Escribe: Adolfo Huerta Alemán
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“Les pido que acepten la responsabilidad de construir un equipo y reconocer que tienen una gran potencia para construir el país que desean”. <<Julián Lebarón en: el México indignado, coordinadores Ricardo Raphael y Antonio Cervantes>> Ed. DESTiNO 2011..
En México parece que día con día se quiere imponer “el mundo del revés” o nos quieren hacer creer esto: donde los políticos corruptos junto con sus partidos son intocables y no son cuestionados por su enriquecimiento ilícito a cuestas de los impuestos de la gente que de verdad trabaja.
Nuestros políticos se han ido formando una aureola que los protege, ejemplos nos sobran en nuestro país: la tragedia de la guardería en Sonora; Atenco; Oaxaca; el Moreirazo en Coahuila, ningún político que participo en estos genocidios han sido castigados o llamados a dar cuentas de sus acciones torcidas.
Donde el narcotraficante es ensalzado cual si fuera un papa de la beatificación de la violencia absurda, acompañada de corridos estúpidos, a coro por sus seguidores que se creen sus compinches.
El actor – actriz productos manufacturados de las televisoras a su antojo y placer, es el portavoz de lo que tienen que hacer las y los mexicanos.
Los medios de comunicación van creando más “jaulas mentales” de las cuales sirven para masificar el intento de pensar, o peor aún, acabar con la capacidad de pensar de la gente.
Ahora, resulta que los verdaderos héroes son los futbolistas y el futbol es un pretexto más, para alimentar nuestra irresponsabilidad.
Habrá brotes de un verdadero protagonismo por parte de algunas y algunos ciudadanos, donde no hay otra motivación que la de servir honestamente a su sociedad.
Sin embargo, la y el ciudadano que se atreva a participar más allá de su conformismo y letargo, será cuestionado hasta sus últimos rincones de su vida, por lo tanto, será perseguido y criminalizado hasta el hartazgo.
Le impondrán candados y más leyes absurdas para desanimar su participación para algún cargo público, el cual los que están actualmente no se lo merecen, ni tampoco lo usan para nuestro bien común.
No digo, que no se le cuestione y se le revise, pero, que no debemos de tener la misma actitud frente a nuestros servidores públicos, ante los partidos políticos, en nuestras iglesias, parece ser que nos hemos acostumbrado a no decirles nada a estos que están frente a nuestra instituciones, sean gubernamentales o eclesiales.
La justicia se exige para todas y todos, que realmente pase por el filtro de la transparencia, no nada más hacia alguien que pretenda algún cargo público y que éste, por no pertenecer a alguna institución o plataforma oficial, le caiga todo el peso de la “ley”.
Sus discursos son los mismos, que ellos (los partidos políticos) son los que mejor pueden llevar a cabo la “democracia”, ahora ellos son los paladines de la transparencia, de los que van a crear leyes que estén a nuestro favor ¿será?
No caigamos en las trampas de los que ostentan el poder, así como se exige transparencia a cualquiera de nosotros, también estamos llamados a exigirla a nuestros gobernantes.
Para eso es necesario y es una tarea esencial hoy en día, no dejar de micro-organizarnos, no desanimarnos si somos 2 o 3, no dejemos de perseverar, esto es una lucha de seguir hasta donde podamos.
No tener miedo de derrumbarles sus farsas a nuestras autoridades, de quitarles el fuero que los protege de sus corruptelas, de confrontarles cara a cara ¡No tenemos por qué tener miedo frente a quienes nos tienen así!
¿Por qué hemos llegado a ésta situación y no hacemos nada? ¿Qué nos falta para actuar?
Quien alimenta mí esperanza eres tú lectora y lector, y pensar que puedo soñar, en que uno a una seremos más, las y los que nos sumamos a provocar ese cambio que necesita nuestro México, nuestro estado, nuestra ciudad, nuestro entorno y nuestro momento histórico.
“y otra vez levanté la voz y acudieron a mí quienes debieron llegar al encuentro de la aventura para cambiar al mundo”.
<<Lydia Cacho en: el México indignado>>
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