El  católico – católica  debe  a  su  vez    optar  por  la  valentía  de  tener  una   actitud  revolucionaria   profética  que  espante  a  los  mercaderes  del   Templo.   Y  que  no  se  nos  olvide   que   entre  esos  mercaderes   del   Templo…  contaba  con  todas  las  autoridades;  civiles,  militares  y  hasta   eclesiásticas   que  adoptaban    medidas  contra   los  más   pobres  y  que   ponían  en marcha  políticas  que  pisoteaban  la   dignidad  del  ser  humano;  leyes  que  incrementaban  aun  más,   los   impuestos   y   de  políticas  tendentes   al  crecimiento   de las  desigualdades  del  malestar  social.

Cristiana – cristiano ¿Qué aporta  tu  fe a la situación que vivimos? ¿Qué  supone  mi  fe  para  la  lucha  por  los  derechos  humanos  y  los  derechos  de  los  más  oprimidos?  ¿Qué  hay  que  exigir  al  militante  cristiano  en  nombre  de  la  fe? No  tengas  miedo  de  cuestionarte  y  cuestionar.  Ya   nos  lo  recuerda   J. I. González  Faus: «De  todos  modos,  es   bueno  que  no  olvidemos  nuestro  pasado  a  la   hora  de   reflexionar  porque  una  de las mayores  fuentes  de  error  de  la  mente  humana  es  creer  que  la  historia  comienza  con  ella,  y  que  ella  no  está  en  absoluto   condicionada   a la hora  de  comenzar   a  pensar”.

De  esa  opción  haremos  una  verdadera   Iglesia    sea  embajadora  de  Cristo  aquí  en  la  Tierra,  en  nuestro   país,  en  nuestra  realidad  que  nos  tocó  vivir.

Es  una  urgencia  recuperar  la   utopía   del  Reino ¿no  surge  en  la  Iglesia  la  tendencia  a  presentarse  como   una  entelequia  etérea, mística  cobertura  del  sistema  de  poder  de  una  jerarquía?.   Nuestra   Iglesia  parece  a  veces  más   preocupada  por  la  solemnidad  y  la   diplomacia,  mientras  nuestra  clase  política  no  ha  tenido   ni  la  más   mínima   vergüenza  en  escupirnos  en  nuestra  propia  cara  para  robarnos   en  cada  sexenio,  nada  más  les  falta   robarnos   lo  que  nos  falta  por  soñar.   Se  divisa  una  Iglesia  que  quiere  mantener  un  poder  mal  entendido  y  una   imagen  de  ser   una  estructura   perfecta  para  adjudicarse  el   título  de  ser  la  maestra  de  la  humanidad.    El  único   poder   que   tiene la  Iglesia  es  la  de  optar  por  el  bien  de  la  Humanidad,  y  no por  el  poder  como  lo  entienden  nuestros  políticos,  para  servirse  de  el,   para  sus  mezquinos   intereses.

Me  niego  a  creer  hermana – hermano  en  la  fe  y  también  para  aquellas – aquellos  que  no  creen  en  una  fe,  en  que  no  exista  la  valentía  de  cada  una – uno  de  nosotros;  me  niego  a  creer  en  una  Iglesia  que  se  ponga  del  lado  del  poder  de  un   gobierno  que  nos  atropella  con   una  deuda;  me  niego  a  creer  en  la  mediocridad  de  los  católicos  y  católicas  ellos  no  forman  parte  de  la  Iglesia  y  no   son  seguidores  de  Cristo;  me   niego  a  creer   que  la   utopía  sea   algo   irrealizable;  me  niego   a  creer   que  ha  llegado  la   hora   de  un  nuevo  despertar   y  actuar  por  parte  de  nosotros.

Opto   por  la   utopía   de  que  podemos   ser   una   Iglesia  que haga  la   diferencia,  que  se  atreva   ser   una   verdadera   embajadora   de  Cristo,  aquí,  en  este  instante  y  no  en  el  mañana.

Escribió  el  <<Ché>> Guevara  aquella  famosa  frase: «los  cristianos  deben  de  optar  por  la  revolución”.

De la  fe  a  la   utopía  social.  Miscelánea  de  Juan N. García-Nieto  París.  Ed.  Sal Terrae. 1996.

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Hacia una vivencia real y encarnada

Escrito por: Adolfo Huerta Alemán 
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«¿Es  el  hombre  tan  sólo  un  error  de  Dios?
¿O  es  Dios  tan  sólo  un  error  del  hombre?».
De
  Friedrich  Nietzsche<<Cómo  se  Filosofa  a  Martillazos>>.
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La  situación  que  vive  nuestro  país  de  vida  y  de  muerte no  sustituye,  menos  aún,  nos  quita  la  capacidad  de  razonar  y  de  reflexionar,  aunque  sin  aquello  no  podemos  crecer  en  nuestro  pensamiento,  más  en  nuestra  comprensión  de  nuestros  actos  y  comprendernos  mejor  a  nosotros  mismos,  para  cambiar  nuestra  actitud  frente  al  otro  y  el   rumbo  de  nuestra  historia. 
Es  necesario  y  beneficioso  reflexionar  para  pasar  a  la  acción:«es  que  pensamos  juntas» sentenció  una  de  las  madres  que  busca  a  su  hijo  inmigrante, de  la  Caravana  de  las  Madres  de  Inmigrantes  Asesinados,  en  su  visita  en días  pasados  por  Saltillo, Coahuila. Hoy  en  día  es  una  urgencia<<PeNSAR  JuNTOS>> y no dejar de poner el dedo  en  la  llaga  de  nuestra  realidad  que  vive  el  país; nuestro estado  y  nuestras  ciudades.  Por  ello,  a  creyentes  y  no  creyentes,  sigue  siendo  muy  necesaria  la  reflexión  que  nos  motive  a  asumir  nuestra  responsabilidad  histórica.   Más  para  aquellos  que  presumen  tener  un  fe,  peor  aún  para  aquellos  y  aquellas  que  se  atrevan  a  llamarse  católicos  y  católicas  tienen  que  responder  a  ser  creíble  su   fe  cristiana,  el  grito  de  Gustavo  Gutiérrez  no  ha  muerto: «Cómo  decir  a  los  pobres (excluidos)  de  este  mundo  que  Dios  les  ama«. 

Un  espacio  que  ofrece  las  comunidades  cristianas  y  no  se  ha  logrado  que  lleguen  a  tocar  fondo  en  el  corazón  de  la  mujer  y  del  hombre  de  hoy;  son  los  sacramentos  de  vida  cristiana.  A  mí  parecer  son  un  espacio  privilegiado  y  muy  bueno,  para  iniciar  procesos  de  concientización  y  de  participación  ciudadana. «La  Iglesia  es  en  Cristo  como  un sacramento,  o  sea,  señal  e  instrumento  de  la  íntima  unión  con  Dios  y  de  la  unidad  de  todo  el  género  humano» (CV II Constitución  Dogmática  sobre  la Iglesia). 

Toda  cultura  tiene sus ritos  de  iniciación  para  la  aceptación  dentro  de  la  comunidad.  La  iglesia  presume  siete  sacramentos,  de  los  cuales  tres  de  ellos  son  de  iniciación;  dos  de  sanación  y  dos  más  para  el  servicio  de  la  comunidad.  Tal vez,  la  estructura  eclesial,  no  ha  sabido  sacar  suficiente  provecho  a  este  espacio  que  ella  misma  ofrece,  tiene  que darse  cuenta  el  pueblo  que  estamos   hoy  en  día  obligados  a  configurarnos  hacia  una  nueva  praxis  sacramental,  que  llegue  realmente  a  la  mujer  y  hombre  de  esta  época,  y  construya  su  plenitud  de  su  existencia,  pues  nos  estamos  acostumbrando  a  una  muerte  prematura,  lenta  y   violenta.  

No  cuestiono  la  esencia  de  los  sacramentos en sí,  lo  que pongo en  duda,  son  algunos  de  sus  ritos  que ya  estan  caducos  y  no  dicen  nada  nuevo.   Habría  que  revisarles  para  darles  verdadera  plenitud  a   dichos  sacramentos. Ya  los  esquemas  de  los  rituales  de  los  sacramentos  no  responden  a  la  exigencia  de  nuestra  responsabilidad  histórica, para  el  hoy  que  estamos  viviendo. 

¿Renuncian  a  Satanás? (Por  citar  un  ejemplo  el  rito  de  Bautizo) ¡Qué! Todavía  son  niños(as) el pueblo, como  para asustarles  con  un supuesto  ente  que llaman diablo.  Esto  le  dice  algo  al  hombre  y  a  la  mujer  de  hoy,  creo  que  es  rídiculo  y  no  aportamos  nada,  para  que  nuestra  gente  participe  y  se  comprometa  con  su  entorno  histórico.  Otra,  las  presentaciones  matrimoniales,  el  esquemita  de  entrevista,  ya  no  sirve  para  nada,  y  así   podemos  mencionar  los  demás   ritos  del  resto  de  los  sacramentos.  

No  se  hace  otra  cosa  que  cultivar  la  ignorancia,  la  superstición  y  lo  mágico  que  ya  viene  cargando  de  siglos  atrás  la  fe  cristiana: «una práctica sacramental habitual, que muchas veces  sacraliza el  statu  quo  ambiental  y  no  cuestiona  la  situación de injusticia, de la que estos  sectores son, en gran parte, responsables  y  beneficiarios» (Mysterium Liberationis. Conceptos fundamentales de la Teología de la Liberación; pag. 269/Tomo II). A  esto  me  refiero  y  pongo  en la  mesa  de  discusión,  que  los  ritos  de  los  sacramentos  no  están  provocando  un  cambio  de  mentalidad  en  nuestra  gente, menos  aún  no  hay  un  compromiso  real  en  su  contexto  que  se  desenvuelve,  su  cotidianidad. Que  realmente  lleguen  a  ser  signos  eficaces  de  la  Gracia  de  Dios  en  el  Hombre  y  la  Mujer  de  hoy, ésta  es  la  tarea  pendiente ¿estamos  logrando  ese  cometido?: «el  horizonte  eclesiológico  moderno  tiene  el  riesgo  de  degenerar  en  una  liturgia  elitista  y  ahistórica,  en  unos  sacramentos  bien  preparados   y  bien  celebrados  por  el  sector  minoritario  de  la  sociedad,  en  un  encuentro  con  el  Resucitado  que  deje  al  margen  el  seguimiento  del   Jesús   histórico» (Op. Cit. Pag. 273). 

Tenemos  que  seguir  propagando  las  ideas  y  una  verdadera  formación  en  cada  uno  de  nosotros,  para  hacer  creíble  la  propuesta  de  Jesucristo,  y  que  los  sacramentos  lleguen  a  una  verdadera  transformación  del  Hombre  y  de  la  Mujer  de  hoy,  y  dejen  de  ser  un  adornito  social  de  la  sociedad  y  lleguen  a  dignificar  a  nuestra  sociedad. A  ver  hasta  cuándo  los  del  color  púrpura  junto  con  su  Vicario  de  color  blanco,  se  les  antoja  hacer  una  verdadera  revisión  de  los  rituales  de  los  sacramentos  que  se  adapten  y  lleguen  a  un  profundo  cambio  de  los que  se  hacen  llamar  todavía  católicas  y  católicos. 

Por  lo  pronto,  en  lugar  de  preguntar  si  renuncian  a  Satanás; Yo  yá  cambié  el  ritual a: ¿Renuncian a  Televisa; a  TV Azteca  a su  mierda  mal  parida, y  al  enjendro  de  RCG? ¿Junto  con  la  deuda de Humberto  Moreira?

«La  conversión  que  exige  Jesús  no  es  solamente  cambio  de  convicción (teoría),  sino  principalmente  cambio  de  actitud (práctica) «. 
De  Leonardo  Boff<<La  Fe  en  la  periferia  del  mundo>>.  

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San Francisco de Asís

Escrito por: Juan Gerardo H. Briones

San Francisco de Asís es uno de los santos más conocidos en la Iglesia.

Aquel joven italiano rebelde que regresó de la cruzada a su pueblo, Asís, que cambió la diversión, los lujos y los placeres por la pobreza y el amor de Dios.

La Iglesia ha pasado por diferentes etapas. Al joven Francisco de Asís le tocó vivir en un momento en que los privilegios y el poder temporal de la Iglesia era demasiado. Tiempo en el que muchos clérigos llevaban títulos nobiliarios y eran poseedores de muchos bienes materiales.

Así, el llamado de Dios a Francisco es a predicar, no con tesis doctorales o argumentos de alta escuela; no buscando adeptos o ni con actitudes hirientes, sino con la pobreza de su vida, con su hábito que lo acompañó hasta la muerte, con la paciencia, el silencio y las palabras sencillas que salían de un corazón lleno de amor; con el buen trato a los enfermos y a los que no lo apreciaban; con el amor con el que trataba a los animales, a las plantas, a la Luna y al Sol.

El modo en el que Francisco de Asís pedía a la Iglesia una conversión fue así, con su ejemplo desde dentro de la Iglesia, porque los verdaderos cambios se logran desde dentro. Como un medicamento, que necesita haber entrado al cuerpo para ayudarlo a sanar.

La vida de San Francisco de Asís ha inspirado películas, poesías y cantos; no sólo para los católicos, sino para personas de todas las culturas. Sé de creyentes y no creyentes que lo toman como una referencia para hablar del amor a la naturaleza o de predicación con el ejemplo.

Su testimonio debe inspirar esperanza a quienes anhelan cambios en la sociedad, recordando que los cambios comienzan en el corazón propio, en el trabajo honesto, en la paciencia con el otro, en la sinceridad, en abstenerse de juzgar al prójimo.

En un tiempo en el que anhelamos la paz, no olvidemos que la paz comienza en el corazón propio y la construimos cada uno. La madre Teresa de Calcuta decía: “quizá parece poco lo que haces en medio del mundo, en medio de tanta necesidad, como una gota que se pierde en el mar, pero sin ella, al mar le faltaría una gota”. Trabaja por la paz, en el buen trato, en el perdón, en la palabra noble. Como san Francisco de Asís tú también dile a Dios: “Hazme un instrumento de tu paz, donde haya odio, lleve yo amor…”

Juan Gerardo Hdz B

Juan Gerardo Hdz B

Coahuila
Sacerdote desde 1999. Felíz y orgulloso de mi Iglesia

EXPERIMENTUM CRUCIS


Autor: Gabriel Ignacio Verduzco Argüelles

No es desconocido que en el subconsciente colectivo cristiano late aquella expresión de Jesús de Nazaret que invita a tomar la cruz de cada día si se quiere o se pretende ser verdadero discípulo suyo (cfr. Mt. 16, 24 et par.).

Esta idea ha tenido un elenco enorme, quizá interminable, de interpretaciones y acomodos a conveniencia de cada persona o comunidad. Así, se identifican las dificultades cotidianas de la vida como “la cruz” que hay que cargar: los hijos, los padres, los hermanos, el jefe, el tráfico, las tentaciones, la pobreza, las enfermedades… y así hasta el infinito. ¿No hemos experimentado esto nosotros también? Y con abnegada resignación cargamos nuestra cruz.

Pero creo que la expresión, a la luz del mismo Jesús, roto su cuerpo y sus ideales en la cruz, grita al Abbá: ¡¿Por qué me has abandonado?! El grito desgarrador de Jesús provoca en nosotros deseos santos y buenos de correr a desclavarle, de gritar a sus verdugos la inocencia del Crucificado y, en un arranque de santa ira –si es que eso puede existir-, agarrarla contra los enemigos de Jesús.

Y lo que no queremos darnos cuenta es que ese es el más radical experimentum crucis o experiencia de la cruz. Nos cuesta trabajo creer, aceptar y entender que Jesús era impotente para desclavarse de la cruz, y que el Padre Dios era igualmente impotente para desclavar a Jesús y ponerlo a salvo. Lo que sí ocurrió es que el Abbá resucitó a Jesús, lo restituyó, dice Pedro en el discurso de Pentecostés, y confirmó y respaldó así sus palabras, sus acciones y toda su vida. Jesús, por su cuenta, en el último instante de su vida, hace un alarde de confianza y esperanza en el Abbá y le dice. En tus manos encomiendo mi espíritu.

Así pues, ese experimentum crucis es paradigma para todos nosotros. Dios no puede más que nuestra libertad y voluntad, ni que la libertad y voluntad de los demás seres humanos. También se muestra impotente ante la “autonomía de las realidades terrenas”. ¿Qué significa esto? Que si la libertad humana y la voluntad de la gente han desarrollado la tecnología nuclear, y un temblor de tierra da al traste con la planta nuclear, Dios no va a cambiar el curso natural de los acontecimientos suscitados por el ser humano. En pocas palabras, Dios no va a detener la radiación en Fukushima. Aunque le recemos, le ofrezcamos veladoras y sacrificios. Igual si pedimos que nos libre de los dolores de una enfermedad –como lo hacen la morfina o los analgésicos- o que mañana se detenga la guerra contra el narco y todos tan felices.

Esa es la verdadera experiencia de cruz de todos nosotros. En esto consiste el tomar la cruz, en hacernos responsables de lo que hacemos y decimos y apechugar ante las consecuencias de nuestros actos. Es por esto que la oración de petición se convierte, en el día a día, en el verdadero experimentum crucis para el cristiano.

Dice Andrés Torres-Queiruga* (2000: 80-81), sutil y profundamente, que a un Dios Padre-Madre, que desde siempre no busca otra cosa que nuestra plenitud y salvación, es obvio que no tiene sentido tratar de informarlo, convencerlo o moverlo a compasión con nuestro Te rogamos, ¡óyenos!; al contrario, todo nuestro esfuerzo ha de centrarse en dejarnos iluminar, guiar y convencer por Él. ¿No resulta objetivamente ofensivo querer recordarle a Dios que en África hay hijos suyos que pasan hambre, y suplicarle que tenga piedad de ellos?

Porque la situación es exactamente la contraria: es Dios quien, antes que nadie y con mayor compasión que nadie, escucha los gemidos de los que sufren (Ex 2,24); Él, quien suscita en nosotros la conciencia y el deseo de ayudarlos (cf. Ex 3,7-11); Él, quien -ahora sí- nos dice a cada uno: escucha y ten piedad de tus hermanos, que son mis hijos, y cuyos gritos son mis gritos.

Eso no sería grave si se tratase sólo de un juego de palabras, de un simple modo de hablar. Pero está en juego algo mucho más serio: los terribles efectos negativos que ese modo de orar tiene sobre nuestra imagen de Dios. Porque, con independencia de nuestras intenciones expresas, pedirle algo a Dios equivale a invertir todo el movimiento, situando la iniciativa del lado humano, y la pasividad del lado divino. Implica, en efecto, estar diciendo que somos nosotros los primeros en querer salvar el mundo, en compadecernos del sufrimiento, en interesarnos por el avance del bien, y que por eso rogamos para que también Dios colabore en el empeño.

No se trata de cancelar nuestra situación de indigencia y negar nuestra necesidad de Dios, sino de ser coherentes con el mensaje del Evangelio. Dios nos quiere libres y responsables ante el proyecto de salvación al que nos invita. La responsabilidad está en nosotros, ya que Dios nos amó primero, y está, como dice el poeta, sin pausa creando.

La oración del Padre nuestro, por excelencia la oración del cristiano, antes de realizar sus “peticiones” dice sin miedo: ¡hágase tu voluntad!

Y no se trata de renunciar a mi voluntad ni a mis deseos de crecer y de ser mejor, sino que es un decirle a Dios que sí estoy dispuesto a vivir conforme al proyecto de vida y de amor al que me ha invitado, donde Él espera que ahora haga mi parte, sin sacarle la vuelta a mis responsabilidades, sin convertirlo a Él en un “arreglalotodo”.

Y aquí es donde se experimenta la cruz en su más honda realidad. El mundo no es una burbuja color de rosa y linda. El mundo exige decisiones, implica violencia y muchas veces la muerte. No se trata de ser pesimista o fatalista, sino que hay que mirar con realismo la vida: Dios no va a quitarle a quien ha experimentado un secuestro, las secuelas psicológicas y físicas que ese trauma implica, pero a través de la cercanía de las personas que les aman, de la ayuda efectiva –profesional y de buena voluntad- se va experimentando también la mano suave y tierna de Dios que nunca se queda de brazos cruzados ante el dolor y el sufrimiento.

En conclusión, si crees realmente que Dios, el Abbá querido, es amor y que te ama más de lo que puedes imaginarte, pedirle sale sobrando. Y eso es esperanzador.

*TORRES-QUEIRUGA, Andrés (2000): Fin del cristianismo premoderno. Retos hacia un nuevo horizonte, Santander:Sal Terrae.

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