Xicolandia

Escribe: Marco Escalante

 

Estimado amigo o amiga, sí, tú, mi único lector/a, quiero que sepas que las siguientes líneas son pura fantasía, ficción y falsedad; he inventado este cuento sobre un pueblo inexistente llamado Xicolandia porque me da envidia la fama que ha obtenido La Atlántida a través del tiempo y quiero que el tiempo transporte esta fantasía para que las generaciones futuras se afanen buscando vestigios de cosas que nunca existieron:

El cuento comienza así:

Xicolandia era un país muy hermoso con una amplia variedad de flora, fauna, costas, magia y … petróleo; pero hubo una época muy sombría en la que sus principales señoríos eran Los Machomiltecos, Los Michontecos y Los Ayotzitelcos; lugares donde se dieron los casos de este relato.

Durante mucho tiempo Xicolandia fue gobernada por los Primos del pueblo, quienes se viciaron de poder llevando al pueblo a vivir múltiples viacrucis económicos; cansados de tantos problemas, el pueblo volteó a ver otras opciones y en el horizonte notaron un radiante sol naciente que les hizo sentir confianza y calidez, no dudaron en llamarlo y pedirle que ocupara el puesto de los gobernantes, pero Los Primos que gobernaban en ese momento realizaron toda clase de artimañas; en las cuales ya habían creado maestranza; para que los del Sol no pudieran llegar a los puestos de gobierno. No conformes con haberlos fulminado, Los Primos se dieron a la tarea de pisotear la amenaza durante largo tiempo, lo que les hizo perder de vista a otro grupo, Los Socios; Los Socios no habían brillado tanto como los del Sol porque ellos no se identificaban completamente con el pueblo, más bien ellos se distinguían por saber administrar, ordenar y dirigir; virtudes que les habían hecho ganar algunos adeptos entre el pueblo. Y el pueblo, que dados por tontos; se habían enterado del sin fin de marrullerías realizadas por los Primos; cobijó a Los Socios y los hizo, ahora sí, llegar al poder. Una vez en el poder y tras la cruenta derrota de Los Primos, Los Socios se enteraron de la verdadera putrefacción que se escondía bajo los tapetes y empezaron a limpiar; encontraron bichos de toda índole, avispones, mariposas, tortugonos, sandijuelos, chimamonos , etc, etc, etc, contra todos se fueron dando escobazos y trapazos; cuando creían que ya estaban terminando encontraron unos bichos muy raros que tenían infectado todo, eran Los Coqueros, entonces sí, a éstos bichos no era tan fácil eliminarlos porque estaban por todas partes tanto que Los Primos estaban muy infectados; aún no se sabe si ellos lo sabían; a los del Sol ya los habían infectado gracias al contacto con Los Primos y empezaban; con la lucha; a infectar a los Socios; pero igual Los Socios les declararon la guerra y Los Coqueros al verse que perdían terreno; porque nunca les habían molestado; se fueron haciendo hacia otros rincones, infectando espacios propios del pueblo y causando estragos sociales por demás crueles; fue entonces cuando se dio una lucha feroz a campo abierto, con lamentables consecuencias de daño a seres inocentes llamados “daños colaterales”; tanto dolor sufría el pueblo que Los Primos aprovecharon esta circunstancia para quitarles el poder a Los Socios hurgando un plan que le prometía al pueblo acabar con el sufrimiento; y el pueblo se la creyó.

Fueron los hechos posteriores los que develaron el plan de Los Primos, sí. Los Michontecos (y muchos otros pueblos) al ver que la infección sobrepasaba a las fuerzas del gobierno, habían tomado trastos y detergentes para hacer la limpia por manos propias, atinándose un grandioso éxito; con esto estaba casi resuelto el problema en su región; pero Los Primos necesitaban quitarle al pueblo sus buenas intenciones porque les estorbaba para sus planes.

Los Machomiltecos hicieron una columna de defensa con lo que estaban logrando contener la infección incluso hubo en esta región tres Primos que se unieron a la columna, convencidos de su eficacia, cosa que molestó a sus compañeros porque en lugar de unirse deberían de apoyar para retirarlos del camino y no estorbasen a sus planes.

Tiempo atrás, Los Ayotzitelcos habían develado el plan y Los Primos se esforzaban por no ser descubiertos, en un arranque de desesperación cuarenta y tres pueblerinos habían sido migrados al espacio estelar, sin posible retorno, todo porque develarían en forma accidental que…

Los Primos, para evitar la dura lucha contra Los Coqueros, ordenaron a todos sus representantes en todas las regiones, que hicieran pactos de no agresión; Los Coqueros podrían estar en paz si prometían no dejarse ver, dejar de dañar al pueblo y pagar cuotas piramidales a Los Primos; a cambio el gobierno garantizaría el libre tránsito de ellos en Xicolandia y además les repartiría lugares (regiones) donde podrían operar libremente y sin conflictos.

Para sorpresa, Los Primos Ayotzitelcos notaron que gracias al trabajo de Los Socios, su región no tenía Coqueros (como muchas otras) y era tanto lo que se podía lograr que fueron los mismos Primos quienes dijeron “esta zona es mía” y terminaron siendo Coqueros y Primos al mismo tiempo (como muchos otros) con el conocimiento y la complacencia de Los Primos mayores, he ahí el secreto.

El plan transcurría, los ajustes necesarios se hacían, aunque cada vez era más difícil cumplir lo pactado, pero se estaba logrando; lo único que les faltaba a Los Primos era crear un solo canal de comunicación para no andar jugando al teléfono descompuesto; les urgía nombrar un Primo que pudiera con el paquete de pactar y controlar a Los Coqueros en toda Xicolandia, se necesitaba un Zar con Mando Único para cerrar con broche de oro el plan perfecto.

¿Lo lograrían?

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Y yo… ¿de cuál fumé?

 

¡Ojalá y gane Trump!

Escribe: Marco Escalante

A pesar de los pesares, lo único que podría hacer que México creciera exponencialmente y rebasara por mucho la calidad de vida que tienen las hoy primeras potencias económicas, así como una excelente seguridad pública y gran calidad de cuerpos políticos en el país, será el hecho de que Donald Trump quede como presidente de los Estados Unidos Americanos (USA).

Gracias a él los ciudadanos de «a pie» enterarían que el famoso «Sueño Americano» no es más que un anzuelo creado para atraer «esclavos» desechables que perpetúen la bonanza de su país.

Gracias a un triunfo como el de Trump, nos daremos cuenta de que nunca nos han ayudado sin ayudarse ellos primero, que todo lo que parece que «son buenos» realmente es porque les conviene y no son en lo más mínimo unos samaritanos.

Si gana Trump, nuestra clase política tendrá que darse cuenta de que robar en México para vivir en USA ya no será una buena idea, ahora tendrán que gobernar y dirigir México para vivir en México.

Ojalá y gane Trump para que la bola de pendejos que claman auxilio siempre que tenemos problemas empiecen a darse cuenta de que las soluciones las tenemos que dar nosotros y por lo mismo debemos de dejar de hacer pendejadas con el presupuesto, la educación, el petróleo, la seguridad, la política y la ecología.

Ojalá y Donald Trump sea el próximo Presidente de los Estados Unidos Americanos, no será fácil y va a doler… pero el premio al final está buenísimo.

Subamos a la cima por el lado difícil, porque nada bueno es fácil de lograr.

Quiero morir durante el alba del país.

Vientos de Libertad

Escribe: Comité Dignidad y Justicia

 
SECCIÓN 38 DEL SNTE
PRESENTE
DELEGACIÓN D-IV-2
PRESENTE
SECRETARIO GENERAL DE LA SECCIÓN 38 DEL SNTE
AUSENTE
CLÍNICA DEL MAGISTERIO UNIDAD MONCLOVA
AGONIZANTE
FARMACIA DE LA CLÍNICA DEL MAGISTERIO
VACÍA

 

Coraje e impotencia ante esta realidad, la otrora combativa sección 38 se encuentra hoy en crisis de valores: la honestidad, la honradez y el espíritu de lucha, se han trocado por corrupción y la ambición.

Los maestros que deberían ser ante la sociedad ejemplo de honradez, rectitud y de servicio, hoy tenemos en la dirigencia de nuestra sección gente que nos tiene amordazados.

Apoyan leyes que legislan, leyes que castigan a quienes maltraten a perros callejeros y dejan morir sin medicinas a maestros que dejaron sus mejores años dedicados a educar al pueblo coahuilense.

¿Dónde quedaron los principios de los pilares del sindicalismo de la sección 38?

Felipe de Alba Galván: Precursor de nuestras luchas sindicales

Nicéforo Rodríguez Maldonado: Ilumínanos con tu claro pensamiento

Miguel Vargas Ortiz: Danos la mano para caminar unidos

Eliseo Loera Salazar: Nos hace falta tu entereza y tu visión de profeta

Ramón Ortiz Villalobos: Guerrero incansable

Severino Calderón: Líder incansable

Alejandro Casas: Luchador Lagunero

Queremos rescatar de su claro pensamiento la senda luminosa que se ha perdido, se derrumban sus principios por ambiciones mezquinas, por políticos tramposos que solo ambicionan el poder.

Hoy necesitamos orientación y apoyo a las bases, una familia congregada en bien de la educación, pero la triste realidad es:

  • Desbandada
  • Desunión
  • Apatía
  • Traición
  • Indiferencia

Retomemos el rumbo, hay que unir fuerzas, convocar a las conciencias dormidas, es tiempo de despertar de la modorra, tenemos fuerza todavía para defender lo nuestro.

Adelante compañeros, no estamos pidiendo limosnas, defendemos lo que es nuestro, merecemos una atención de primera, porque de primera es nuestra aportación.

Nos hemos ganado una jubilación digna, disfrutémosla con alegría que para eso hemos nacido, para ser felices y la felicidad se logra cuando actuamos de acuerdo a nuestra conciencia.

¡Adelante, no desmayemos!

Sección 38

Te secuestraron

¡Vamos a rescatarte!

Criminalizar la escritura, exterminar al escribano

Escribe: Anel Hernández Sotelo

imagen de cazandoestrellas.com

imagen de cazandoestrellas.com

De Proyecto 21.20

 

Escribir es dejar una marca. Es imprimir huellas fragmentadas de la propia constitución psíquica y filosófica. Es conocerse y reconocerse. La tradicional dificultad epistemológica sobre la preponderancia de la oralidad frente a la escritura y viceversa es, desde mi punto de vista, un artilugio retórico academicista superado en la práctica. El habla es la maquinaria dilucidadora de la presencia del ser mientras que “la escritura [es] un modelo para el habla, capaz de hacer que la lengua pueda analizarse en sus constituyentes sintácticos. Las palabras –los constituyentes más elementales- pasan a ser tema de la reflexión filosófica, además de objeto de definición. Las palabras se convierten en cosas”.[1] Así, como quiere David Olson, la escritura proporciona un modelo adecuado para el habla y posibilita el análisis filosófico y estructural de los diferentes tipos de discursos. Es, pues, en este sentido donde quisiera que el lector ubicara el presente texto.

No es lo mismo escribir sobre la rabia, sobre la indignación, sobre la corrupción y sobre el genocidio en México que escribir la rabia, la indignación, la corrupción y el genocidio de los mexicanos. En el primer caso, el amanuense se coloca por encima de su objeto escritural, presumiendo de una suerte de visión panóptica capaz de articular los componentes sintácticos del momento crítico que vivimos acá. En cambio, el segundo supuesto implica que el escribano se yergue presencial y vívidamente frente a los actos, los sentimientos y las emociones humanas reveladas en los síntomas de la crisis estructural del capitalismo a la que asistimos, categorizándolos en enunciados cuyos sujetos tienen nombre y apellido. El lugar donde se coloca el amanuense frente a su objeto escritural determina la diferencia entre el sujeto escribiente en ausencia y el sujeto escribiente en presencia.

Con lo escrito hasta aquí, es probable que el lector suspicaz me acuse de exponer una visión simplista y reduccionista de los complejísimos mecanismos de la cultura lecto-escritural en Occidente. En mi descarga, además de otorgarle entera razón, respondo que para los fines que persiguen estas líneas, el simplismo y la reducción expresas funcionan como las estacas que soportan los palafitos sobre las aguas. Porque de lo que se trata aquí es de discurrir sobre la condición que el Estado criminal le ha otorgado a una especie bien determinada de palafito (el escritor de la prensa crítica) frente a otra especie igualmente determinada (el escritor de reflector, el amanuense de parafernalia).

Generalmente el escritor de reflector utiliza sus habilidades orales y escriturales para consentir al régimen. Sin embargo, en el México de siglo XXI, donde es claro que el Estado crea sus propios contrapesos de disidencia (mañosamente llamados “movimientos de izquierda” o “partidos de oposición”), es necesario matizar la cuestión. Pensemos en dos figuras “magnánimas” y representativas de las letras mexicanas: Enrique Krause y Elena Poniatowska.

Wikipedia, ese gran proyecto enciclopédico colectivo y en constante actualización,  presenta a Enrique Krause como “un escritor, historiador, biógrafo, crítico, editor, ingeniero, empresario cultural, director de la Editorial Clío y de la revista cultural Letras Libres, miembro de la Academia Mexicana de la Historia y de El Colegio Nacional [que] ha escrito más de veinte libros, entre los que destacan Siglo de caudillos, Biografía del poder, La presidencia imperial, La presencia del pasado y Redentores [y] ha producido más de 300 programas y documentales sobre la historia de México”.[2] Este empresario cultural, disfrazado de historiador, calificado de crítico y abrazado fraternalmente por las instituciones académicas de más prestigio en nuestro país tiene, desgraciadamente, una masa de seguidores que defienden su escritura a capa y espada, sin cuestionar el lugar donde esta eminencia se coloca frente a ella.

Sirva como ejemplo una experiencia personal. Siendo quien soy, una historiadora disidente que asume que el humanista que no se implica en las luchas de su tiempo es un humanista inútil, pocos “amigos” me quedan entre el gremio de los profesionales de la historia. Y uno de esos pocos, desechó una amistad de casi diez años cuando la que suscribe creó el grupo “¡¡¡Enrique Krause, fascista!!!” en Facebook, argumentando que la producción historiográfica del empresario cultural es valiosa. En este estado lamentable se encuentra el análisis y la crítica de los profesionales sobre los procesos de nuestra contemporaneidad. Porque a Krause nadie le dictamina sus textos para publicarlos, como sí ocurre con los historiadores de “poca monta”, miembros del Sistema Nacional de Investigadores como yo. Porque Krause, en su calidad de “empresario cultural”, representa la opinión de “los expertos”, de “los que saben”, y es por eso que los medios de comunicación NO libres lo requieren en sus editoriales y en entrevistas radiofónicas y televisivas. Porque Krause habla y escribe sobre política e historia pero no escribe la política ni la historia, dado que es un crítico mediatizado. Porque a Krause nadie lo amenaza, nadie lo acosa, nadie lo tortura y nadie lo exterminará puesto que sus dichos y su escritura no rozan, siquiera tangencialmente, la insurrección de los saberes.  Porque Krause es un engranaje más de la cultura neoliberal que, sin tapujos, defendió el proceso de privatización de los bienes nacionales con su apoyo al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, aunque se le tiene como un crítico del salinato y, en 2006, con su “trabajo crítico”, fue cómplice del descrédito mediático contra Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y legitimó las sucias elecciones de ese año, gracias a las cuales subió a la presidencia el genocida Felipe Calderón. Porque Krause es un estafador que arropa a los de su clase, vista la defensa pública que en 2014 hizo de la figura de Rosa Verduzco y La Gran Familia. En suma, Enrique Krause es un amanuense que funciona como la parafernalia intelectual del régimen: apenas en junio de este año el pseudohistoriador expuso en el Foro Mundial RH 2015 -patrocinado por Oxxo, Sura, ManpowerGroup y el Tecnológico de Monterrey, entre otros-, que el estado de Nuevo León se encuentra en “la vanguardia de un nuevo capítulo de la democracia”[3] con el triunfo del expriísta “independiente” Jaime Rodríguez “el Bronco”, aunque nada expresó sobre la represión electorera en municipios guerrerenses y oaxaqueños. ¡Qué altura de miras!

Pero he apuntado que los escritores que se asumen como “de izquierda” también forman parte del vulgar espectáculo oral y escritural del régimen. Elena Poniatowska representa  quizá uno de los ejemplos más reveladores de la prostitución escritural de la “izquierda intelectual” de este desgraciado país. “Elenita” es la encarnación de la potestad y de la vigencia del sistema de castas a nivel global:

Su madre, Paulette, se llamaba en realidad Dolores Amor y nació en 1913 en París, hija de una familia porfiriana exiliada tras la revolución. En París se casó con otro exiliado, el heredero de la corona polaca Jean Evremont Poniatowski Sperry, y en París nacieron Helène y Sofía, a quien todos llaman Kitzia. Heredó el título de princesa de Polonia, aunque ella misma afirma que le importa muy poco y no frecuenta a su familia europea, que la llama ‘La Princesa Roja’.[4]

Fiel devota de los delirios y las incongruencias lopezobradoristas, la “Princesa Roja” escribió una crónica novelada –que no una historia crítica- sobre la represión de 1968 para, décadas después, en 1987, aparecer sonriente en una serie de fotografías junto a Carlos Monsiváis, Héctor Aguilar Camín, Rafael Tovar y Teresa, Gabriel García Márquez y otros, todos en coro legitimando la campaña presidencial de Carlos Salinas de Gortari, del mismo modo que AMLO entronó con sus carismáticos abrazos a Abarca y a Aguirre en Guerrero y a los aspirantes a una diputación federal por MORENA en la reciente farsa electorera. ¡Ah! y para entender la difusa línea ideológica que separa a los escritores del régimen con los “de izquierda”, recuérdese que Poniatowska también dejó explayar su pluma para defender a la anciana zamorana a quien, su senilidad le salvó de un proceso judicial, según las declaraciones de Murillo Karam. Usos y costumbres de las mafias, nada más.

Recientemente, el 18 de julio de este año, la “Princesa Roja” apareció en la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos como parte de un contingente de intelectuales y artistas “de izquierda”, integrado además por Héctor Bonilla, Juan Villoro, Armando Bartra, Gabriel Retes, Luis Hernández Navarro, Rafael Barajas “el Fisgón” y Marta Lamas, cuyas virtudes críticas les merecieron el título de “padrinos de honor” de la generación 2011-2015. Sus discursos, atisbados de lugares comunes, fueron aplaudidos por algunos mientras que Otros, los normalistas en pie de lucha junto a los padres y las madres de los estudiantes desaparecidos forzadamente por el Estado mexicano en septiembre de 2014, difundieron un documento durante el evento en el que

acusaron “distribución de dinero sucio” para el pago de los trajes que vistieron y ese acto [y] aunque agradecieron la presencia de intelectuales como padrinos, los inconformes afirmaron que ellos acordaron junto con los familiares de los 43 normalistas desaparecidos ‘no negociar’ con el gobierno estatal, como lo hizo, según señalaron en su escrito de dos páginas, el comité de proclausura [porque] “todos esos lujos son pagados con dinero sucio, aún cuando proviene de los contribuyentes del pueblo han pasado por las manos manchadas de sangre y corrupción de los políticos que gobiernan el país”.[5]

Estos magnánimos representantes del intelectualoidismo mexicano “de izquierda”, que tampoco deben hacer pasar sus escritos por dictámenes a doble ciego, ni ir de casa editorial en casa editorial para ver publicados sus libros, utilizan el boom mediático del conflicto social como telón de fondo de un escenario corrosivo y perverso. Porque “critican” al sistema desde la disidencia controlada y sus artilugios retóricos les sirve para continuar vigentes en el espectro mediático.

Hay quien opina que en un país como el nuestro, donde la tasa de analfabetismo en el 2010 era de 6.9% según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía,[6] la influencia de los dichos y los escritos de estos sabiondos es nula. Desde mi punto de vista, estos opinadores son incapaces de vislumbrar la dimensión simbólica del asunto, así como los pejistas tampoco alcanzan a entender el pernicioso mensaje detrás del “inocente” slogan “AMLO es MORENA”. Porque muy poca atención se le presta a lo que Pierre Bourdieu ha llamado la alquimia de la representación:

la palabra o, a formatiori, el refrán, el proverbio y todas las formas de expresión estereotipadas, o rituales son programas de percepción y diferentes estrategias, más o menos ritualizadas, de la lucha simbólica diaria, de la misma manera que los grandes rituales colectivos de nominación o, más claramente aún, los enfrentamientos de visiones y previsiones de la lucha propiamente política, contienen una cierta pretensión de la autoridad simbólica en tanto que poder socialmente reconocido a imponer una cierta visión del mundo social, es decir, a imponer divisiones del mundo social. En la lucha por la imposición de la visión legítima, en que la propia ciencia está inevitablemente empeñada, los agentes detentan un poder proporcionado a su capital simbólico, es decir, al reconocimiento que reciben de un grupo: la autoridad que funda la eficacia performativa del discurso es un percipi, un ser conocido y reconocido, que permite imponer un percipere, o, mejor aún, que permite imponerse oficialmente como imponente, es decir, frente a todos y en nombre de todos, del consenso respecto al sentido del mundo social que funda el sentido común. [7]

Así, aunque los mexicanos no hayan leído nunca la escritura de un Krause o de una Poniatowska, el hecho de ser figuras conocidas y reconocidas los convierte en autoridades simbólicas del consenso, es decir, del sentido común, y es por eso que su presencia es requerida mediáticamente. Que una escritora “de izquierda” acepte el Premio Cervantes de manos de la realeza española y que, más tarde, esa misma escritora apadrine a la generación de normalistas, habida cuenta de la situación que se padece en esa institución que también la condecora, además de denotar la crisis de conciencia que padecen los letrados, nos advierte sobre el tipo de legitimidad que estos “críticos de izquierda” obtienen y las vías por las que hacen efectiva tal legitimidad. Más grave aún es lo que mediáticamente hacen con esa legitimidad impostada.

En la jerga de los músicos, el término impostar se utiliza para referir al acto de “fijar la voz en las cuerdas vocales para emitir el sonido en su plenitud sin vacilación ni temblor”.[8] Pues bien, el sonido que emiten los escritores que hasta aquí he perfilado –sean de derecha, de centro, de izquierda, de todo eso y de su contrario- es un sonido fijo en el sistema partidocrático neoliberal mexicano que alcanza su plenitud “sin vacilación ni temblor” en los medios de comunicación tradicionales. Porque en la dimensión pública que adquieren al aparecer en la prensa, la televisión o la radio, no se les cuestiona y sí se les expone como los garantes de la erudición, la crítica y el análisis en un país en el que desde hace años se extermina sistemáticamente a los escritores que no son de reflector, a los que no son parafernalia. La legitimidad impostada es la condición del sujeto escribiente en ausencia.

Hoy, mientras que el sujeto escribiente en ausencia aparece, irónicamente, en los medios masivos recibiendo premios y autorizando las desviaciones estructurales del sentido de la ética y la dignidad humanas, el sujeto escribiente en presencia desvela su ser solamente después de su muerte. La presencia mediática de ese amanuense es efectiva en su ausencia. Y si no, preguntárselo al gremio de los periodistas quienes, hoy por hoy, son los verdaderos críticos, analistas y cronistas de los tiempos que dolorosamente nos ha tocado vivir.

Según la nota difundida el día de ayer por Regeneración,[9] solamente el gobernador de Veracruz, Javier Duarte Ochoa, carga en sus espaldas el asesinato de más de una decena de comunicadores y la desaparición forzada de cinco periodistas. Armando Saldaña Morales, Octavio Rojas Hernández, Moisés Sánchez, Noel López Olguín, Miguel Ángel López Velasco –asesinado con su esposa y su hijo-, Misael López Solana –fotoperiodista hijo de López Velasco-, Yolanda Ordaz, Regina Martínez, Guillermo Luna Varela, Gabriel Huge Córdova, Esteban Rodríguez, Víctor Manuel Báez Chino, Juan Mendoza Delgado, Gregorio Jiménez de la Cruz y muy recientemente Rubén Espinosa Becerril, son los nombres de estos sujetos escribientes en presencia, conocidos y reconocidos en ausencia. A ellos debemos sumar el asesinato de más de una centena de profesionales de la comunicación entre 2000 y 2015, la inconclusa lista de los miles de activistas, estudiantes e inmigrantes asesinados y desaparecidos por el Estado mexicano y los inexactos datos sobre la cantidad de personas que, con anuencia de este Estado criminal, son víctimas de la prostitución obligada, el tráfico de órganos, la tortura, la prisión injusta y los “daños colaterales” del exterminio sistemático contra la población disfrazada de “guerra contra el narco”.

En este país, el delito de escribir se castiga con cárcel, con tortura, con desaparición o con una muerte sanguinaria. Mientras que describir, es decir, figurar algo delineándolo para exponer un discurso maniqueo, superfluo y encubridor, se premia, se halaga, se mediatiza y se pondera. Los tentáculos de este sistema genocida han alcanzado incluso la escritura en los muros que, de suyo, nos pertenecen. Durante las campañas electoreras pasadas, corría en Twitter una convocatoria de MORENA invitando a la población a “prestar tu barda” para “pintar la Ciudad de MORENA” porque, como soporte escritural, el muro habla y propone. Sin embargo, cuando ese soporte escritural es utilizado por los graffiteros, éstos son criminalizados, acosados y asesinados. En la lucha entre la memoria y el olvido, es necesario rescatar aquí la escritura de Ricardo Cadena Becerra, un joven poblano de 18 años que en la madrugada del 4 de mayo de 2015 fue asesinado por Yahir Mote, entonces subdirector de Seguridad Pública Municipal de San Pedro Cholula, por dejar su marca en una barda, habida cuenta de que dos meses antes “el Congreso de Puebla aprobó la Ley Antigrafiti que plantea castigar hasta con seis años de cárcel a quien dañe propiedad privada con pintas. El delito es castigado con una pena de tres a seis años de prisión cuando el daño se cometa en contra de inmuebles catalogados como históricos o arqueológicos, y en ello no alcanzarán la libertad bajo caución”.[10]

El muro “prestado” para describir la falacia de la esperanza partidista hace las veces de los discursos del Krause, la Poniatowska y otros de su talante, mientras que el muro utilizado para escribir el hartazgo, la indignación, la rabia y la cultura de la desobediencia al Estado criminal se asemeja a la nota periodística que incomoda hasta la médula y, por eso, es necesario exterminar. Cabría preguntarnos qué resulta “más” criminal: ¿la escritura prostituida de los sabiondos o la escritura de los periodistas que, con muchas dificultades, pueden saldar sus cuentas económicas mes con mes pues reciben un salario miserable mientras exponen su vida?

Con indignación y rabia a 4 de agosto de 2015

Reseña curricular de la autora

Anel Hernández Sotelo (México, D. F., 1979)

Doctora y maestra en Humanidades por la Universidad Carlos III de Madrid (2006-2011). Licenciada en Historia por la Escuela Nacional de Antropología e Historia (2000-2005). Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (nivel 1) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México. En el año 2014 realizó una estancia de investigación posdoctoral en el Centro de Estudios de las Tradiciones de El Colegio de Michoacán y un año más tardé cursó el Certificado en Teoría Crítica en 17, Instituto de Estudios Críticos. Para más información, visítese su blog personal www.tlacuiloloyan.blogspot.mx

 

 

 

 

 

 

[1] OLSON, David R., El mundo sobre el papel. El impacto de la escritura y la lectura en la estructura del conocimiento, Barcelona: Gedisa, 1999, p. 100.

[2] “Enrique Krause” en Wikipedia. La enciclopedia libre, 23 de julio de 2015, disponible en https://es.wikipedia.org/wiki/Enrique_Krauze, última consulta: 3 de agosto de 2015.

[3] CASAS, David, “NL a la vanguardia de un nuevo capítulo de la democracia: Krause” en La Crónica, 12 de junio de 2015, disponible en http://www.cronica.com.mx/notas/2015/903618.html, última consulta: 3 de agosto de 2015.

[4] “Elena Poniatowska” en Escritoras.com Literatura escrita por mujeres, 19 de diciembre de 2013, disponible en http://escritoras.com/escritoras/Elena-Poniatowska, última consulta: 3 de agosto de 2015.

[5] REYES, Laura, “Ayotzinapa: La graduación de una generación ‘cargada de ausencias’” en CNN México, 18 de julio de 2015, disponible en http://mexico.cnn.com/nacional/2015/07/18/ayotzinapa-la-graduacion-de-una-generacion-cargada-de-ausencias, última consulta: 3 de agosto de 2015.

[6] INEGI, información disponible en http://cuentame.inegi.org.mx/poblacion/analfabeta.aspx?tema=P, última consulta: 3 de agosto de 2015.

[7] BOURDIEU, Pierre, ¿Qué significa hablar? Economía de los intercambios lingüísticos, Madrid: Akal, 2001, p. 66.

[8] Real Academia Española (RAE), voz: “impostar”, recurso digital disponible en http://lema.rae.es/drae/?val=impostar, última consulta: 3 de agosto de 2015.

[9] “100 periodistas asesinados en México en sólo 15 años” en Regeneración, 2 de agosto de 2015, disponible en http://regeneracion.mx/causas-justas/100-periodistas-asesinados-en-mexico-en-15-anos/, última consulta: 3 de agosto de 2015.

[10] Redacción, “Subdirector de Policía en Puebla mata a joven por grafitear y se da a la fuga” en SinEmbargo, 4 de mayo de 2015, disponible en http://www.sinembargo.mx/04-05-2015/1333742, última consulta: 4 de agosto de 2015.

El teatro (académico) del mundo; reflexiones sobre las cloacas del imperio

Escribe Anel Hernández Sotelo

 

imagen tomada de listas.20minutos.es

imagen tomada de listas.20minutos.es

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En México las verdades oficiales están enterradas bajo lodo con sangre. El suelo mexicano vomita cadáveres. Hace varias décadas Santiago Camacho escribió un libro titulado Las cloacas del imperio. Lo que Estados Unidos oculta al mundo[1] y, sin fundamento alguno, la obra fue calificada como un irracional discurso promovido por los entusiasmados de las teorías de la conspiración. No se cuántos de los que tienen a Camacho como un periodista “conspiracionista” han leído esta obra. Menos sé cuántos de esos lectores son asiduos lectores de libros de historia. Yo, como lectora y como historiadora, recomiendo el texto pues me queda claro que los cánones que determinan la buena literatura y la buena investigación histórica son sólo eso, cánones, o sea, imposiciones de lo que el buen gusto es. Un libro sugerente siempre se agradece.

Retomando el título de aquella obra, hoy otras cloacas del imperio están quedando al descubierto. Los organismos gubernamentales y noticiosos de todo el mundo – especialmente los estadounidenses, aunque no sólo-, que desde el año 2012 promovieron la imagen de Enrique Peña Nieto como el joven candidato presidencial que firma y que cumple sus compromisos, ahora actúan como avestruces incómodas y temerosas escondiendo la cabeza. Esos mismos organismos enaltecieron a la actual cónyuge del mandatario como la modelo de la mexicana sofisticada y progresista. Angélica Rivera dio la vuelta al mundo como un dechado de virtudes, a pesar de que sus logros más loables se reducen a ser una “estrella” más de Televisa, con todas sus implicaciones.  Cabe preguntarnos entonces por las cloacas que faltan por destapar.

Ayotzinapa es la coyuntura parida durante las últimas cuatro décadas del devenir occidental. Esta coyuntura fue gestada al menos desde 1453, luego de la desestructuración sistémica de eso que los historiadores –por economía del lenguaje, es decir, por comodidad- encerramos en el concepto de Imperio Romano de Oriente. No es lugar ahora para extenderme en estas consideraciones que retomaré en otro momento. Lo que me interesa destacar ahora es que Ayotzinapa, además de ser un lugar físico es hoy un espacio metafísico en el que se contiene el punto de no retorno, tal y como lo expresaron ayer en rueda de prensa los voceros del grupo de padres de los 43 desaparecidos, los estudiantes normalistas y los abogados que les asisten, luego de sentarse durante más de cuatro horas con Enrique Peña Nieto en la residencia oficial de Los Pinos.

Y escribo sobre el espacio metafísico apoyándome en el inmejorable estudio filológico de Fernando Rodriguez de la Flor titulado La península metafísica.  En el prólogo de la obra el autor desvela a sus lectores el objetivo primero y último de su obra: “se trata en este libro de tomar conciencia de la organización de un teatro donde el espíritu de un tiempo ‘muestra’ aquello en lo que dice creer (o aquello en que desea que se crea) [en el que] se condensan los estratos geológicos de una suerte de ‘inconsciente nacional’, en lo que fue la era decisiva de su formación: el Siglo de Oro”.[2] Ese teatro del mundo del que se ocupa el filólogo, estuvo sustentado en artefactos retóricos y en reconstrucciones de sentido que culminaron en la propia exterminación de lo que la realidad es. Y hoy, ese teatro del mundo se vivifica, más de tres siglos después, en México.

Si bien desde hace años en Radio Pasillo se rumora que la única manera de lograr un lugar en la academia es trepando, arrebatando, engañando y corrompiendo, hoy el mundo entero sabe que las universidades se han convertido en casas de criminales. Ernesto Zedillo es actualmente  director del Centro para el Estudio de la Globalización de la Universidad de Yale,[3] a pesar de que en el año 2012 los sobrevivientes de la masacre de Acteal exigieron a la Corte Internacional un juicio político contra él.[4] Nada se hizo porque el catedrático de Yale obtuvo del Departamento de Estado de Estados Unidos inmunidad política a instancias del gobierno de Felipe Calderón.[5] A su vez, Felipe Calderón goza ahora mismo de la beca Líderes Globales Públicos Angelopoulus concedida por la Universidad de Harvard, con la que ostenta una plaza académica de carácter temporal.[6] No hay que olvidar que ambos mandatarios gozan de mensualidades millonarias y vitalicias provenientes del erario público mexicano sólo por haberse desempeñado como presidentes de la nación. Finalmente, Peña Nieto carga con su propia masacre: Atenco.

La historia política del egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México Emilio Chuayffet Chemor bosqueja también el emotivo desfile de personalidades que actúan en este teatro del mundo que es México, en donde ya no es discutible señalar la vinculación entre los órganos educativos y la criminalidad. Luego de desempeñarse como gobernador del Estado de México –obviamente apoyado por el Grupo Atlacomulco, mismo que merecería un texto aparte-, recibió de Ernesto Zedillo la titularidad de la Secretaría de Gobernación. Así,  tanto Zedillo como Chuayffet deben ser llamados a rendir cuentas no sólo por la masacre de Acteal, sino también por la matanza de Aguas Blancas,[7] junto con el ex gobernador de Guerrero Ángel Aguirre Rivero, quien hoy goza de licencia para separarse del cargo –sin perder sus fueros- mientras se esclarecen los asesinatos y las desapariciones forzadas de los  normalistas de Ayotzinapa. En 2012, de ser presidente de la Cámara de Diputados Chuayffet Chemor saltó a la Secretaría de Educación Pública como miembro del gabinete del actual presidente Enrique Peña Nieto. Singular personaje éste que actualmente está al frente de la secretaría de Estado que “tiene como propósito esencial crear condiciones que permitan asegurar el acceso de todas las mexicanas y mexicanos a una educación de calidad, en el nivel y modalidad que la requieran y en el lugar donde la demanden” y cuyos valores son “honestidad, responsabilidad, honradez, respeto, compromiso, integridad, liderazgo, actitud de servicio, disciplina e igualdad”.[8]

La educación en México ha sido prostituida. Las rectorías universitarias han sido en muchos casos antesalas de las gubernaturas estatales. El ciudadano de a pie ya no sabe dónde empieza el académico que se convierte en político y que más tarde se metamorfosea en criminal o viceversa. Caso concreto: Rogelio Ortega Martínez, el recién nombrado gobernador interino del estado de Guerrero, luego de la licencia concedida a Ángel Aguirre Rivero. Desde el año 2010 y hasta antes de su interinato, Ortega se desempeñaba como secretario general de la Universidad Autónoma de Guerrero, donde además ostentaba el cargo de profesor-investigador del Centro Interuniversitario para la Integración Americana y fungía como coordinador del Cuerpo Académico en Consolidación “Instituciones, Democracia y Cambio Político”. [9] A pesar de que la Asamblea Nacional Popular –cuya sede es precisamente la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa- exigió que fuese un representante de la sociedad civil quien se responsabilizara del interinato en la gubernatura de Guerrero,[10] el Ejecutivo Federal impuso a Ortega para el cargo. ¿Por qué? ¿Qué virtudes podrá tener un académico como Ortega para asumir la gubernatura del colapsado estado de Guerrero?

En el historial de Ortega no aparecen dotes probados de su liderazgo político. En su lugar, se ha esparcido la noticia de que el gobernador interino impuesto tiene vínculos con el ERPI (Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente) y con las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) al menos desde el año 2002.[11] ¿Será entonces ésta una de las virtudes que hace de Ortega la persona idónea para desempeñar el cargo que “la nación le demanda”? Aunque el académico venido a gobernador ha declarado que se trata de una infamia, es claro que en el teatro del mundo los artefactos retóricos se usan indiscriminadamente.

A este siniestro mapa de lo que es hoy la política mexicana hay que añadir el atentado que el día de ayer, miércoles 29 de octubre, sufrió el académico Ernesto Villanueva nada menos que dentro de Ciudad Universitaria. Entre otros temas, Villanueva ha venido trabajando desde hace tiempo en la investigación sobre los mecanismos de corrupción al interior de la universidades mexicanas y de los centros de investigación.[12] Gracias a que contaba con un auto blindado, salió ileso del atentado y ha declarado que, luego de hacer públicas sus investigaciones sobre los vínculos entre el Cártel de Sinaloa y Diego Valadés Ríos –actualmente investigador titular «C» de tiempo completo en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y miembro del Sistema Nacional de Investigadores (nivel III)- cuando éste se desempeñaba como Procurador General de la República, recibió amenazas del técnico académico Isidro Saucedo González, quien también forma parte del cuerpo de académicos del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.[13]

A la luz de estos acontecimientos, a la luz de la coyuntura que es Ayotzinapa, a la luz del largo expediente de irregularidades que se esconden intramuros de las universidades nacionales e internacionales, el término de narcoacademia se perfila como otro concepto indispensable para entender lo que tenemos enfrente: un estado fascista que no sólo tiene en las televisoras su máquina ideológica, sino también en las universidades y en los centros de investigación. Armando el rompecabezas quedan un poco más clarificadas algunas acciones –en apariencia inocentes e insignificantes- que no hacen más que evidenciar la censura imperante dentro de los centros académicos de nuestro país y bosquejar ciertas elucubraciones sobre la repentina desaparición de tesis de grado y de posgrado que han llegado a compartir el estatus de Dios: se habla de ellas pero nadie las ha visto.

Zamora, Mich., 30 de octubre de 2014

 

 

 

 

 

 

 

[1] CAMACHO, Santiago, Las cloacas del imperio. Lo que Estados Unidos oculta al mundo, Buenos Aires: El Ateneo, 1era. ed., 2004.

[2] RODRIGUEZ DE LA FLOR, Fernando, La península metafísica. Arte literatura y pensamiento en la España de la Contrarreforma, Madrid: Biblioteca Nueva, 1999, p. 10.

Recomiendo -principalmente a los “anticonspiracionistas”- la lectura concienzuda de este brillante y dilucidador texto sobre la ontología de lo barroco.

[3] Sitio oficial de la Universidad de Yale. Disponible en http://www.ycsg.yale.edu/center/zedillo.html; última consulta: 30 de octubre de 2014.

[4] MARISCAL, Ángeles, “Sobrevivientes de Acteal demandan juicio en México contra Ernesto Zedillo” en CNN México, 22 de diciembre de 2012. Disponible en http://mexico.cnn.com/nacional/2012/12/22/sobrevivientes-de-acteal-demandan-juicio-en-mexico-contra-ernesto-zedillo; última consulta: 30 de octubre de 2014.

[5] HERNÁNDEZ, Jaime J., “EU da inmunidad a Ernesto Zedillo por caso Acteal” en El Universal, 8 de septiembre de 2012. Disponible en http://www.eluniversal.com.mx/notas/869144.html; última consulta: 30 de octubre de 2014.

[6] Sitio oficial de la Universidad de Harvard. Disponible en http://www.hks.harvard.edu/news-events/news/press-releases/felipe-calderon-appointment; última consulta: 30 de octubre de 2014.

[7] HERNÁNDEZ JULIÁN, Ana Leticia, “Chuayffet y Aguirre salen premiados; Figueroa y Zedillo disfrutan de la vida civil: Aguas Blancas, a 18 años” en SinEmbargo, 28 de junio de 2013. Disponible en http://www.sinembargo.mx/28-06-2013/667696; última consulta: 30 de octubre de 2014.

[8] Sitio web oficial de la Secretaría de Educación Pública. Disponible en http://www.sep.gob.mx/es/sep1/sep1_Vision_de_la_SEP#.VFLIir7nnoA; última consulta: 30 de octubre de 2014.

[9] Redacción AN, “…Y ¿quién es Rogelio Ortega, el nuevo gobernador de Guerrero” en Aristegui Noticias, 27 de octubre de 2014. Disponible en http://aristeguinoticias.com/2710/mexico/y-quien-es-rogelio-ortega-el-nuevo-gobernador-de-guerrero/; última consulta: 30 de octubre de 2014.

[10] Redacción, “Ayotzinapa exige Gobernador civil; universidades van a paro nacional el 5 de noviembre” en SinEmbargo, 25 de octubre de 2014. Disponible en http://www.sinembargo.mx/25-10-2014/1152133; última consulta: 30 de octubre de 2014.

[11] Agencias, “Nuevo Gobernador de Guerrero, ‘manchado’ de sangre guerrillera” en Sipse.com. Información en todo momento, 28 de octubre de 2014. Disponible en http://sipse.com/mexico/ong-vincula-gobernador-interino-guerrero-rogelio-ortega-guerrilla-119873.html; última consulta: 30 de octubre de 2014.

[12] Sus trabajos pueden consultarse en el blog personal del investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. Disponible en http://ernestovillanueva.blogspot.mx; última consulta: 30 de octubre de 2014.

[13] DÍAZ, Catalina, “Fue un sicario profesional: Ernesto Villanueva” en El Universal, 29 de octubre de 2014. Disponible en http://www.eluniversal.com.mx/ciudad-metropoli/2014/ernesto-villanueva-atentado-cu-iij-academico-unam-1050198.html; última consulta: 30 de octubre de 2014.

Pa’ enamorar a Jimena

Escribe: Julio César Sinatra López

imagen de paperblog.com

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A: “Lady Jay”

“Erguida en el luminoso nicho aquel de la ventana
como estatua te vi,
con la lámpara de ágata en tu mano.
¡Oh, Psique, nativa de las regiones
que son Tierra Santa!”

Edgar Allan Poe.

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I

A media noche, Moisés percibió la voz lejana de Billie Holiday interpretando: I’ll be seeing you. Se acodó enérgico sobre la cama para encender un cigarrillo al recordar la letra de la canción y cantó en la oscuridad, meciéndose escrupulosamente el cabello a causa de su  firme temor por la calvicie. Sabía que a esa hora su esposa estaría durmiendo sobre las ruinas del desgajado sofá de la sala; roncando como motor oxidado, ajena a las evocaciones que su marido conseguía con aquella melodía. Desde que ella contrajo diabetes no dormían juntos y dos años atrás, después de los primeros embates de la hipertensión arterial no habían tenido sexo una sola noche.

Moisés estuvo fumando en la oscuridad de su habitación, con el salitre de las paredes como testigo de su melancolía. Permaneció sobre la cama tarareando aquella canción de Billie Holiday. Al fin se levantó a preparar el pijama de franela que le regaló su mujer por su cumpleaños, en aquella fecha situada en su memoria más por consideración y agradecimiento que por la suntuosidad del obsequio o la celebración. Se recostó echando las manos detrás de la cabeza y pensó en la palidez de aquella mujer treinta y dos años mayor que él.

Concluyó que al levantarse no debía mirar hacia el sofá donde yacía su mujer apabullada por los malestares, vulnerando día a día su paz, a toda hora, con intenciones de ser atendida como una criatura que nada puede hacer por cuenta propia. La recordó aquella calurosa tarde de verano, yendo hacia él, con los hombros descubiertos y tostados por el sol, plena aún, saturada de energía, sustituida tiempo después por una indolencia casi palpable que llenaba todos los espacios de la casa y podía percibirse desde cualquier sitio en el que permanecía. Era más bien amargura que se alojaba en la cocina, en la sala, en el comedor;  amargura que se columpiaba de las cuerdas donde ponían a secar la ropa húmeda.

-Esto es todo. Pensó Moisés.

¿De modo que así es como elegí vivir. Atendiendo a toda hora una mujer más achacosa que mi abuela. A quien solo le debo dos noches de placer?

¡Sí, solo dos noches!

La primera aquella cercana al día de brujas cuando nos conocimos y la otra antes de la víspera de navidad.

Con más resignación que pesimismo Moisés se echó a dormir sin desnudarse. Esa noche soñó dulcemente a una mujer que aprisionada por las cortinas se libraba lentamente de ellas, como emergiendo del placido confort de la nada para librar la trivial contienda por la vida. Sin miedo, franca y decidida. El rostro apenas visible detrás de la cortina que fustigaba su cuerpo en el espacio entre la ventana y aquella fina tela que parecía de arácnido; dispuesta a atrapar la presa. De pronto la mujer abrió los postigos de la ventana y de inmediato la habitación fue asediada por infinidad de gorriones que aleteaban en torno a un espejo que se fragmentaba conforme las aves batían sus alas frente a él, mientras ella los atrapaba al vuelo con las manos y los resguardaba dentro de su cabellera oscura.

A la mañana siguiente despertó saboreando el sueño de la noche anterior. Se mantuvo acostado sobre la cama, pensando en él, considerándolo demasiado fantástico para haberle correspondido a un hombre de su condición. Se levantó por fin y fue al cuarto de baño a lavarse la cara en el agua estancada por obra del pelambre que su mujer perdía durante las mañanas al cepillarse el cabello frente al lavabo.

Moisés trabajaba como peón de albañil en la construcción del nuevo teatro Salvador Novo que se erigía a tres kilómetros al norte de la ciudad. Al medio día acompañaba a otros peones a jugar una partida de carambola en los billares de Mamá Solé; donde usualmente perdía. Era un hombre de veintiocho años, simpático y a ratos un tanto sereno, de barba tupida y cabeza pequeña; con omoplatos puestos sin gracia dentro de una espalda magra. Su nariz aquilina parecía enterrarse al labio superior conforme iba aumentando su edad. Con ojos embutidos en la cara como dos oscuros botones sin orificio de costura en la faz de un pálido muñeco de trapo.

Lo crió su abuela cuando sus padres partieron a otra ciudad con sus otros siete hijos y  convinieron en que el último de ellos era indeseable y lo habían echado al mundo por  simple calentura.

A los veintiún años, después de olvidar la desolada infancia que vivió, tuvo una relación con una joven menor que él. Se llamaba Laura y era estudiante de preparatoria. La amó con intensidad y franqueza. Paseaban juntos y casi todas las tardes se reunían en una cafetería del centro para hablar de proyectos a futuro. Laura era demasiado bella y el mismo Moisés se preguntaba que había hecho para que esa criatura de tan dulces gestos pusiera mil atenciones en él. Planeó trabajar y proponerle matrimonio. Alejarla de la escuela y el mundo activo. Pensó que un día, mientras poseyera algo valioso que ofrecerle, Laura estaría siempre a su lado sin importar la opinión de nadie. Una tarde, acariciando sus manos le propuso vivir juntos. Tenía nociones de la ubicación de una casita simple que estaba en renta cerca del centro de la ciudad, donde podrían establecerse para formar un idilio similar al de los programas de tv. Pero Moisés no contaba con que ella deseaba con toda su alma ser independiente, dar órdenes sin recibirlas, aprovechar el intelectualismo que había cultivado para poder arreglárselas por cuenta propia. Desconcertado por aquella convicción Moisés estimuló su orgullo e intentó aprender un oficio. Fue a clases de francés, estudió mecánica automotriz por correspondencia pero al no responder nadie sus dudas optó por carpintería. Elaboró una mesa de madera de pino americano para unos recién casados, pero desistió cuando le exigieron reembolso porque las patas de la mesa se encontraban desparejas por un error de cálculo; y el aprendizaje del idioma lo abandonó sin más. Un mal día Laura reconoció la virilidad en un joven pianista de clásico, de quien se enamoró sin tanto alboroto. Tenía buen aspecto: rostro femenino y delicado, bucles dorados que caían desprovistos de vida sobre los delgados hombros. Grandes ojos azules, pacíficos y brillantes, donde le gustaba mirarse a todas horas. Sin perder más tiempo Laura se despidió de Moisés, argumentando que el hombre de su vida estaba tocando a su puerta y sería una lástima dejar que se fuera vivo un ejemplar como ese.

Moisés desayunó una taza de café y se preocupó por acercarle a su mujer y los  medicamentos, al tiempo que le llevaba además un vaso con agua, porque no solía deglutir las capsulas sin impulso. Apuró el café en su garganta antes de regresar a la habitación, de donde tomó un deslavado abrigo beige de pana que llevaría sobre el brazo hasta la construcción. Anduvo sin prisas, solía tomarse su tiempo. Se detuvo un instante en una revistería para comprar la nueva edición del Jazz Parade: una revista con noticias jazzísticas de la ciudad de Louisiana. Mientras caminaba leyó una editorial referente a una nueva big band de Bogalusa y advirtió que el cielo presentaba ya unos trazos blanquecinos que empezarían a tomar forma de nubes cerca del medio día. Ya en la construcción se puso su ropa de trabajo y comenzó a preparar pequeñas cantidades de yeso para resanar las grietas que se mostraban orgullosas en las paredes. Durante cuatro horas, con los ojos atentos contempló cualquier hendidura que pudiera presentarse a la hora de enyesar la pared. Limpió la paleta en sus pantalones endurecidos por el cemento y el agua sucia antes de tomar un descanso. No pensaba mucho a la hora de trabajar.

La vida común lo desesperaba. De niño su cabeza adquirió sueños demasiado frívolos y  absurdos para intentar realizarlos. Se veía a sí mismo en las ventas de Madrid toreando al lado de las glorias del momento. En un plácido departamento de New York después de recibir un premio de la academia o en las profundidades del mar, advirtiendo a través de un periscopio la llegada de un submarino enemigo.

Había interrumpido su trabajo. Era la hora de los alimentos. La mayor parte de los albañiles se reunieron formando un círculo alrededor de un rectángulo de lámina cercano a una zanja por donde pasaría en el futuro el drenaje del teatro. Bromeaban en torno al clima y el futbol, decían sandeces a las mujeres que pasaban por la acera entre rechiflas y la mayor parte de ellos terminaban fantaseando con la actriz de la telenovela de las diez de la noche.

Encendió un cigarrillo que mantuvo jugueteando entre las comisuras de los labios. Los ojos le ardían a consecuencia del humo que de vez en cuando le obligaba a fruncir el ceño. Dio una chupada y lo pasó a su compañero Fermín Carmona. Un tipo solitario y altanero que armaba gresca contra otros albañiles cuando se sentía triste o resacoso. No parecía albañil, más bien ardía en él la conflagración del galán de barrio que se adjudica un oficio erróneo por necesidad. Su acento norteño era atípico al de los demás trabajadores de la construcción, denotaba más la calidez del sur del país. Era reservado y en algunos sentidos incapaz de expresarse, por tanto su altanería era cada vez más notoria. Llevaba casi siempre un sombrero de paja que le cubría el rostro del sol y le entregaba cierta galanura otoñal. Era mayor que Moisés. Quince o veinte años, nadie lo sabía con certeza, porque muy dentro de él mantenía bien resguardadas sus reservas de discreción, Como si todo en el mundo fuera poco, comparado con lo que merecía, a  juicio de su arrogancia. Miró a Moisés a la cara en el mismo instante que le compartía el cigarrillo. En sus ojos se alojaba la ilusión desarraigada desde mucho tiempo atrás, consciente de que había perdido algo más que la emoción por vivir; imitando los gestos de los actores nostálgicos que aparecen en las malas películas francesas.

Moisés aprovechó el bullicio de la gente y se retiró del lugar. No sentía ganas de jugar carambola en ese momento. Por lo general mantenía el perfil bajo, permaneciendo alejado de las bromas de los compañeros y de los improperios que siempre salían a relucir entre carcajadas. Fumando, tranquilo y sin decir una palabra, cruzó la calle. No le gustaba estar cerca de los demás porque nunca sabía que responder cuando le cuestionaban sobre el término técnico de la vagina o de las nalgas. Sudaba frío cuando se dirigían a él creyendo que sabría responder. Algunos lo vieron alejarse entre el tumulto, pero lo conocían y era común en él, además nunca los acompañaba a la hora de los alimentos porque no sabía cocinar y regularmente despertaba antes que su mujer y se marchaba sin que ella intentara prepararle nada.

Caminó calle arriba, enfundado en su deslavado abrigo beige, siguiendo los pasos a un joven con un carrito de helados. Pensó en su mujer y la comparó con la morena del sueño de la noche anterior. No había mucho que comparar. Mantuvo ese sueño en su cabeza para vitalidad futura y se marchó a su casa. Se detenía de vez en cuando para escuchar -a pesar de su aversión por la música regional- a los grupos musicales populares que tocaban sus instrumentos en el centro de la ciudad.

Solía preguntarse a menudo que podría depararle el futuro. Cuanto soportaría a su mujer en el estado en el que se encontraba y si estaría condenado a vivir en soledad hasta el último de sus días si ella le faltara. Pero cada respuesta se iba deformando al pasar de los años como un sabroso sueño que pretende ser recordado. Seguía ilusionándose pero desistía siempre de cualquier voluntariosa idea de corregir su condición.

No eran más de las dos cuando Moisés llegó a su casa. Había apretado el paso porque la llovizna era inminente. Permaneció mirando por la ventana los goterones que caían frenéticos y sin tregua sobre la acera de tierra apisonada que permaneció inviolable durante los últimos meses de sequía, en los que ni el espíritu santo se apiadó de aquella tierra semidesértica. Se retiró con vehemencia el abrigo, con vitalidad similar a la de un hombre valeroso y huraño. Entreabrió la ventana lo suficiente para sentir en las mejillas las ráfagas de viento húmedo que le golpearon el rostro con ferocidad. Sin preocuparle si su mujer estaría en casa o no, esperó paciente mirando por la ventana los trazos que el viento dibujaba por concesión de aquella lluvia que provocó la desolación en las calles siempre concurridas.

De entre el ruido de la lluvia que apenas concedía atender otros sonidos provenientes de algún sitio, Moisés reconoció de nuevo la misma canción de Billie Holiday que había escuchado la noche anterior, pero no era “Lady Day” quien la interpretaba, si no: una mujer con voz dulce y potente. Moisés se alegró y canto a la par de la voz que se desgarraba la garganta por alcanzar el tono con riguroso vigor. A pesar de la lluvia Moisés salió de la casa apenas en mangas de camisa, impulsado por la convicción de identificar el lugar del que provenía aquella maravillosa voz que interrumpía sin empacho la interpretación para vocalizar. Cruzó la calle con las manos atajándole al rostro la lluvia que instantáneamente se presentó con mayor violencia, como propulsada por el odio de algún dios en las alturas. La casa del frente contaba con balcón y bajo el saliente se parapetó para no empaparse más de la cuenta. Pero no pensaba en un próximo resfriado, pensaba en la mujer que cantaba en la parte alta de la casa. Se sintió avergonzado de salir a la calle tras una voz desconocida. Se enjugó los ojos con el dorso mojado de la mano derecha y esperó a que de nuevo entonara otra canción que su memoria accediera a recordar. Pero nada sucedió después. Nadie más cantó, ningún sonido abatió la tarde más que el de la lluvia que se mantenía con la misma intensidad del principio y el de unos estruendos que se escuchaban a lo lejos. Al fin comprendió que había sobre actuado aquella osadía de salir corriendo y regresó a casa, con la lluvia golpeándole el cuerpo menos enérgico que al momento de abalanzarse sobre la acera.

II

Su mujer estaba en la habitación, recostada sobre la cama, resoplando por la boca. Moisés ya no deseaba verla ni recordarla de ninguna forma. La vio bostezar, atajando su aliento cálido y dulce con el dorso de la mano derecha; con los ojos entreabiertos, reconociendo ilegalmente el sitio donde pasaba la mayor parte del día; hasta que con un gesto de modorra accedió de nuevo a dejar caer la cabeza sobre la almohada.

-Quiero agua. Dijo susurrando dramáticamente al momento de esgrimir el dedo índice para  señalar el vaso con agua que Moisés le había llevado a la hora de tomar el medicamento.

Él la miró, entornando los ojos, dispuesto a rafaguearla hasta la muerte con la indiferencia del brillo muerto de aquellas pupilas que la habían admirado tiempo atrás, cuando creyó haber cumplido el anhelado sueño de amar a una mujer mayor.

La lluvia amainó gradualmente. Instantes después el horizonte se adornó con pinceladas impresas en el cielo límpido de nubes; parecían haber sido impresas en el lienzo azulado por la mano de un artista de extraña inspiración que dispuso de los colores más sutiles para la obstinada aparición de un arco visible y orgulloso en lontananza. Recogió el abrigo de pana del respaldo de una silla alisándole las mangas antes de colocárselo sobre el brazo y salió a la calle, sintiendo en la piel la frescura del ambiente mientras resentía en sus zapatos viejos el lodazal que produjo la lluvia en las aceras.

Tuvo la impresión de haber olvidado algo pero la indecisión le persuadió de no regresar a casa donde su mujer permanecía resguardada. Dio vuelta en Barcelona y llegó hasta el sitio de venta del Chino Antúnez. Compró un par de cigarrillos económicos y una caja de fósforos. Guardó la caja en el bolsillo del pantalón y fumó con determinación, aguantando el humo mientras daba otra calada.

Estuvo mirando a todo el que pasaba frente a él. Sentía hambre, pero más hondo de sí cargaba con el hastío de la existencia, del fracaso, de la ruina, de todo; atosigándolo en conjunto con miles de inquietudes dolorosas que le hacían sudar frío al contemplar el paso de los años; que en lugar de vivificarlos más por obra de una experiencia placentera o de alguna ilusión alcanzable lo sumía en un letargo invariable que él mismo había adoptado para no transmitir nada más al mundo que la simple existencia de un hombre cualquiera acostumbrado a la frustración como al sueño o el hambre. Estaba resuelto a cambiar su vida, pero cerca de él no existía motivo encomiable que le inyectara a la sangre de su cuerpo la energía para dominar cualquier situación prevista o imprevista.

Se detuvo de pronto en la cinta asfáltica; mirando todo con ojos nuevos, para los que el mundo lucía más brillante después de la lluvia. Anduvo con las manos a la espalda, percibiendo vida en lo que jamás había contemplado y que siempre le había parecido algo colocado ahí por alguien sin intención de hacerlo. El ambiente le turbó los nervios por un instante, cuando supo reconocer por sí mismo que el mundo seguía girando a pesar de la desesperación que le incitaba a arrancarse de inmediato la miserable existencia con la que lidiaba.

Al despertar la mañana siguiente se dio cuenta que su mujer se había levantado ya, lo advirtió el trajinar de trastes en la cocina. Al momento de incorporarse de la cama la vio entrar en la habitación con la cara lustrosa. El cabello presentándose en una cola de caballo le ofreció una extraña sorpresa. Las bolsas bajo los ojos habían desaparecido. Parecía libre de malestares cuando le acercó una taza desconocida y llena hasta el borde de café humeante.  Todo aquello ocurría mientras Moisés reparó en que las manos de su mujer se abstenían de temblar. Sus ojos, que antes fueron un reguero insalubre donde se estancaban lágrimas de autocompasión, ahora destellaban vivacidad y astucia. Alejada ya de arranques infantiles, de ingenuas plegarias diurnas a cambio de un día sin achaques o dolores corporales. Moisés tomó el café que le ofrecía y dejó la taza sobre una mesita al lado de la cama. Se enjugó los ojos repletos de legañas al instante de dejar pasar la luz que se coló por la ventana para rellenar completamente la habitación hasta que el sol cambiara de posición. Miró las flores bellas e inmorales ahogadas por la lluvia y revueltas por el viento en los maceteros agrietados y soberbios que soportaron estoicos los embates de la tormenta, con la entereza de antes, cuando iban de mano en mano de generaciones olvidadas y desaparecidas de la conciencia de aquellos que un día los obsequiaron como presente para un jardín que aún no existía y que impusieron para dar vida al semblante de una fachada aún sin cimientos a prueba del paso del tiempo.

Abrasado por la curiosidad Moisés se mudó de ropa instantáneamente eligiendo una camisa abotonada color caqui que introdujo entre los calzoncillos y unos jeans que en sus mejores tiempos ostentaron la casi legítima tonalidad del lapislázuli. Al entrar a la cocina vio a su mujer mirando frente a la estufa una fiambrera repleta de alimento preparado. Moisés se sorprendió al notarlo. Le costó tanto aceptar la nueva actitud adoptada por la mujer que iba y venía fregando los pocos accesorios con los que contaba la cocina siempre fría y anticuada.

-Se burlarán de mí si me lo llevo. Dijo atándose las agujetas de los zapatos de labores. Como nunca me preparas nada. No quiero que empiecen a hablar a mis espaldas.

-Tú eres quien habla a espaldas de los demás. Dijo ella.

¿Piensas que hablo mal de ti. Como podrías enterarte tú de eso?

-Uno se entera de lo que le interesa. Sentenció su mujer mientras Moisés daba un sorbo al café.

-Está demasiado dulce para mi gusto. Dijo haciendo muecas a la taza de café.

Su mujer salió de pronto de la cocina. Cuando regresó le puso en la cara un morral de yute.

-Es para que no dejes la paleta en la construcción. Dijo. Son dos las que pierdes. Ayer salí y lo compré para ti.

-Es igual al de Fermín. Pensó Moisés.

Después de entregárselo en las manos salió de nuevo de la cocina. Moisés miró el morral, lo sintió ligero y con buen cuerpo. Puso dentro la fiambrera, un paliacate y una caja de fósforos. Al salir de casa se sentía agradecido por el glorioso aire que le había arrebatado una mañana común.

Optó por cruzar la acera. Llegando a la casa del frente se detuvo un momento bajo el saliente del balcón. Tiró sobre la acera el cigarrillo que encendió antes de salir de la casa; pisoteándolo con la punta del pie que sostuvo el peso de su cuerpo al instante de la acción. Esta vez no escuchó nada. La casa lucía desierta desde afuera. Ninguna voz o lamento que demostrara la presencia de alguien dentro de ella.

Reprimiendo los deseos de mantenerse más tiempo bajo el balcón empezó a caminar. Cuando por fin llegó a la revistería eran más de las nueve de la mañana. Al entrar por la puerta principal, una mujer le robó el habla.

La siguió calles atrás hasta que se detuvo en la acera frente a su casa. Tras el paso de aquel ser ingobernable Moisés sentía temblar las aceras. El balcón cambió de color, el cielo se limpió y en la cabeza de Moisés una nueva ilusión se transmutó en mujer. No encontró paz durante el camino. Sentía la emoción en la garganta y no podía engullirla; no deseaba hacerlo. Revestido de gloria siguió de largo hasta la calle Celestino, a unos metros de su casa. Desde la esquina vio salir a su mujer con un vestido largo.

Miró a la mujer asomar sus ojos por los resquicios de la persiana beige; lo opaco del plástico le restó brillo a aquellas pupilas que aparentaban resguardar la calma de un ser cuya pacifica espiritualidad le habría concedido la paz eterna desde el instante que fue arrojada al mundo para satisfacción de sus ansias. Mirándola, atento, con ojos de roedor; pensó: “Es la chica del sueño.”

Lo más fácil fue faltar al trabajo, el motivo que lo alejó de él estaba a unos metros de distancia. La calle asfaltada era lo único que lo separaba de aquel cuerpo al que solo pudo dar vida en sus fantasías del pasado. Pidió al cielo poder recrearla siempre, ver el rostro de ella emplazado en el de su mujer, quien no se parecía nada al portento contemplado minutos antes y que ahora era para él la propia existencia divina. Sintió un fuego crepitante en el pecho; fuerza y vigor sumados a la entereza del cortejo animal.

Le vio cerrar la puerta principal y marcharse calle arriba. A una distancia prudente siguió cada uno de sus pasos hasta que entró en la revistería. Mientras hojeaba una revista,  Moisés la examinó de pies a cabeza, con la exaltación de una madre que reconoce al hijo pródigo después de engullir el desencanto. En su rostro se dibujó una sonrisa al ver una  fotografía de Ella Fitzgerald sobresaliendo ante el demacrado semblante de Satchmo. Deseó llamar su atención pero en la garganta se anudaron la indiferencia y el miedo en los que podría caer de bruces, sin asideros. Sudaba, sus manos trémulas tomaron otra copia de la revista que la mujer hojeaba. Busco la complicidad en la misma fotografía y sonrió por su cuenta atrayendo su atención. La miro a los ojos, castaños y llenos de un fulgor desconocido e irreprochable. Las rodillas chocaban entre sí por el nerviosismo en el que se ahogaba, tragó saliva y sonrió.

-Qué bien se ve Ella en esta fotografía. Dijo anhelando una respuesta.

-Sí. Luce muy joven. Respondió ella sin atender las miradas que vorazmente Moisés le arrojaba.

¿Te gusta Ella Fitzgerald? Preguntó Moisés.

-La amo. Pero amo aún más a Billie Holiday.

Conociendo la respuesta la ametralló con la única pregunta que podría destapar entre ellos una afinidad especial.

¿Entonces eres tú quien canta frente a mi casa?

-Puede ser. Vivo a unas cuantas calles. En casa de mi tía. Acaba de mudarse y estaré con ella un tiempo. Debo ensayar en la habitación de arriba.

-Te escuché cantar algo de Lady Day hace unos días. Nunca había escuchado una interpretación similar. Tienes la misma clase que ella. Tienes alma. La percibo.

La mujer plegó la revista y la puso sobre el mostrador antes de mirar por primera vez al hombre que le hablaba de lo que no podía hablar con nadie.

-Fue un gusto conocerte, vecino.

Le sonrió ligeramente y se despidió alargando el brazo hacia el cielorraso. Moisés sabía que mientras no conociera su nombre podría perder el único privilegio de llamarle por las noches hasta que el sueño o la costumbre de los ojos por la oscuridad se presentaran para calmarle los nervios.

Antes que ella saliera de la revistería sonrió de nuevo y apostándose frente a él, dijo:

-Mi nombre es: Jimena.

III

Jimena era una mujer preciosa. De grandes y brillantes ojos castaños. Carnosos y suculentos labios. Alta, inalcanzable y con luz propia como la estrella más distante. De piernas y brazos torneados. Tez clara. Cabellera larga y oscura. Manos largas, delgadas y elegantes, con un encantador espíritu europeo para los ademanes. Su alma valiente le erizaba los cabellos al hombre más tenaz; con una simple mirada licuaba los huesos antes del escalofrío final. Colmaba de un inconsciente encanto cualquier sitio en el que se encontrara. Bastaba con verla llegar para saber que en la periferia miles de hombres se amontonarían para admirar la esencia aguda de su alma puesta en un cuerpo diseñado por una deidad celestial; escudriñando para ver algo más que una rodilla fuerte y juvenil que sobresalía de su falda corta. Inteligente y sagaz, con gran gusto por las artes del espíritu. De admirable sencillez. Amable y tierna fue conducida por la vida, sin la llaga de la envidia que no cicatriza. No cargaba el yugo de la pretensión. Era un alma libre, honesta, sin prejuicios.

Detrás había quedado aquel encuentro forzoso, en el que Moisés deseó atenazarla y exprimirla a fin que accediera a ser su mujer hasta el último día. Agotarla ante el amor que creía extinto por culpa de un ser que ahora representaba una desventaja.

Un gemido lo alertó al llegar a la ventana de la habitación que nunca compartía con su mujer. Atravesando con la mano las plantas que crecían a voluntad frente al marco donde el postigo se elevaba, removió lentamente la cortina para mirar por un espacio suficiente un sombrero de paja que yacía atento frente a la espalda vigorosa de un hombre que se bamboleaba sobre la cama, haciendo esfuerzos por llevar su pelvis a un sitio precisado por el paroxismo. Fermín Carmona levantó la cara al cielo, pretendiendo alcanzarlo con el roce de la nariz, mientras la mujer clavaba sus uñas en las caderas de aquel peón que fumó a la par de su compañero.

Sin verlos, el sonido de la cama chirriante anunció la continuación del acto. Moisés dio media vuelta, soltando la punta de la cortina que sostenía entre los dedos mientras se limpiaba el sudor con el dorso de la mano.

Por el camino encontró a Fermín. Se dieron la mano y continuaron. A ninguno le extrañó la presencia del otro. Moisés lo miró a la cara, atento al gesto del hombre que poseyó a su mujer; el manantial que la anegara en la vitalidad inmediata, el ser que le inyectó vivacidad con algo tan simple que el ya había olvidado. Se mantuvo sereno, pero dentro de sí ardía la rabia; no por la aparente deshonra, si no porque había codiciado algo que a él le correspondía por derecho propio. Sin embargo, después de aquello podría desposar a Jimena sin miedo ante el inminente abandono de su mujer o simplemente la echaría a la calle en el glorioso instante que Jimena sintiera por él lo que él sentía por ella. Cuando llegó a su casa encontró a su mujer desparramada sobre la cama. Sofocada, con la cara reseca que parecía de arcilla. Luego se sentó en la esquina de la cama donde había estado el sombrero de paja y meciéndose el cabello; con los pulgares doblándole las orejas miró hacía su mujer.

-Se te ve agitada.

Ella asintió con la cabeza.

Alargando la mano logró alisar la sábana desarreglada que creaba montículos rosados a la altura del busto.

-De pronto me sentí mal. Dijo su mujer.

Hubo un silencio en el que solamente se escuchó cantar a la chica del frente. Moisés se levantó de la cama impulsado por la emoción puesta en la melodía. Sin escepticismo; como si aceptara la ofrenda de algo dedicado a él. Yendo a la ventana con ritmo imprudente, exclamó:

¡Es hermosa!

Antes que su mujer respondiera, presagió la indiferencia en el desfallecido matiz de su voz. Miró su cuerpo cansado debajo del tono cromático del vestido largo; los ojos entreabiertos, la línea de expresión en la frente inerte despegada de la almohada. En toda aquella apática humanidad aún se presentía la fuerza aletargada que él no consiguió despertar.

-Sí. Su voz es hermosa.

Jimena abrió los postigos de la ventana; irguió su cuerpo al borde del balcón para asomarlo a la vida plena, al frescor de las ráfagas de viento que advertían la tormenta cercana. Cuando miró por sobre el hombro vio su cuerpo reflejado en el espejo de la habitación. Tenía puesta una sudadera de un colegio de San José del Cabo. El cabello atado sobre la cabeza de donde escapaban las puntas amenazando con acariciarle la nuca, y una dulzura en los labios que podrían confundirse inmediatamente con un manjar. Sin moverse del sitio, con los codos sobre el balcón, colmó su visión con el panorama de una ciudad ruinosa y destartalada. Nostálgica, pensando en el curso de los días futuros que vagamente atendería entre canciones que ensayaba en su habitación o recortes de cantantes que admiraba; antes de regresar a San José del Cabo.

Cuando bajó la mirada vio al hombre que había conocido en la revistería. Simpática y alegre batió su mano derecha sobre la cabeza para saludarlo. Lo miró con el gesto de un boxeador derrotado; perturbado por algo que ella desconocía y que no era de su incumbencia. Pero él, sonriendo correspondió el saludo, mostrando los dientes amarillentos que se caían a pedazos desde la base de la encía que iba recorriéndose conforme pasaban los días. Ella le regaló una sonrisa de labios húmedos y rojos, con dientes impecablemente blancos y brillantes. Luego echó el cuerpo hacia atrás y se retiró del balcón para adentrarse de nuevo a la habitación mientras Moisés reunía toda su gallardía e inspiración antes de entrar a su casa. De una lapicera en su habitación extrajo un lápiz que afiló con el cuchillo de cocina ante la mirada imperturbable de su mujer. La punta se deslizó suavemente sobre una hoja de papel que encontró dentro de un cajón de la cómoda y escribió:

“Amada mía:

sépase que  la adoro

con tal idolatría.

Que de noche le sueño

y de día… le lloro.

Que envuelve

mi bogar triste el remanso de sus olas

al tiempo que le interroga:

¿Por qué a este ser heriste?

Pero sus oídos cautos

ahogados en privilegios

no escuchan ni dos arpegios

ni lo audible del quebranto

Y desde mi manso pecho.

¡Impío!  A dios

con afán imploro:

le traiga hoy a mi lecho

y la recueste entre oro.

Amada mía:

sépase que la adoro,

con tal idolatría.

Que le sueño de día,

y de noche… le lloro.”

Copió lo escrito en otra hoja de papel para conservarlo para sí. Lo leería a toda hora y se compadecería de la ternura y del sufrimiento propio.

Se detuvo frente al balcón de la habitación de Jimena. La noche sosegaba el ajetreo del mundo activo y fiero con la paz concedida en apariencia por la redondez de la luna. Ella dormía, quizás. ¿Soñaría? Se preguntó un par de veces. Pero para ella no existía en sus evocaciones la humanidad de aquel hombre tímido bajo el balcón, con sus anhelos y todas las consideraciones impresas en un papel tan pálido como su rostro, tan falto de vida como su alma. A esa hora todo el mundo de Moisés parecía reducirse al simple espacio del balcón de piedras que besaba la acera con labios de mármol tallado.

De un macetero tomo una piedra redonda donde enrollo el papel del poema que atestiguaba el único instante de inspiración que podría presumir en largo tiempo. Desde la mitad de la calle arrojó la piedra hacia el balcón, la piedra obedeció la gravedad y cayó sobre el concreto, el sonido que provocó el golpe y la complicidad del silencio advirtieron la llegada del poema a buen puerto. Con el tiempo se sumaron más detalles de amor desinteresado y ardiente. Jimena encontraba versos que día a día caían del cielo envueltos en rocas manchadas por la tierra de las plantas, álbumes inéditos de Jazz, recortes, corazones curvos, flechados y chuecos sobre papelitos amarillos en los que leía la frase:

¡No sabes cuánto te quiero!

Mientras hundía la mirada en ellos, no se percataba del hombre que se mantenía adherido al marco de la ventana para contemplar la reacción de su hermoso rostro salpicado por la alegría de ser el motivo de inspiración de alguien, cuya desesperada humanidad podría aparecer con valentía bajo el balcón para admirar sin miedos sus ojos hermosos y llenos de dulzura; para enamorarse aún más con aquella ancha sonrisa de sus labios dulces y palpitantes. Pero a pesar de la voluntad de Moisés, Jimena no podría pertenecerle jamás; tan humilde y tímido. No podría pertenecerle a un hombre que aún daba gracias al cielo por un día más; a alguien como él, tan poquita cosa…

IV

Su mujer y Fermín continuaron sus encuentros furtivos cuando Moisés abandonaba la casa, para permitirles -a propósito- amarse con mayor comodidad, mientras él vaciaba en el primer cubo de basura que encontraba a su paso la comida que ella le dejaba por las mañanas en la fiambrera. Con Jimena como única ilusión en la cabeza entró en la revisteria. El número reciente del Jazz Parade había llegado. En las páginas interiores se rendía homenaje a Dizzy Gillespie a 23 años de su muerte. Dizzy era uno de sus consentidos. Alguna vez intentó adoptar su carisma, pero él no tenía talento musical y sufría de pánico en las escasas ocasiones de mostrarse frente a un grupo menor de peones que se congregaban para atender sus palabras con extrañeza.

Frente al mostrador el dependiente le llamó pero él no reaccionaba, continuó leyendo sin preocuparse, concentrado. Pagó por la revista, salió del lugar y dobló la esquina para ir a su casa. El sol se presentaba implacable, calentado todo lo que se dignaba a ponerse de frente. Seguía pensando en ella. En lo mucho que podrían compartir a la hora del desayuno, en infinitas improvisaciones esperando ser digeridas antes que los alimentos. Cuando estuvo a unas casas de distancia. Miró con ojos de miope una mujer que barría la acera frente a su casa. Se acercó para darle los buenos días y la señora respondió con amabilidad. No la conocía, pero tuvo la certidumbre de haberla visto de vez en cuando en el mismo balcón al que arrojaba sus manifestaciones pasionales.

¿Es usted tía de Jimena?

-Sí. Respondió la mujer con voz cansada.

¿Está en casa. Podría hablarle?

-Si estuviera en casa, podría hacerlo. Pero ella se marchó esta mañana a San José del Cabo y dudo que regrese en mucho tiempo.

Era la peor derrota que había sufrido en su vida. Peor que ver a su mujer en brazos de otro y más triste e hiriente que cualquier partido de carambola perdido en los billares. Un hueco en el pecho lo estimuló a hablar consigo mismo. Lloró en silencio por la ilusión marchita. Se sintió poderoso y triunfador antes de tiempo y ahora que enfrentaba la realidad dolía más que una herida profunda. Ella se había ido, su mujer hacia el amor con otro hombre y su vida continuaba sin intenciones de mostrarse apartada de la cotidianeidad, sin nada especial, más que la tristeza de saberse perdido ante una reina, como en un juego de ajedrez. Era la desolación la que generó en él la ira y removió las cenizas para avivar el rescoldo que aún ardía gracias al odio. Se había engañado a sí mismo desde el principio y aceptó hacerlo cuando sintió muy dentro de sí la llama del amor que estaba extinta, después de mantenerse viva en un delgado pábilo dentro de su corazón.

Dio media vuelta y se acercó a la ventana. Con los dedos descorrió de nuevo las cortinas y miró en la habitación a los dos cuerpos ajenos a cualquier forma de vida fuera de aquel sitio. Los cuerpos casi extasiados no reparaban en nada más que en saciarse con celeridad antes que Moisés pudiera descubrirlos jugándoles una mala pasada que él no podría soportar. Dejó la cortina en su sitio y entro a la casa abriendo despacio la puerta para que nadie se diera cuenta de su arribo. Fue a la cocina y tomó el cuchillo que antes le había permitido afilar la punta del lápiz que fue partícipe de su inspiración pura, y ahora se blandía frente a él, para herirlo con la indiferencia y el dolor, burlándose de su estupidez; de sus falsas ilusiones. Como un boxeador tanteado terreno se acercó sigilosamente a la pared de la habitación. La puerta abierta no podría impedir que llevara a cabo su plan, quizá el único en el que podría tener suerte. Un paso y estaría debajo del marco de la puerta. Frente a él, la espalda vigorosa que ostentaba una musculatura casi senil no percibió su presencia mientras jadeante y con los ojos cerrados su mujer aceptaba el ofrecimiento del placer indebido. Sin perder más tiempo asestó dos certeras puñaladas a la espalda de Fermín. El borbotar inmediato de sangre tornó confusa la mente del hombre que aún permanecía con una parte de él dentro de aquellos pliegues de mujer aterrorizada. En un par de segundos Moisés lo tomó por el cabello y confiando en el filo del cuchillo le cortó el cuello con un certero golpe de hoja. Fermín cayó inmediatamente sobre el cuerpo de la mujer sollozante. Inundada en la sangre de su amante estiró la sábana para cubrirse el cuerpo desnudo frente al marido ansioso de venganza, lleno de un odio que no había sentido nunca. Alguien debía pagar el precio de sus anhelos extintos. Se acercó a la cama y levantó en vilo a la mujer desnuda. Con el corazón a punto del estallido fatal la condujo hasta la cocina. Nada más le importaba. A empellones acercó a su mujer al fogón de la estufa. Sentándose sobre una silla encendió un cigarrillo con uno de los dos fósforos que aún mantenía en la caja.

-Antes de que llames a la policía, prepárame café.

Alargó la mano hacia su mujer para acercar la caja de fósforos.

-Lo quiero con leche y sin azúcar.

Su mujer continuaba sollozando, sin poder intuir nunca el límite al que había llevado al hombre que la había amado. Sin mirarlo a la cara tomó los fósforos. No podía respirar, le faltaba el aire. Las manos trémulas dejaron caer la caja sobre el suelo sucio de la cocina, testigo ahora de la desdicha que colmaba a dos seres comunes, sin peor destino que el que  ellos mismos se habían forjado con sus malas acciones.

Encendió un fogón y esperó que el vapor anunciara la temperatura adecuada del agua.

-Quiero leche caliente. Dijo Moisés, apoyando la frente sobre las manos, presagiando una vida en cautiverio, libre de martirios innecesarios. Había actuado otra vez según sus impulsos.

La mujer no volteaba la cara, quería morir sin darse cuenta.

-No tengo más fósforos, no puedo calentar la leche en el otro fogón.

Moisés se incorporó de la silla. El último instante de gloria acababa de presentarse. Llevó la mano a la bolsa trasera del pantalón y sustrajo de él un papel arrugado.

Ahora le llegaba en buen momento el privilegio de vengarse, de sentirse vivo.

Miró a su mujer poniéndole salvajemente el papel en la cara y dijo:

-Toma, enciéndelo con esto. No me sirve más. Lo escribí pa’ enamorar a Jimena.

Bruta, ciega y sordomuda

Escribe: Anel Hernández Sotelo

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imagen tomada de bellasartesurjc.wordpress.com

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La academia mexicana y la domesticación del pensamiento crítico

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Estado y gobierno son dos nociones que en la praxis política mexicana se funden en una sola.  Justo sería entonces reconocer el legado de Luis XIV a los fundamentos de la “democracia” mexicana.  Si bien, resulta poco probable que quienes ostentan los cargos de gobierno sean capaces de esbozar un somero perfil histórico del monarca francés, en la práctica ejercen el poder con la máxima que a éste se le atribuye: “El Estado soy yo”. Y es que en México el Estado es el presidente, aunque también lo es el policía judicial, el diputado, el senador, el presidente municipal, el jefe delegacional, la secretaria del Ministerio Público, el juez de oficio, el empresario, el narcopolítico, el presentador del noticiero, el arzobispo y, más recientemente, son también Estado los dirigentes de la Policía Federal, la Policía Rural, la Fuerza Ciudadana y la Gendarmería. En este país miserable, el que humilla, ofende, desprecia, oprime, viola y mata es Estado. Los demás son sólo súbditos.

El buen súbdito, entonces, percibe al Estado como un ente de doble envergadura. Está prohibido disentir, exigir, opinar y criticar. El buen súbdito calla porque con su silencio obtiene las dádivas que los que disienten, exigen, opinan y critican jamás obtendrán. Así, el gobierno-Estado es percibido como un ente benefactor que se traviste con el rostro del personaje en turno. Los programas sociales y culturales,  las inversiones a instituciones científicas y educativas, los incentivos al desarrollo agrario y la promoción a los pequeños comerciantes,  son percibidos como producto de un aparato asistencialista que providencialmente da, obsequia y regala subsidios -según el más puro axioma de la caridad cristiana- a quienes entienden los beneficios del silencio. Nada más lejos de la realidad porque las arcas del Estado las llenamos, ahora sí, los ciudadanos que pagamos impuestos. Las instancias administrativas gubernamentales hacen un reparto corrupto de nuestros haberes. En manos de asesinos, traficantes, depravados y ladrones que ostentan los cargos públicos, este reparto es el que posibilita el lavado de dinero, el tráfico de influencias, los crímenes masivos y la emergencia y el mantenimiento de sistemas represores “a la carta”.

En este sistema de súbditos y ciudadanos a conveniencia, ¿quienes integran las instituciones universitarias y de investigación merecen un lugar aparte? ¿Los catedráticos, los profesores eméritos, los directores de los centros públicos de investigación, los que ostentan plazas de tiempo completo como profesionales de la educación superior, son súbditos o ciudadanos? Héctor Rojas apunta que “el índice de analfabetismo en México ha permanecido intacto en diez años, cerca de 6.8 por ciento de la población nacional mayor de 15 años es analfabeta. Ahora la cifra alcanza unos seis millones de mexicanos que no saben leer ni escribir […] En 2000, eran 5 millones 942 mil. En 2010 descendió medio millón. Cuatro años después, hoy, la cifra volvió a aumentar, no así el porcentaje, 5.8 millones de mexicanos analfabetas”.[1] Y, según el Censo Nacional de Población y Vivienda 2010, el 71.9% de los jóvenes mexicanos entre los 18 y los 24 años carecían de posibilidades para asistir a una institución de educación superior (no hay señales de que la situación haya mejorado en los cuatro años posteriores al conteo de población levantado en 2010). [2]  Hay que añadir a este deprimente panorama los altos índices de deserción estudiantil, el bajo porcentaje de universitarios titulados y el nimio porcentaje de profesionistas que obtienen estudios de posgrado.

Sin embargo, en las instituciones públicas de educación superior y en los centros públicos de investigación auspiciados por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, la realidad parece ser otra. El ambiente de estos sitios es idílico, es el Otro México. Hay doctores, maestros, catedráticos y profesores eméritos por doquier. Los más, instruyen a los estudiantes de grado y de posgrado en la disciplina de la reverencia a cierto autor o a ellos mismos, sin glosas, sin matices y sin debate. Los menos, hacen de cada clase un ágora donde se vincula el objeto de estudio con las vivencias actuales. Los más, reciclan sus investigaciones una y otra vez para coleccionar diferentes versiones del mismo texto que presentan ante el Sistema Nacional de Investigadores de trienio en trienio. Los menos, utilizan el tiempo que los más ocupan en maquillar sus textos de “nuevos” para preparar clases, corregir trabajos, explorar fórmulas pedagógicas y debatir sobre el México real. Los más ganan fama y prestigio. Los menos ganan respeto y admiración.

Desgraciadamente, la línea sublime que diferenciaba a los más de los menos parece haberse diluido en los últimos dos años. Quizá fue mucho antes, pero ahora es evidente. La selecta y privilegiada clase académica de este país ha mostrado una absoluta indiferencia ante la vorágine de acontecimientos, de reclamos sociales, de crímenes de Estado y de reformas constitucionales dictadas “para el pueblo pero sin el pueblo”. Algunos incluso se han decantado por la criminalización de la protesta; otros han defendido a personajes como Rosa Verduzco, utilizando el lenguaje “de los letrados” para plasmar el pensamiento propio de los confesores eclesiásticos. Los más histriónicos, aparecen en televisión, se les escucha en la radio, graban spots digitales y dictan conferencias magistrales pero su exposición se reduce al desarrollo de sus intereses de investigación, sin añadir comentario sobre el estado del Estado, sin proponer, sin objetar, sin indignarse… Y aún hay más. Los académicos que ocupan las rectorías universitarias y las presidencias de los centros de investigación se han asumido como vástagos de ese Estado que venimos esbozando y solapan el plagio, el desvío de recursos, la existencia de cacicazgos, la corrupción con que se convocan y concursan las plazas para profesores de tiempo completo y promueven el descrédito de los colegas que, al verter sus críticas a este sistema educativo podrido, resultan incómodos. Incluso, al gremio de los narcoempresarios, narcobanqueros y narcopolíticos hay que agregar ahora un selecto grupo salido de la clase más preparada de este país: los eméritos narcoacadémicos.[3]

 

Brutalidad, ceguera y sordomudez es lo que ha manifestado la elite intelectual y académica de México. Pero ellos también han de recordar que son tales en tanto que es del erario público de lo que viven. De las arcas del Estado corruptamente repartidas -y que parecen infinitas- se pagan su salario, sus viáticos para asistir a congresos nacionales e internacionales, sus prestaciones, el inmobiliario de su despacho, los bonos para la compra de libros y materiales, el mantenimiento del centro donde laboran, las hojas y la tinta para imprimir, el equipo de cómputo y el café que todas las mañanas toman, sea de la calidad que sea. ¿Ciudadanos o súbditos? ¿Instructores o educadores? ¿Agentes de cambio social o perpetuadores de la omisión y la impunidad?

 

imagen enviada por la autora del texto

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Estudiantes de la Escuela Nacional de Arte Teatral

Performance en la Plaza de la Constitución de la Ciudad de México

https://www.youtube.com/watch?v=ivJulIYWuQs#t=205

 

Zamora, Mich., 20 de octubre de 2014

 

[1] ROJAS, Héctor, “Analfabetismo en México, una realidad de alto riesgo” en Educación futura, 20 de junio de 2014. Recurso digital. Disponible en http://www.educacionfutura.org/analfabetismo-en-mexico-una-realidad-de-alto-riesgo/; última consulta: 20 de octubre de 2014.

[2] FUENTES, Mario Luis, “Exclusión: signo de la educación superior” en México social, 8 de octubre de 2013. Recurso digital. Disponible en http://mexicosocial.org/index.php/mexico-social-en-excelsior/item/384-exclusion-signo-de-la-educacion-superior; última consulta: 20 de octubre de 2014.

[3] VILLANUEVA, Ernesto, “El mundo al revés. Diego Valadés y el Cártel de Juárez” en Noroeste. El portal de Sinaloa, 13 de octubre de 2014. Recurso digital. Disponible en http://www.noroeste.com.mx/opinion.php?id_seccion=104; última consulta: 20 de octubre de 2014.

#TodosSomosCarmen… ¿Salinas?

 Escribe: Anel Hernández Sotelo

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imagen de legisladores.org.mx

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Escribo desde la víscera, desde el hígado que vierte a cántaros la amargosa hiel. Escribo para exorcizarme, para prevenirme de más confusión, para aplacar mi rabia… mi digna rabia. Escribo para enfrentar el dolor, el terror y la impotencia de ser mexicana. Porque mientras miles exigimos un espacio de libre expresión para una Mujer perspicaz, contundente, que con paso firme, deja huellas penetrantes en la conciencia de sus radioescuchas, el sistema político mexicano nos escupe a la cara, arrojándonos a una muy otra Carmen como la representante de un pueblo hastiado, indignado y encolerizado.

La Carmen analfabeta y vulgar, la prostituta mediática que fascina por la animadversión que causa, pertenece a la especie de las bestias. En El diccionario del diablo (1911) Ambrose Bierce escribió que la bestia es un “miembro de la dinastía reinante en las letras y la vida. La tribu de los Bestias llegó con Adán, y como era numerosa y fuerte, infestó el mundo habitable. El secreto de su poder es su insensibilidad a los golpes; basta hacerles cosquillas con un garrote para que se rían con una perogrullada”. La puntillosa mente de Bierce encontró que la diáspora de estos seres comenzó en Beocia, “de donde los desalojó el hambre, pues su estupidez esterilizó las cosechas”, para expandirse frenéticamente por Europa durante la época de las Cruzadas, luego de lo cual ocuparon “casi todos los altos puestos de la política, el arte, la literatura, la ciencia y la teología”. Su arribo a nuestro continente sucedió cuando “un pelotón de Bestias llegó a Norteamérica en el Mayflower, junto con los Padres Peregrinos” proliferándose rápida y constantemente “por nacimiento, inmigración y conversión”.[1]  Sin comentarios.

Los miembros del sistema mexicano totalitario, al imponer a esta bestia como candidata a diputada federal por el PRI, revelan nuevamente la naturaleza de su desprecio por la ciudadanía a la que dicen servir: sólo una bestia puede representar al resto de las bestias. Obviamente, el agravio se torna más intolerante cuando se es Mujer en un país donde el trueque mediático es moneda de uso: silencio sobre la mordaza impuesta a nuestra Carmen y promoción de esa otra Carmen, la bestia, para limpiar su imagen de fichera.

Pero, ¿las bestias que representa la Carmen soez son sólo priístas? Desgraciadamente, no. Ese esperpento representa la cultura partidocrática del mexicano promedio que se motiva con los discursos mesiánicos de sus líderes políticos, que repite incesantemente que la esperanza de México está en nuestras manos, que defiende el “derecho” al sufragio en un país donde no hay ningún derecho que se respete. Carmen Salinas, idiotizados seguidores de la “izquierda” mexicana, también los representa a ustedes que defienden a figuras salvíficas y santificadas como Andrés Manuel López Obrador y Gerardo Fernández Noroña. Porque, al avalar con su voto las elecciones, avalan a sus mesías compitiendo con las bestias, de donde se sigue que, si la competencia es en igualdad de condiciones, o Carmen Salinas no es bestia sino mesías, o AMLO y todos los demás candidatos de todos los partidos no son mesías, sino bestias.

Resulta asombrosa la forma en que la legión lopezobradorista defiende las contradicciones de su líder, que insultan por evidentes. En una entrevista a medios masivos realizada en febrero de este año, AMLO afirmó que en México no hay estado de derecho para luego asegurar que “la tercera es la vencida”. Pregunta: ¿si no hay estado de derecho, qué garantiza entonces que estas elecciones sí serán limpias y que, por voto democrático, AMLO llegue a la presidencia en 2018? Además, resulta escandaloso el nivel de su análisis político: que si fulano se robó, que si merengano hizo, que si ellos, los mafiosos, hicieron tal o cual… Chismes, opiniones, muchas esperanzas y un manojo de “lo advertimos”, nada más.[2]

Este hombre que pide votos para construir un país democrático (lo que en su obviedad es ya una insensatez) decidió no pronunciarse en el conflicto entre MVS y Carmen Aristegui por considerar que se trata de un asunto entre particulares… ¿este es el tipo de democracia que la legión lopezobradorista defiende? Los seguidores de MORENA que apoyan el regreso de Aristegui a la radio disculpan a su mesías argumentando que la postura de AMLO es personal. Mal hacen. Porque AMLO, como figura representativa de un partido político, cuando habla en público lo hace como representante de los miembros de su beatísima congregación… ¿qué no es él la autoridad de MORENA? Una autoridad, siempre que se manifieste públicamente, lo hace como representante de un colectivo, no como individuo. Esto, afiliados a MORENA, se los podría explicar un sociólogo, un antropólogo, un semiólogo y cualquiera que tenga más de dos dedos de frente. Lo mismo sucede con los Morenos que dicen apoyar las exigencias de los padres y las madres de los normalistas de Ayotzinapa. Una de las acciones de lucha y de protesta se basa en la consigna de NO a las elecciones, habida cuenta de que en toda la historia del México “independiente” nunca se han respetado las decisiones de los sufragistas. Entonces, ¿#AyotzinapaSomosTodos o -como escribió Bierce- “su estupidez esterilizó las cosechas”?

El día de ayer, en el debate organizado por Grillonautas, Personajes México y SoyMéxico.org sobre Votar o No Votar,[3] Gerardo Fernández Noroña logró sintetizar esta dialéctica del idiotismo.  Luego de ofrecer al auditorio un discurso mesiánico y salvífico, contradictorio hasta el tuétano y bastante moralizante, el más “subversivo” de los diputados mexicanos, el promulgador de la desobediencia civil, el crítico asiduo de Televisa se indignó y, sin agua va, interrumpió su participación en el debate con lo que demostró algo que todos sabemos pero que pocos quieren aceptar: los políticos no saben debatir, sólo saben mandar, imponer, chismorrear y ofenderse (en el mejor de los casos). Y es que, ante los golpes de garrote, las bestias se ríen, se burlan “con una perogrullada”.

Bestias, bestias disfrazadas de colores que se han adueñado de “los altos puestos de la política, el arte, la literatura, la ciencia y la teología”, bestias que no sólo representan a la bestias sino que las dirigen. #NoMásPartidocracia

 

 

[1] BIERCE, Ambrose, El diccionario del diablo, Madrid: Edimat, 2003, p. 54, voz: “bestia”.

[2] La entrevista referida se encuentra disponible en https://www.youtube.com/watch?v=28AfYX7bGjw; última consulta: 24 de marzo de 2015.

[3] El debate está disponible en https://www.youtube.com/watch?v=8UMlcvID6VI#t=571; última consulta: 24 de marzo de 2015.

Voyerista de mi boca abierta

Escribe: Paco Robledo

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"Como explicar los cuadros a una liebre muerta, 1965, performance de Joseph Beuys (1921-1986)" (imagen enviada por el autor del texto)

«Como explicar los cuadros a una liebre muerta, 1965, performance de Joseph Beuys (1921-1986)» (imagen enviada por el autor del texto)

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La boca es un instrumento cultural y político de hombres y animales. Es un aparato de los más importantes en nuestra historia, sin este recurso nada de lo que precede hubiera sucedido. A través de este órgano se emite la comunicación, con regularidad, la concreta. Para comunicarse hay una cantidad infinita de elementos, con casi todos puedes comunicarte. Cuando digo comunicación concreta, afirmo que el hombre emite su lenguaje para desarrollar la emisión de sus saberes como la de sus pesares, sus exigencias, las invocaciones, sin dejar atrás ningún rezo. La cabeza es la jaula que encierra las ideas y la boca es la puerta por donde esos pájaros volátiles se escabullen a buscar orejas para meterse en nuevas jaulas, a veces grandes, a veces chicas, a veces esos pájaros se quedan en el aire y a veces son desechados con repudio como una cagada de fuerte retortijón. Comúnmente esas aves del conocimiento mueren llenas de parásitos.

La boca es el contexto social por el que las personas se mueven. Los mudos también tienen su lenguaje, signado o no, se comunican con gemidos y señales. Pero los mudos en el contexto social están condenados a la pantomima y no porque yo lo diga, mientras las escuelas no adopten nuevos sistemas para la sociedad (enseñanza de lenguaje signado) esto no volcará de otro modo y los mudos seguirán relegados, con temor a comunicarse porque casi nadie les entiende.

Esta pequeña gruta con salida al recto también es un símbolo de placer, como bien se sabe, por ella degustamos la gula de los alimentos. La boca es la gran vagina y todo lo comestible es el gran falo. Hablando sobre ello, también a través de la boca se crean los placeres sexuales, desde las lamidas hasta los besos y es que la lengua es el principio de realidad de la boca, una sin la otra, no dan lugar al principio del placer. La boca también produce entes repugnantes, desde las groserías hasta los malos olores y, es ella quien desecha los residuos de una borrachera, misma técnica que utilizan algunas hembras para verse y sentirse bellas.

La boca es capaz de asesinar a mordidas con la habilidad del zombie hambreado, como tragar golos de fuego y espadas en el circo. Pero la boca no sólo es una parte más del cuerpo de la que no debe decirse más de lo que ya por naturaleza se sabe. Porque ella pertenece al régimen del fascismo, del escupitajo, los gritos tarzánicos del borracho y del amante, es autora del canto, la poesía y el silbido. Pero sobre todas las cosas, agradezco a la boca tradición por oralidad, a sabiendas de que los únicos más allegados a ese folclore son los abuelos. En la era contemporánea es menester de los maestros de academia impartir sus saberes a través de lo oral, aunque en su mayoría son nepotistas sin lectura ni aventuras quienes educan a los niños.

En la boca existen las expresiones que se han ido reorganizando con los siglos. Los antepasados se injertaban jade en el labio inferior como en la lengua, orejas y nariz, para demostrar belleza. Unos utilizaban piedras mejor trabajadas y representaban superioridad ante el pueblo vulgo. En común, las personas que practicaban esos rituales eran sacerdotes y líderes de guerra. Se hacían injertos de piedra preciosa en los dientes, semejando los brackets de ahora, a diferencia de que no era un medio por el cual la gente se burlaba, si no lo contrario, era fuente de respeto.

En este siglo, los tatuajes y las perforaciones han rebasado los límites de la imaginación prehispánica, asimilando de igual manera el sentido de estética, aunque no todos los tatuajes ni todas las perforaciones son del gusto, más allá de quien se los hizo o hace.

Ahora, hasta puedes llevar plástico dentro de la piel para visualizar una estrella que te brota de alguna parte del cuerpo que selecciones, como también puedes llevar cuernos en la cabeza, colmillos vampíricos, o una moja de picos injertables, depende el gusto.

Hablando de deformaciones, los antepasados tenían el gusto por deformarse y deformar la cabeza al momento de que nacía un nuevo inquilino. Pero esos eran beneficios de la elite. Ahora la elite se mantiene en lo ordinario y refinado, sin ensuciarse un poco, sin dejar de parecer más ordinarios de lo que ya son.  Las extravagancias que se dan están hechas de viajes, vestimenta y material, a pesar de que la vida que se dan inmiscuye mucha mierda, en sus pieles, en su oro y en sus esclavos. La sociedad que lleva a cabo estos rituales paganos, son las subculturas de resistencia canónica, y según la psicología, estas personas demuestran el poco afecto que tienen de las figuras paternas, por eso los tatuajes, las perforaciones, los cabellos largos, coloridos, sin dejar atrás la vestimenta pandrosa y vulgar; ripios para el vacío. No cabe duda de que unos expresan y otros interpretan.

El adornarse la boca ya no es un ritual divino para la teofanía. Ahora es una imitación arquetípica metrosexualizada para un mundo de mercado globalizado y por ende, del “buen” ver. Es una representación del salvajismo moderno al que orillan las modas: costumbres en búsqueda de sentido. Ni los tatuajes ni las perforaciones fueron de mi agrado, aunque de chamaco intenté atravesarme una aguja en el labio, misma que no pasó y, en el tobillo del pie derecho llevo un tatuaje que una querida amiga me hizo sin máquina y con la misma punta con la que ella se tatuó en el mismo rato. Lo considero más un lunar que un tatuaje, ya que es la imagen de mi kin maya interpretado en un dibujo que hizo mi pareja en esa noche ácida.

La expresión radical que llevo en la cara, o dentro de ella, además de las palabras, no son  las perforaciones, ni los injertos, ni los tatuajes, es dormir con la boca abierta. Eso siempre ha sido algo que me identifica. Es mi ritual para seguir molestando a quien esté en un lado mío, y a la vez, yo también me incomodo.

Lo que yo siento cuando duermo, es el confort del reposo y sucesivamente la bienvenida al mundo onírico; aquellas alucinaciones que la mente dibuja y anima para hacer más interesante el descanso. Hay personas que narran sus sueños con lujo de detalle y otras simplemente los olvidan al instante y otros despiertan y continúan su día, como frígidos desinteresados por el coge.

En lo personal, los sueños son la televisión de los ojos cerrados. Pero dormir con la boca abierta, más que un defecto en la salud, es una necesidad de expresión.

Algunos necesitamos respirar todo lo que podamos para llenar esas bolsas con humo de cigarro que algunos guardamos en el pecho. Duermo con la boca abierta por las pocas horas que duermo y gracias a ello, he logrado viajar en dos asientos en el autobús, ahuyentado a mujeres empalagosas al amanecer después de la primera noche y alimentado un millar de moscas que entran a comer en los resquicios carnívoros de mis dientes. No recuerdo donde leí que al hombre por año le entran 5 arañas por la boca, sin descontar las orejas, el culo y la nariz. Seguramente llevo dentro un safari de bichos nomás por los que entran cada que duermo.

Mi boca abierta a la hora de dormir siempre ha sido la plática entre las personas que conozco por primera vez y duermen cerca de mí. He visto fotos de mi donde aparezco durmiendo y en verdad pareciera que estoy muerto, y no sólo por lo de la boca, sino también mis ojos semiabiertos acompañan ese rostro mortuorio de mi descanso. La cuestión es que he descubierto que dormir con la boca abierta, más que secarte la boca y producirte mal aliento, da gozo repulsivo a las personas que te miran dormir. Me ha pasado que ahuyento a personas, y apenas ayer, mientras iba dormido en el camión, con la cabeza echa hacia atrás y la clásica boca y ojos abiertos. Algo me ocurrió e hizo que me despertara por instinto. Descubrí a una mujer muy atenta mirarme, ya sabía yo porque me miraba y tal vez eso fue lo que la hizo sonreír. Yo sólo dije, limpiándome la baba, eres voyerista de mi boca abierta. Ella respondió, todos los del camión lo son.

*Posdata: La boca abierta es un aparato hipnótico, como puede producir placer, produce disgusto, eso también depende de cada quien y sus emociones del día o sus filias. Pero lo más claro, es que en boca cerrada no entra nada, Calladito te vez más bonito y de la boca abierta sale todo El que no habla, Dios no lo oye dichos antagónicos que el hombre día a día selecciona para no sucumbir ante el otro por sí mismo.

La verdad histórica, el Dasein, el trauma y el Estado mexicano

Escribe: Anel Hernández Sotelo

imagen de soymenos.wordpress.com

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Segunda oda a la estulticia

 

 

A casi seis meses de la desaparición forzada de los #43,

#NiPerdónNiOlvido #AyotzinapaSomosTodos

#26Marzo #AcciónGlobalporAyotzinapa

 

“Esta es la verdad histórica de los hechos, basada en las pruebas aportadas por la ciencia. No hay una sola evidencia de que haya intervenido el Ejército, ni una sola. Las mismas declaraciones iniciales de los que hoy dicen de que el Ejército fue, lo acusaban de omisión, las mismitas. No hay una sola, una sola evidencia de la participación del Ejército, ni siquiera había un grupo razonable de soldados en el lugar”.

Jesús Murillo Karam

Procuraduría General de la República, 27 de enero de 2015

 

¡¿“Verdad histórica, basada en las pruebas aportadas por la ciencia”?! Sí, frase célebre que me retumba en la cabeza desde aquella noche de enero, rematada por otra más corta pero no menos agraciada: “YaMeCansé”. Aunque Arely Gómez, actual Teleprocuradora General de la República, aseguró hoy que la investigación presentada por su predecesor en el cargo sobre la desaparición forzada de los 43 estudiantes de la Escuela Normal “Raúl Isidro Burgos” fue “profunda, seria y exhaustiva [porque] la realizaron varias personas de la Procuraduría General de la República con un alto nivel”,[1] la “verdad histórica” de Murillo Karam resulta ser una mentira institucionalizada que ha sido desvelada científica e humanísticamente por miembros de otras instancias nacionales e internacionales.

Baste leer el informe de Juan E. Méndez, relator de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), sobre la tortura, las penas crueles y los tratos inhumanos o degradantes utilizados por policías y militares en México;[2] los comunicados publicados por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF);[3] el análisis de cinco especialistas liderados por Jorge Antonio Montemayor Aldrete, investigador del Instituto de Física de la UNAM, y por Pablo Ugalde Vélez, investigador en ciencias de materiales en la UAM Azcapotzalco, sobre la imposibilidad de que 43 cuerpos pudieran ser incinerados en el basurero de Cocula[4] -lugar ahora famoso por las fosas clandestinas encontradas-[5]; y las investigaciones periodísticas de Anabel Hernández y Steve Fisher sobre la participación de las fuerzas municipales, federales y del ejército en los hechos del 26 y 27 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero,[6] para entender que la “verdad histórica” del Estado mexicano es un recurso retórico de autoencubrimiento, soportado en montajes televisivos, en “evidencias” manipuladas y en fabricación de culpables. Parafraseando a Patricia Dávila, la “verdad histórica” es “un simulacro de solución”.[7]

Pero centrémonos en uno de los síntomas de ese simulacro: la utilidad notabilísima del concepto “verdad histórica” –propio del positivismo decimonónico- en los procedimientos legales y judiciales de procuración de justicia en México. Como apunté, la “verdad histórica” del Estado mexicano no es más que una mentira institucionalizada, como toda nuestra historia oficial. Es poco probable que Murillo Karam -quien ha sido premiado recientemente con la titularidad de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU)- y la mayoría de los servidores públicos de este país, puedan comprender las disertaciones que haré a continuación, dado el grado de estulticia y de ignorancia que manifiestan continuamente. Pero, además, en el caso del ex procurador que apabulla discursivamente con nociones como verdad, historia y ciencia, resulta increíble pensar que sea capaz de discurrir lógicamente, sin parloteo político, sobre el significado del concepto “verdad histórica”, dado que él mismo es un simulacro de abogado. Aunque Murillo Karam se asuma como licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, no hay constancia de su cédula profesional en el Registro Nacional de Profesionistas de la SEP,[8] por lo que su caso se suma a una larga e histórica lista de funcionarios públicos que incurren en el delito de usurpación de títulos tipificado en el Código Penal Federal, que impunemente siguen succionando los haberes del erario público.[9]

Pues bien, la “verdad histórica” no existe. Así de simple y así de complejo. Pero, entonces, ¿para qué sirve un historiador si no es para relatar las “verdades” de cómo, porqué y cuándo ocurrieron los hechos del pasado? ¿O es que lo que los historiadores escriben son invenciones de lo que fue pero ya no es? Cierto es que, para desgracia de la comunidad global de historiadores, “hay de todo en la viña del Señor”. Sin embargo, para los historiadores críticos y contestatarios el dueño de la viña ha devenido en mujer -¿o siempre lo ha sido y el poder hegemónico la ha travestido?- y responde al nombre de Hermenéutica. La Señora de la viña, la Hermenéutica, es hermana carnal de la Ética Profesional. Así, los historiadores interpretamos los hechos del pasado en virtud de que no podemos verificarlos (del latín verificāre, presentar algo como verdadero). Y es que, ¿cómo verificar una coyuntura como la Revolución Francesa? Resulta imposible aprehender a la Revolución Francesa en un laboratorio para estudiarla como entidad en sí misma y conocer que ocurrió en esa Francia de finales del siglo XVIII. No hay laboratorios de análisis históricos, sino grupos de investigación, congresos, seminarios y publicaciones donde se discuten las diferentes interpretaciones de los hechos que se estudian. Y esta, denostados funcionarios públicos, es la “verdad histórica”.

¿Con cuántas interpretaciones sobre los sucesos ocurridos el 26 y 27 de septiembre de 2014 trabajó la Procuraduría General de la República para llegar a la “verdad histórica”? Aunque hemos reseñado antes la existencia de, al menos, cuatro interpretaciones sobre los hechos, el Estado mexicano decidió elaborar –nótese el vínculo del término con la palabra laboratorio- una historia –story not history– que rotuló con el concepto verdad para que los mexicanos estuviésemos orgullosos de su eficacia investigadora, sin considerar las verdades disidentes sobre el caso Ayotzinapa. Porque cuando la verdad es institucionalizada, cuando es creada en un laboratorio con la pretensión de que sea creída por una nación entera, la opción, la alternativa a tal engendro, es la disidencia.

El corrupto y asesino ex procurador, al enfatizar que sus dichos conforman la “verdad histórica” -mismos que la teleprocuradora legitima ahora, habida cuenta del alto nivel de quienes investigaron el caso pero ¿alto nivel? ¿en qué o de qué?- no hace más que evidenciar el pensamiento ultraconservador de los miembros del Estado mexicano; los vicios fundantes, convertidos en virtud, del totalitarismo priísta al que, luego de considerar la historia PNR-PRM-PRI iniciada en 1929, bien podríamos llamar totalitarismo revolucionario; y la falta del hábito de la lectura o, para ser benevolentes, del hábito tan promovido de leer al menos 20 minutos al día porque “leer te hace grande”.

Pilar Gilardi ha enfatizado la importancia de las concepciones heiddegerianas del tiempo y de la historicidad del Dasein (el ser-ahí, cuyo modo de ser es la existencia[10]) para los estudiosos de la historia, expuestas por el filósofo alemán -asociado al régimen nazi- en Ser y tiempo (1927). La filósofa de la historia explica que “pasado, presente y futuro no expresan distintos momentos en una línea del tiempo […] porque lo que está en cuestión es la comprensión lineal del tiempo. A esta concepción de la temporalidad corresponde la ingenua interpretación del pasado como aquello sucedido y concluido, el presente como el ahora y el futuro como aquello que vendrá. Desde la perspectiva heideggeriana, pasado, presente y futuro se copertenecen a tal grado que no se dejan comprender en una línea de sucesión. Para esta concepción de la temporalidad, el futuro (Zukunft) es comprendido en términos de posibilidad anticipante, el pasado (Gewesenheit) como haber sido y el presente (Gegenwart) como presentación”.[11] En suma, en el Dasein convergen simultáneamente las tres temporalidades que tradicionalmente se han definido como sucesivas y sucesorias.

Como haber sido y no como lo que ya no es, el pasado entonces se experimenta “de manera propia”. El pasado –apunta Jesús Adrián Escudero- como “historia acontecida”, como “lo que todavía permanece vivo y activo para nuestro presente […] tiene la capacidad de influir sobre nuestro destino”[12] pues es simultáneamente la presentación de un haber sido con posibilidad anticipante.  Y, entonces, ¿dónde colocar la categoría de verdad? La verdad, escribe Giraldi, “pertenece a la cosa misma y la constituye, no es una propiedad que se pueda tener una veces sí y otras no. Tampoco una acción que el sujeto ejerce sobre las cosas”.[13] La verdad es alethêia, término con el que los griegos definían aquello que no está oculto, lo que es evidente. Así, la verdad “no resulta de comparar el interior [el pensamiento] con el exterior [la realidad] a través de artilugios mentales […], no es el resultado de la relación sujeto-objeto, sino que refiere al mostrarse de las cosas desde ellas mismas”,[14] de donde se sigue que la verdad es “la forma de estar en el mundo originaria del Dasein”[15] a la que sólo se accede mediante un proceso primariamente práctico de comprensión e interpretación de lo evidente, de eso que no está oculto.

Es evidente, es decir, es verdadero que la versión del Estado oculta información sobre la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa: se ha impedido el acceso a las instalaciones del 27º Batallón de Infantería ubicado en Iguala; las compañías de servicio telefónico móvil se han negado a rastrear satelitalmente las locaciones de los celulares que portaban los muchachos; bajo tortura, casi una centena de personas han declarado haber participado en el secuestro de los estudiantes y en su supuesta incineración; y, a pesar del montaje televisivo de la detención de Abarca y Pineda, los mexicanos sabemos que Ayotzinapa no es un caso aislado que se soluciona con la detención (pactada) de estos dos narcopolíticos asesinos. Los compañeros de la Unión por la Organización Estudiantil (UPOE) han dejado claro que el caso es un eslabón más de la larga e histórica cadena de agravios y crímenes de lesa humanidad perpetrado por los tres niveles de gobierno. Los representantes de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial sistemáticamente se han legitimado mediante el terrorismo de Estado porque

“ante la ilegitimidad del Estado mexicano se ha instrumentado un modelo jurídico que amplía los márgenes de la violencia institucional con el objetivo de reprimir ‘legalmente’ la protesta y al mismo tiempo opera la violencia contrainsurgente al fomentar grupos paramilitares, escuadrones de la muerte a los que se les intenta maquillar como obra del crimen organizado o hecho aislado fuera del ‘control’ gubernamental, el enemigo interno con el que se escenifica la confrontación entre crimen organizado y Estado; teatro que por su propio peso cae cuando se comprueba que tan sólo en el caso Ayotzinapa –uno de los miles de casos- al momento de la masacre y detención-desaparición de los 43 estudiantes no sólo actuaron las policías municipales de Iguala y Cocula, por si esto fuera poco este actuar se da en presencia, complicidad y anuencia del ejército federal”.[16]

Siendo así, cabe argumentar que los miembros del Estado mexicano están contagiados por eso que Paul Ricœur llama enfermedad histórica. Los síntomas de este padecimiento nacional -promovido mediante la instrucción dogmática disfrazada de educación pública, laica y obligatoria- se manifiestan en el entusiasmo por la historia monumental “que nivela la grandeza hasta la insignificancia”.[17] El nonagenario Joaquín Gamboa Pascoe, secretario general de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) desde 2005 a pesar de sus probadas prácticas de contrabando[18], al develar su propia estatua de bronce y pronunciarse contra las protestas sociales que inundan las calles del país refleja la mentalidad arcaica de una clase política que pretende trascender históricamente mediante mitos, ritos y objetos de veneración. Y es que en cualquier régimen totalitario –habría que preguntarnos si, en la práctica, existen hoy otras formas de gobierno- la historia monumental resulta tan útil como el exceso que manifiesta. Su utilidad consiste

“en el abuso de las analogías; por ellas, ‘flancos enteros del pasado se olvidan, se desprecian, y transcurren como una corriente grisácea y uniforme de la que sólo algunos hechos aislados, embellecidos, emergen cual islotes solitarios’ [Nietzche, Segunda consideración intempestiva, 1872]. Es entonces cuando daña al pasado. Pero daña también al presente: la admiración sin límites de los grandes y de los poderosos del pasado se convierte en el disfraz bajo el cual se oculta el odio de los grandes y de los poderosos del presente”.[19]

Otro de los síntomas de la enfermedad histórica es la concepción de que el quehacer del historiador consiste en el rescate de la memoria tradicional. La historia tradicionalista –apunta Ricœur- es tan ambigua como la historia monumental porque “es útil para la vida conservar y venerar costumbres y tradiciones; pero, una vez más, el mismo pasado se resiente, pues todas las cosas pasadas terminan por ser cubiertas por un velo uniforme de venerabilidad, y ‘lo que es nuevo y está naciendo es rechazado y atacado’. Esta historia sólo sabe conservar, no engendrar”.[20] En México, el sistema político completo –incluyendo partidos de todos colores, viejos y “nuevos”- se sustenta en la veneración de un panteón nacional instrumentado desde la Secretaría de Educación Pública. Los personajes que componen el santoral mexicano funcionan discursivamente para persuadir, convencer o reprimir en su nombre. Piénsese en la figura de Lázaro Cárdenas: a finales de 2013, esta entidad mitológica sirvió al mismo tiempo como la bandera de la “izquierda” en la defensa de PÉMEX y como bandera de la “derecha” para sostener que la reforma energética respetaba “palabra por palabra” las disposiciones de san Tata Cárdenas.

En La tradición oculta, una serie de ensayos escritos entre 1930 y 1940 y compilados décadas después, Hannah Arendt escribió: “Es una vergüenza que hiciera falta una guerra mundial para acabar con Hitler, sobre todo porque también es cómico. Los historiadores de nuestro tiempo siempre han intentado esconder, borrar este elemento de insensatez sangrienta (cosa bastante comprensible) y dar a los sucesos una cierta grandeza o dignidad que no tenían, pero que los hacía humanamente más llevaderos”.[21] Sí, resulta vergonzoso y, por eso mismo, cómico que se asesinaran a tantos en tantos sitios para acabar con un hombre. Y los historiadores fueron cómplices de esta abyección al promover como verdades nacionales –de ambos bandos-  basadas en la historia monumental y la historia tradicionalista, tal como sucede hoy en este Valle de Impunidad llamado México.

Porque si el grueso de los historiadores mexicanos cobijados en las instituciones públicas (lo que los convierte también en servidores públicos, ya que su salario se obtiene de la hacienda pública) se hubiesen sumado a la protesta social como un colectivo bien definido, probablemente el Estado hubiera procedido con más cautela al señalar la formulación de una simulación como “verdad histórica”. Pero, dado que estos historiadores son cómplices del sistema, no cabe glosa, aclaración ni protesta ante la prostitución teórica de la profesión. Claro está, además, que estos pseudoacadémicos que ejercen como historiadores están plácidamente investigando y discurriendo sobre “el pasado” que antecedió “al presente” pues han sido bien amaestrados en la comprensión del tiempo como una línea continua, al estilo del totalitarismo revolucionario. Y es que esta concepción añeja, caduca, conservadora y cómplice es la conditio sine qua non un historiador mexicano puede obtener una plaza académica vitalicia. La peste de la enfermedad histórica asola a los historiadores.

El único argumento con el que el Estado pudiera remendar su discurso sobre el concepto “verdad histórica” proviene del psicoanálisis. Aunque es altamente dudoso que Peña Nieto, Osorio Chong, Murillo Karam, Videgaray, la teleprocuradora Gómez y el resto de la clase política mexicana sean capaces de discurrir sobre el tema, sería oportuno que consideraran como necesidad urgente –más urgente que sus onerosos bonos- el asistir a terapia porque, de acuerdo con Manuel Canga,

“Freud utilizaba el concepto de verdad histórica […] para referirse a la existencia de un acontecimiento traumático, un “suceso”, dice literalmente, que tiende a ser reemplazado por un deseo antitético, por un deseo o una tendencia de signo opuesto, de igual forma que sucede con algunas leyendas nacionales, cuyo objetivo es camuflar las miserias inconfesables de las grandes familias, de los pueblos, las naciones y de todos sus líderes […] Lo ‘histórico’ introduce así una determinación temporal y localiza algo que concierne a la experiencia viva de un sujeto, la experiencia de un contacto con lo real que tiende a esconderse en las profundidades cavernosas del inconsciente”[22]

¿Será entonces que Ayotzinapa ha devenido en “acontecimiento traumático” para el Estado mexicano? Seguro que sí porque, a seis meses de la desaparición de los 43 normalistas,  Ayotzi vive y la lucha sigue.

 

 

 

 

[1] “La investigación de Murillo Karam sobre Ayotzinapa fue ‘seria y exhaustiva’, dice Arely Gómez” en Animal Político, 9 de marzo de 2015, disponible en http://www.animalpolitico.com/2015/03/la-investigacion-de-murillo-karam-sobre-ayotzinapa-fue-exhaustiva-y-seria-dice-arely-gomez/; última consulta: 9 de marzo de 2015.

[2] “La ONU alerta que ‘casi todas’ las corporaciones de seguridad torturan en México” en Emeequis, 9 de marzo de 2015, disponible en http://www.m-x.com.mx/2015-03-09/la-onu-alerta-que-casi-todas-las-corporaciones-de-seguridad-torturan-en-mexico/; última consulta: 8 de marzo de 2015. La nota contiene un enlace para acceder al informe íntegro del relator Juan E. Méndez.

[3] Comunicado EAAF del 11 de noviembre de 2014, disponible en https://es.scribd.com/doc/246294308/Comunicado-EAAF-11-Nov-2014; última consulta: 9 de marzo de 2015. Comunicado EAAF del 7 de diciembre de 2014, disponible en http://www.cencos.org/comunicacion/comunicado-equipo-argentino-de-antropologia-forense-explica-identificacion-de-alexander-mora-venanci; última consulta: 9 de marzo de 2015. Comunicado EAAF del 7 de febrero de 2015, disponible en https://es.scribd.com/doc/255056847/Comunicado-EAAF-pdf; última consulta: 9 de marzo de 2015. Recomiendo el excelente resumen sobre las inconsistencias de la investigación de la PGR sobre el caso Ayotzinapa realizado por “Ar1zz” del portal Ellos y nosotros. Disculpe las molestias, esto es una revolución, disponible en http://www.ellosynosotros.com/mexico/argentinos-tiran-la-verdad-historica-mientras-la-onu-confirma-desaparicion-forzada-en-mexico-es-sistematica/; última consulta: 9 de marzo de 2015.

[4] ROSAGEL, Shaila, “Científicos de la UNAM: ‘No los quemaron en el basurero, el gobierno está en problemas” en Sinembargo, 11 de diciembre de 2014, disponible en http://www.sinembargo.mx/11-12-2014/1190680; última consulta: 9 de marzo de 2015.

[5] TURATI, Marcela, “Fosas de Cocula: el fallido show de la PGR” en Proceso, 29 de octubre de 2014, disponible en http://www.proceso.com.mx/?p=386097; última consulta: 9 de marzo de 2015.

[6] HERNÁNDEZ, Anabel y Steve FISCHER, “La historia no oficial” en Proceso. Edición espacial No. 48: Ayotzinapa. Una historia de corrupción, barbarie e impunidad, año 38, enero 2015, pp. 62-66.

[7] DÁVILA, Patricia, “Un simulacro de solución” en Proceso. Edición espacial No. 48: Ayotzinapa. Una historia de corrupción, barbarie e impunidad, año 38, enero 2015, pp. 74-76.

[8] La plataforma virtual del Registro Nacional de Profesionistas ha sido consultada el 9 de marzo de 2015. Invito a los lectores a navegar por el recurso para conocer los datos profesionales de alcaldes, presidentes municipales, gobernadores, diputados, senadores y otros servidores públicos, incluyendo a Enrique Peña Nieto en http://www.cedulaprofesional.sep.gob.mx/cedula/indexAvanzada.action.

[9] Sólo un ejemplo para refrescar la memoria. En 2005 el actual titular de la Secretaría de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, que entonces reconoció que “se presentaba como licenciado en derecho sin estar titulado. En ese carácter, aún sin contar con el documento con el que se acredite esa profesión, firmó decretos y otros documentos oficiales como secretario general de Gobierno del estado de Hidalgo” en VELEDÍAZ, Juan, “‘Fui abogado sin serlo’: Osorio Chong” en El Universal, 25 de febrero de 2005, disponible en http://www.eluniversal.com.mx/estados/56490.html; última consulta: 9 de marzo de 2015. A estos casos se suman otros más que bien podrían ser el tema de un ensayo aparte.

[10] Sobre la complejidad del concepto Dasein, consúltese BERCIANO, Modesto, “¿Qué es realmente el ‘Dasein’ en la filosofía de Heidegger?” en Thémata. Revista de Filosofía, No. 10, 1992, pp. 435-450.

[11] GILARDI, Pilar, “El problema de la verdad histórica: una lectura desde la fenomenología hermenéutica” en Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México, No. 46, julio-diciembre 2013, p. 135.

[12] ESCUDERO, Jesús Adrían, El lenguaje de Heidegger. Diccionario filosófico 1912-1927, Barcelona: Herder, 2009, pp. 102-103, citado en GILARDI, “El problema de…”, p. 136.

[13] GILARDI, “El problema de…”, p. 127

[14] GILARDI, “El problema de…”, p. 129.

[15] GILARDI, “El problema de…”, p. 132

[16] “Ni hecho aislado, ni crimen organizado, es terrorismo de Estado” en Vuelos & Revueltas, Año 2, Núm. 3, noviembre 2014, p. 12. Recomiendo ampliamente la lectura íntegra del número, disponible en https://www.facebook.com/upoeo/photos/a.814822195229685.1073741837.784126738299231/874265255952045/?type=3&theater; última consulta: 10 de marzo de 2015.

[17] RICŒUR, Paul, La memoria, la historia, el olvido, México: FCE, 2010, p. 380.

[18] “Estatua de Gamboa Pascoe, muestra de que el viejo PRI regresó con esplendor: Francisco Cruz” en Noticias MVS, 25 de febrero de 2015, disponible en https://www.youtube.com/watch?v=6MC4YjnDDO8; última consulta: 10 de marzo de 2015.

[19] RICŒUR, La memoria…, p. 380.

[20] RICŒUR, La memoria…, p. 381.

[21] ARENDT, Hannah, La tradición oculta, Barcelona: Paidós, 2004, p. 16.

[22] CANGA, Manuel, “Freud y el problema de la verdad histórica” en Trama y fondo. Revista de cultura, Núm. 20, 2006, pp. 35 y 40.

 “La historia nos dirá…”: Alfredo Castillo Cervantes

Primera oda a la estulticia

Escribe: Anel Hernández Sotelo

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“Me voy con un Michoacán que es muy distinto al que recibimos. Me voy con un Michoacán totalmente diferente al que había hace más de un año o una década. Me voy con un Michoacán que, hoy por hoy, la gente sale a las calles a diferencia del pasado. Me voy de un Michoacán que, hoy por hoy, el tema del secuestro se ha reducido un 90%. Me voy de un Michoacán en donde las instituciones hoy trabajan de una manera diferente […] Todo depende del cristal con que se mire, el que quiere que se vea mal conseguirá argumentos para que se vea mal […] Se politiza un tema que no tiene absolutamente nada que ver […] Sé que cometimos errores como cualquier ser humano en la vida. Pero, también –como lo dije ayer- la historia nos dirá cuáles fueron. Hoy es difícil poder determinarlo. Nunca existió dolo por una situación, ni por querer abusar del poder, ni mucho menos.”

Alfredo Castillo Cervantes

Entrevista con Carmen Aristegui, 23 de enero de 2015

Soy una joven profesora-investigadora del estudio y el análisis de los procesos históricos, que ha ejercido su profesión ininterrumpidamente durante los últimos quince años. Como ciudadana mexicana he manifestado públicamente mi indignación y repugnancia frente al cínico amancebamiento y la agachona complacencia del Estado mexicano con las empresas lideradas por Emilio Azcárraga Jean, Ricardo Salinas Pliego, Carlos Slim, Juan Armando Hinojosa Cantú, Rafael Olvera Amezcua, Pedro Aspe Armella, José Luis Ponce Aquino, Lorenzo y Roberto Servitje, entre muchas otras; pero también frente al rapaz neoliberalismo global que hoy sólo puede sostenerse mediante el terrorismo de estado. Ahora, además, deseo manifestar mi crítica a este sistema como profesional de la historia.

Es evidente que Jesús Murillo Karam y Alfredo Castillo Cervantes han perdido la poca credibilidad política que en algún momento tuvieron para algunos como autoridades representativas de un pueblo soberano. Ni duda cabe de que es nula la autoridad y la credibilidad que estos sujetos pudieran tener como analistas de la historia. Sin embargo, entre el viernes 23 y el martes 27 de enero, estos personajes se asumieron como tales al introducir en sus mentirosos y maniqueos discursos conceptos vinculados al trabajo historiográfico. En virtud de su ignorancia en la materia,  han errado nuevamente y han vuelto a evidenciar su falta de escrúpulos. Dado que, siguiendo los discursos que los políticos mexicanos a cada poco resalta últimamente la referencia a la historia, presento a los lectores mis disertaciones sobre el uso y abuso del concepto dentro de un ciclo escritural que he llamado odas a las estulticia.

Aún cuando en el curriculum vitae de Alfredo Castillo Cervantes consta la obtención de tres grados de licenciatura –Ciencias Políticas y Administración Pública (UIA, 1994-1998), Derecho (UAM-A, 1997-2001) y Economía Financiera (EBC, 2003-2010)[1]– el ahora ex Comisionado para la Seguridad Integral de Michoacán parece desconocer que la historia no es un ente metafísico que en algún momento nos iluminará para conocer los aciertos y los errores de su gestión en Michoacán.

La historia la hacemos las mujeres y los hombres que andamos hoy en el camino. La historia es presente en tanto que, mediante la memoria, evocamos eso que ya no es: el ayer. La historia es el background con el que los individuos nos situamos en las coordenadas tiempo-espacio gracias a nuestros recuerdos de vida y, siendo como somos, animales gregarios, la historia entonces es también el background de los pueblos. Los historiadores nos dedicamos a buscar huellas e indicios que nos permitan tejer relaciones entre diferentes hechos para ofrecer una interpretación lógica de la manera en que los hechos sociales ocurrieron, de sus causas y de sus consecuencias. Pero si el ex comisionado se refería a la historia como la escritura que plasma el resultado de un arduo trabajo de análisis sobre el devenir de los pueblos y sobre las formas con las que quienes integraron cada una de esas colectividades –los pueblos- respondieron a un contexto bien determinado, entonces trató –sin éxito- de aludir a lo que los historiadores conocemos como historiografía.

En cualquier caso, al argumentar que la historia nos dirá cuáles fueron los errores de su gestión como comisionado en Michoacán, Alfredo Castillo no ha hecho más que sugerir las cuestiones siguientes: 1. Que considera que los historiadores nos dedicamos a la futurología y no al análisis de los procesos sociales acaecidos en el pasado desde las preguntas que nos planteamos en el presente; 2. Que, dado que la historia es escrita por historiadores, los historiadores somos los jueces morales capacitados para enaltecer o condenar las acciones de los humanos en el pasado; 3. Que, con mucha probabilidad, la única historiografía que Castillo conoce es de corte nacionalista, es decir, la historia escrita por el Estado, para el Estado y desde el Estado; 4. Que los historiadores nos basamos en ocurrencias, visiones y opiniones para construir el discurso histórico; y 5. Que su alusión al juicio de la historia tuvo una intención velada: escapar retóricamente al juicio legal, procesal y público que muchos ciudadanos mexicanos estamos exigiendo para él y para otros servidores públicos, incluyendo al actual presidente Enrique Peña Nieto.

Los operativos de la Policía Federal y de la Gendarmería Nacional implementados bajo el mando de Castillo en el estado de Michoacán para desarticular al “crimen organizado” -ese ente metafísico poliforme que se asemeja a un monstruo quimérico- y la recomposición de las Fuerzas Rurales bajo la nomenclatura de Fuerza Ciudadana, dieron como resultado que el índice delictivo en la región superara, en noviembre de 2014, los índices registrados durante los cuatro años anteriores. Sobre estos cálculos, el pronóstico actual es que en el estado de Michoacán la delincuencia “tiende hacia el nivel más crítico del sexenio pasado”.[2] Más aún, con la injerencia de las fuerzas federales comandadas por el ex comisionado sí se logró desarticular estructuras pero no las de los grupos criminales sino de los colectivos civiles que se habían organizado para defenderse del “crimen organizado”. José Manuel Mireles e Hipólito Mora –quizá los representantes más mediáticos de las Autodefensas Comunitarias michoacanas- hoy están presos porque, absurdamente, creyeron en las bondades del discurso salvífico peñanietista y aceptaron con beneplácito las estrategias que, de la mano de Castillo, el gobierno federal impuso en los municipios de Apatzingán, La Ruana, Zamora, Comalcalco, Aguililla, Buenavista, Yurécuaro, Lázaro Cárdenas, entre otros.

El ex gobernador de Michoacán con licencia Fausto Vallejo Figueroa sigue sin ser investigado, aún cuando está documentado que en 2011 Servando Gómez Martínez “La Tuta” financió parte de su campaña política para la gubernatura de Michoacán por la coalición PRI-PVEM.[3] Tal parece que el proceso judicial que se sigue contra Fausto Vallejo Mora –hijo de Vallejo Figueroa- y contra Jesús Reyna García, otrora la mano derecha del ex gobernador con licencia, no son más que trueques políticos disfrazados de impartición de justicia. Las transacciones políticas y económicas entre Estado y delincuencia –en el supuesto de que los sujetos que ostentan los cargos públicos aún puedan diferenciarse de los asesinos, narcotraficantes, tratantes de blancas, pedófilos, violadores y ladrones- fueron nuevamente evidenciados hace unos días al anunciarse con bombo y platillo la captura de “La Tuta”. Vallejo Figueroa ha tenido el cinismo de exhortar públicamente a las instancias gubernamentales “a no bajar la guardia” tras la detención de Servando Gómez porque “vienen etapas más peligrosas”.[4] Claro, siendo quien es Vallejo Figueroa, es muy probable que conozca el precio que “La Tuta” ha puesto a los años que pasará en prisión. Una revisión a la historia de Joaquín Guzmán Loera, Osiel Cárdenas Guillén, Rafael Caro Quintero, entre otros, [5] bien nos puede ilustrar el tipo de maniobras políticas y económicas que se esconden detrás de la captura de Servando Gómez. No es gratuito que Jorge Vázquez Valencia, líder de las autodefensas de Aguililla, asegure que la detención de “La Tuta” es un negocio redondo: el gobierno federal se coloca una estrellita dorada en sus bitácoras mientras Servando Gómez Martínez obtiene “un trato de privilegio, unos años en la cárcel e impunidad para disfrutar de su dinero después de eso”.[6]

Una historiadora como yo no puede olvidar que, durante el desempeño de Castillo como Comisionado para la Seguridad Integral de Michoacán, saltó nuevamente a la fama la figura de Rosa del Carmen Verduzco Verduzco, “Mamá Rosa” como cariñosamente le llaman figuras de la talla de Enrique Krauze, Jean Meyer, Roger Bartra, “Elenita” Poniatowska, Martha Sahagún y Vicente Fox.  Valga aquí un somero repaso de la historia más reciente de La Gran Familia. En 1993 los reporteros del entonces Instituto Mexicano de la Televisión (IMEVISIÓN) hicieron públicas las denuncias interpuestas en la Notaría Pública No. 78, sita en Zamora, Mich., contra Rosa Verduzco, fundadora y directora del albergue, por los delitos de violación sexual de menores, maltrato físico y psicológico, secuestro de bebés, niños y jóvenes y tráfico de influencias. El Instituto Mexicano del Seguro Social entregó un informe sobre las principales causas de hospitalización entre los internos: desnutrición, fracturas en extremidades, traumatismos craneoencefálicos y ¿casos de prematurez? Aunque las denuncias fueron presentadas formalmente ante la Procuraduría General de Justicia del Estado de Michoacán y ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) nada se hizo pues el presidente municipal de Zamora, Guillermo Gómez Vega, negó conocer los hechos.[7]

Y es que en ese momento, Gómez Vega estaba más ocupado en dirimir otros asuntos: los conflictos territoriales relacionados con la catedral inconclusa de Zamora[8] y el pleito por el uso del agua entre los municipios de Zamora y Jacona.[9] Jorge Carpizo McGregor, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México entre 1985 y 1989, ocupaba entonces la presidencia de la CNDH. Su desatención a las denuncias contra Rosa Verduzco, entre otros olvidos selectivos, fue premiada desde la Presidencia de la República: en el mismo año de 1993 Carlos Salinas de Gortari le otorgó la dirigencia de la Procuraduría General de la República y, un año más tarde, en 1994, le ofreció la titularidad de la Secretaría de Gobernación.

En 2010 el periódico El Universal publicó una nota sobre Rosa Verduzco y La Gran Familia, en la que nuevamente se denunciaron los abusos y maltratos que los menores recibían en el hospicio. Además se acusó a “La Jefa” –otro de los motes que recibe Verduzco- de exigir hasta 400 mil pesos como cuota de liberación para los padres que querían recuperar a sus hijos y se evidenció que desde el Sistema Nacional de Desarrollo Integral de la Familia (DIF), algunos menores eran canalizados al albergue de La Gran Familia. Se reportó también que, no obstante las regulaciones que impiden a las instituciones privadas tener “zonas ocultas” y la obligación legal del DIF de inspeccionar estos centros, la posibilidad de conocer la infraestructura del albergue en su totalidad era nula debido a la fuerza política que Rosa del Carmen Verduzco tenía en el estado de Michoacán.[10] Otra vez, nada se hizo.

Todos recordamos –o deberíamos recordar- que el 15 de julio de 2014 hubo otra explosión mediática en torno a la figura de Verduzco. El tema sobre la responsabilidad de la mujer octogenaria en los delitos que se cometían en el albergue dividió a la opinión pública. Algunos miembros de la clase “intelectual” defendieron a Verduzco con textos ridículos y carentes de crítica. Baste leer la Historia de una injusticia de Enrique Krause[11] y La Rosa Verduzco que yo conocí de su hijo, León Krause.[12] Otros más, entre los que destacaron más de doscientos miembros de El Colegio de Michoacán, se manifestaron públicamente bajo el siguiente tenor:

“No es imposible que en “La Gran Familia” haya habido irregularidades. Si las hubo, las autoridades deben investigarlas y sancionarlas. Pero el operativo policíaco y mediático desplegado contra Rosa Verduzco es inexplicable. ¿Esperaban encontrar resistencia armada? ¿No pudieron citarla para averiguar los hechos? Las autoridades recurrieron a la fuerza pública y presentaron cargos ante la prensa y la televisión antes de presentarlos ante el poder judicial. La humillación escandalosa de una gran trabajadora social es inmerecida y atenta contra sus derechos más elementales. El linchamiento arroja una mancha de oprobio sobre una vida de servicio. Hacemos un llamado a las autoridades para que respeten la obra y la persona de Rosa Verduzco. Y hacemos un llamado a los medios para que hagan la investigación a fondo que este nuevo michoacanazo amerita”.[13]

En este nuevo episodio de la tragicomedia, nos enteramos de que Rosa Verduzco recibió durante, en los últimos diez años, 334 millones de pesos del erario público provenientes del Gobierno Federal, a través de la Secretaría de Desarrollo Social, y de los gobiernos estatales de Jalisco, Michoacán y Guanajuato,[14] pero no solo. Se hizo público que quienes fueron detenidos por los delitos de secuestro, abuso sexual, trata de personas y delincuencia organizada, luego del fastuoso operativo “recibían su salario como maestros, personal administrativo y de apoyo con cargo a la nómina de la SEP” y que éste órgano federal destinó durante el primer trimestre de 2014 la nada despreciable cantidad de 66 mil 595 pesos para cubrir los pagos de José Enrique Hernández Valdovino, El Cito; Felipe Serrano Gómez, El Quiro; María de Lourdes Verduzco Verduzco, La Gorda, y David Rogelio Álvarez Murillo, El Rollo, todos trabajadores del albergue.[15] Además, el gobierno federal, a través del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), apoyaba la escuela de música que Verduzco fundó en el albergue.[16] Es muy probable que no sólo estos personajes vinculados al albergue estuviesen contratados por el gobierno federal, lo que es un hecho es los contribuyentes somos quienes pagamos de nuestra bolsa los salarios de los delincuentes institucionalizados.

También supimos que “La Jefa” es propietaria de al menos quince casas-habitación en el estado de Michoacán sin que se sepa, hasta hoy, la procedencia de los recursos con los que las compró:[17] “Mamá Rosa –apunta Ortiz Tejeda- puede ser considerada una terrateniente urbana: tiene en su haber 27 propiedades, 21 de ellas a su nombre. El predio donde se ubica el albergue tiene una extensión de cinco hectáreas. En la ciudad de Zamora, Mamá Rosa es dueña de al menos 60 departamentos y media docena de casas”.[18] Y, por si no fuera ya suficiente, a mediados de 2014 nos enteramos de la relación estrecha que Marcial Maciel tuvo con Rosa Verduzco. Con toda agudeza Carmen Aristegui sugirió que Rosa Verduzco podría considerarse como la “versión femenina pauperizada” del también michoacano Marcial Maciel: “Lo que Marcial Maciel fue para la élite mexicana en muchos sentidos, Mamá Rosa [lo es] para el lumpen y los más desprotegidos”.[19]

De acuerdo con la investigación de Jesús Lemus, Marcial Maciel Degollado era sacerdote del municipio michoacano de Cotija cuando Rosa Verduzco estudiaba para convertirse en maestra de primeras letras. Ésta le confió al sacerdote su proyecto fundacional de un albergue para niños de la calle. Maciel apoyó a Verduzco pagando la renta de una vecindad que, en un primer momento, sirvió como albergue de menores, condicionando a la directora para que en el lugar se enseñara doctrina católica. La benefactora obedeció gustosa y en 1953 dispuso que “la doctrina oficial dentro de la casa era el catolicismo y que la aspiración de todos los menores sería formarse como misioneros del Sagrado Corazón y la Virgen de los Dolores -que era la organización que Maciel manejaba en Michoacán-”. De ahí que más de sesenta niños que habían vivido en el albergue se incorporaron más tarde a la congregación fundada por Maciel, los Legionarios de Cristo.[20]

¿Qué sucedió entonces? La Procuraduría General de la República, al mando del flamante Jesús Murillo Karam, procedió legalmente contra los cuatro trabajadores del albergue detenidos pero desestimó los cargos a Rosa del Carmen Verduzco Verduzco por considerarla anciana y senil. El caso se resolvió con inusitada rapidez y el procurador explicó la determinación de no procesar a la fundadora, directora y propietaria de La Gran Familia en estos términos:

“la señora tiene una historia que yo conozco, a quien yo consideraba una señora con una historia respetable, pero no puedo juzgar en función de historias. La señora tiene 82 años no puede uno exigirle el cuidado estricto de una institución tan grande con 500 niños, son cosas que debo considerar a la hora de consignar… O pudo haber sido un descuido o pudo ser consecuencia de la edad; no juzgo por la historia, mi obligación es atender a quien denuncia la existencia de un delito.”[21]

El caso de Verduzco, así como el de la reciente aprehensión de “La Tuta”, es otro trueque político. No es descabellado suponer que el exagerado operativo policial desplegado en el albergue La Gran Familia fue otro de los patéticos montajes coproducidos por el gobierno federal y Televisa. Hay que recordar que Genaro García Luna –por cierto, ¿dónde está ahora este asesino?- inauguró este tipo de espectáculos mediáticos en el año 2005 con la detención de Florance Cassez e Israel Vallarta Cisneros[22] y que esta forma de impartir justicia en México ya es toda una tradición. Porque Rosa Verduzco sigue paseando por las calles de Zamora y, a pesar de su ancianidad y senilidad, en diciembre de 2014 habilitó una de sus casas como albergue para continuar con su apostólico trabajo. En este nuevo proyecto ha recibido la venia del DIF de Michoacán[23] y, muy probablemente, Verduzco esta recibiendo recursos de personas como Vicente Fox y Martha Sahagún pues el 20 de julio de 2014, Fox hizo públicas sus intenciones de reabrir el albergue bajo el auspicio de la Fundación Vamos México que lidera su esposa.[24]

Si por asomo Alfredo Castillo Cervantes llegara a leer estas líneas, tendría entonces una aproximación histórica, aunque muy somera, de lo sucedido en el estado de Michoacán durante su gestión. No tendrá el ex Comisionado que esperar más al juicio de la historia. Porque con lo escrito hasta aquí –que es sólo la punta del iceberg de una serie inmensa de eventos que nos indican la historia de la corrupción, el terrorismo de estado y la impunidad en el Michoacán del año 2014- queda históricamente documentado que Castillo Cervantes mintió descaradamente en la entrevista que le hizo Aristegui en enero de este año.

Según él, luego de su gestión, en Michoacán “todas las fuerzas políticas pueden estar nombrando a sus candidatos de acuerdo a sus propios intereses y ya no a la imposición del crimen organizado, que es un gran avance que hace tres años o dos años no hubiera podido pensarse y, hoy por hoy, pues no hemos visto que el crimen los mande llamar a un rancho y les diga quien tiene que ser el candidato y por quien tiene que votar. Eso por sí mismo es un gran avance y ya quien debe de gobernar, pues serán los ciudadanos los que [lo] determinen a través del sufragio efectivo”.[25] ¿De verdad? Y entonces, ¿cómo explicamos que una anciana senil tenga tanto poder político en la región?; ¿cómo explicamos las masacres bien documentadas realizadas en los pueblos de las autodefensas michoacanas?; ¿cómo explicamos que Fausto Vallejo opine sobre la aprehensión de su amigo “La Tuta”?; ¿cómo explicamos, entonces, las denuncias que se han interpuesto por violación a los derechos humanos?; ¿cómo, cómo, cómo…?. Alfredo Castillo miente y, para hacerlo, viola los principios metodológicos y éticos propios de los historiadores.

Las respuestas de tantos y tantos cómos las enunció el ex comisionado –supongo que sin intención- en la misma entrevista. Afirmó entonces que “nadie vino aquí [a Michoacán] por gusto, nadie. Lo hicimos por el compromiso, la instrucción y la lealtad a las instituciones, a una instrucción, por supuesto con la confianza y el agradecimiento del titular del Ejecutivo y de la Secretaría de Gobernación pero, hoy por hoy, la gente que pueda permanecer tendrá necesariamente que contar con la venia del gobernador. Y digo la venia, y contar con ella, porque serán solicitudes que haga el gobernador, no imposiciones o sugerencias del gobierno federal, ni mucho menos”.

Sobre la imposición del ex rector de la Universidad Michoacana de San Nicolás Hidalgo, Salvador Jara Guerrero, en la gubernatura del estado, afirmó que no hubo tal puesto que Jara Guerrero “tuvo que comparecer ante todos ellos [los miembros del Congreso Estatal],” además de que el actual gobernador es “una persona sin filiación partidista [aunque] muchos, en su momento, inclusive lo calificaron de perredista o de izquierdista […] una persona extraordinaria [que] ha hecho equipo con la gente que traemos [porque] no somos extranjeros, somos mexicanos y la verdad es que a veces da tristeza ver que seguimos con esta posición de ‘Si tú no eres michoacano, vales menos’. No, no, no… somos mexicanos, antes que nada, y venimos a ayudar a nuestros hermanos michoacanos y generamos grandes relaciones […] Porque, a final de cuentas, apoyar al gobernador es apoyar a Michoacán y apoyar a Michoacán es apoyar al presidente”.

La veneración discursiva de Castillo a Peña Nieto no tiene desperdicio y es quizá la mejor respuesta a nuestros cómos. La entrevistadora le pregunta si, con la transformación de la PGR –que hoy está a cargo de Arely Gómez, hermana del vicepresidente de Noticieros de Grupo Televisa Leopoldo Gómez… la justicia mediática nunca mejor presentada y representada- en la Fiscalía General de la República, él se veía en el mapa. Su respuesta para ser inmortalizada históricamente con letras de oro fue:

“Ante la pregunta, en lo personal ‘si yo me’, no, no me veo Carmen. Pero también, vuelvo a lo mismo: yo, en su momento, haré lo que el señor presidente de la República disponga. Yo te podría dar un ejemplo: yo jamás pensé que podría llegar a PROFECO o, en mi vida, jamás llegué a considerar como una posibilidad y,  bueno, en su momento me hizo esa invitación y con muchísimo gusto aceptamos la responsabilidad. Jamás pensé que me fueran a mandar a Michoacán y, bueno, pues estuvimos aquí en Michoacán. En su momento jamás pensé que hubiera podido llegar a ser Procurador con él. Yo era subprocurador, de una región pequeña, que era la región de Izcalli que tenía diez y seis municipios, de los ciento veinticinco. Entonces, yo te podría decir, Carmen, que prácticamente la vida me ha llevado a otro tipo de circunstancias por coyunturas específicas. En lo personal, yo no me veo pero siempre yo estaré sujeto a lo que a mi me digan. Y en ese sentido, yo sólo tengo palabras de agradecimiento con el señor presidente. Porque lo poco o mucho o lo que sea que haya logrado, ha sido gracias a su confianza y a su apoyo. Y en ese sentido, pues yo trabajaré donde él determine. Y si también él considera que, en estos momentos, no hay un espacio específico en algún área, pues tampoco tengo ningún problema”.

Sería, pues, interesante abordar históricamente la figura de Alfredo Castillo Cervantes pues, tal y como él mismo lo expresa, su carrera política se debió, se debe y se deberá a la genuflexión y a la dádiva y no al trabajo que ha ejercido con sus tres títulos de licenciatura.

[1] Portal oficial de la Procuraduría General de la República.  Información disponible en http://www.pgr.gob.mx/prensa/2007/bol12/dic/CV%20SUBPROCURADORES.pdf, última consulta 28 de febrero de 2015.

[2] MARTÍNEZ, Fabiola, “‘Tierra caliente’. Se disparan cifras de violencia en Michoacán” en La Jornada, 11 de enero de 2015. Disponible en http://www.jornada.unam.mx/2015/01/11/politica/002n1pol; última consulta: 28 de febrero de 2015.

[3] “Jesús Reyna se reunió con templarios: documento de SSP-Michoacán” en Aristegui Noticias, 7 de abril de 2014. Disponible en http://aristeguinoticias.com/0704/mexico/jesus-reyna-se-reunio-con-templarios-documento-de-ssp-michoacan/; última consulta: 28 de febrero de 2014.

[4] “Pide Fausto Vallejo no bajar la guardia tras la captura de ‘La Tuta’” en Milenio.com, 27 de febrero de 2015. Disponible en http://www.milenio.com/estados/Pide_Fausto_Vallejo_no_bajar_la_guardia_tras_captura_de_-La_Tuta_0_472153127.html; última consulta: 28 de febrero de 2015.

[5] Consúltese ESQUIVEL, Jesús J., La CIA, Camarena y Caro Quintero. La historia secreta, México: Grijalbo, 2014; HERNÁNDEZ, Anabel, Los señores del narco, México: Grijalbo, 2013; LEMUS, Jesús J., Los malditos. Crónica desde Puente Grande, México: Grijalbo, 2013; RAVELO, Ricardo, El narco en México. Historia e historias de una guerra, México: Grijalbo, 2001 y, del mismo autor, Zetas. La franquicia criminal, México: Ediciones B, 2014.

[6] CABALLERO, Rodrigo, “‘La Tuta’ negoció su arresto con el Gobierno Federal: líderes de autodefensa” en RevoluciónTresPuntoCero, 28 de febrero de 2015. Disponible en http://revoluciontrespuntocero.com/a-pesar-de-la-captura-de-la-tuta-problemas-en-michoacan-continuan-2014-ano-con-mas-homicidios-y-extorsiones-in-sight-crime/; última consulta: 28 de febrero de 2015.

[7] “Desde hace 20 años existen denuncias en contra de Mamá Rosa” en Aristegui Noticias, 1 de agosto de 2014. Videografía en dos partes, disponible en https://www.youtube.com/watch?v=G86VL_I_dt0 y en https://www.youtube.com/watch?v=r_XM9Ll-uLg; última consulta: 28 de febrero de 2015.

[8] HERNÁNDEZ MADRID, Miguel Jesús, Dilemas posconciliares: iglesia, cultura católica y sociedad en la diócesis de Zamora, Michoacán, Zamora: El Colegio de Michoacán, 1999, pp. 284-289.

[9] SEEFOÓ, José Luis, “Conflictos urbanos-rurales por el acceso al agua en Zamora-Jacona, Michoacán (1992-1998)” en ÁVILA GARCÍA, Patricia (ed.), Agua, cultura y sociedad en México, Zamora: El Colegio de Michoacán / Instituto Mexicano de Tecnología del Agua, 2002, pp. 353-368.

[10] MAYA, Nubia y María de la Luz GONZÁLEZ, “Casa hogar ‘secuestra’ menores, afirman padres” en El Universal, 1 de agosto de 2010. Disponible en http://www.eluniversal.com.mx/nacion/179439.html; última consulta: 28 de febrero de 2015.

[11] KRAUSE, Enrique, “Historia de una injusticia” en Letras Libres, 20 de julio de 2014. Disponible en http://www.letraslibres.com/blogs/blog-de-la-redaccion/historia-de-una-injusticia; última consulta: 28 de febrero de 2015.

[12] KRAUSE, León, “La Rosa Verduzco que yo conocí” en El Universal, 21 de julio de 2014. Disponible en http://www.eluniversalmas.com.mx/columnas/2014/07/107936.php;  última consulta: 28 de febrero de 2015.

[13] Redacción, “En defensa de Rosa Verduzco” en Letras Libres, 18 de julio de 2014. Disponible en http://www.letraslibres.com/blogs/blog-de-la-redaccion/en-defensa-de-rosa-verduzco; última consulta: 28 de febrero de 2015.

[14] LEMUS, Julio, “El arca de ‘Mamá Rosa’” en Reporte Índigo, 23 de julio de 2014. Disponible en http://www.reporteindigo.com/reporte/mexico/el-arca-de-mama-rosa; última consulta: 1 de marzo de 2015.

[15] “Cobran en la SEP cuatro implicados en abusos” en Pulso. Diario de San Luis, 23 de julio de 2014. Disponible en http://pulsoslp.com.mx/2014/07/23/cobran-en-la-sep-cuatro-implicados-en-abusos/;  última consulta: 1 de marzo de 2015.

[16] “Marchan en Zamora en protesta por detención de ‘Mamá Rosa’” en Informador.mx, 17 de julio de 2014. Disponible en http://www.informador.com.mx/mexico/2014/538816/6/marchan-en-zamora-en-protesta-por-detencion-de-mama-rosa.htm; última consulta: 1 de marzo de 2015.

[17] “Rosa Verduzco es dueña de 15 propiedades en Michoacán” en Etcétera, 22 de julio de 2014. Disponible en http://www.etcetera.com.mx/articulo/rosa_verduzco_es_duena_de_15_propiedades_en_michoacan/28171/última consulta: 1 de marzo de 2015.

[18] ORTIZ TEJEDA, “Nosotros ya no somos los mismos. Guía de acontecimientos sobre Mamá Rosa” en La Jornada, 28 de julio de 2014. Disponible en http://www.jornada.unam.mx/2014/07/28/opinion/012o1pol; última consulta: 1 de marzo de 2015.

[19] “Abusos y denuncias contra ‘Mamá Rosa’ se conocían desde hace 20 años: Carmen Aristegui” en Noticias MVS, 1 de agosto de 2014. Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=M_B0zISrUuU#t=61; última consulta: 1 de marzo de 2015.

[20] LEMUS, Jesús, “Maciel, el benefactor” en Reporte Índigo, 17 de julio de 2014. Disponible en http://www.reporteindigo.com/reporte/mexico/maciel-el-benefactor?page=2; última consulta: 1 de marzo de 2015. Sobre Maciel y los Legionarios de Cristo recomiendo ampliamente la lectura de ATHIÉ, Alberto, José BARBA y Fernando M. González, La voluntad de no saber. Lo que sí se conocía sobre Maciel en los archivos secretos del Vaticano desde 1944, México: Grijalbo, 2012.

[21] “No hay evidencia contra ‘Mamá Rosa’: Murillo Karam” en Milenio.com, 17 de julio de 2014. Disponible en http://www.milenio.com/policia/Mama_Rosa-Gran_Familia_Mama_Rosa-albergue_Mama_Rosa_0_337166687.html; última consulta: 1 de marzo de 2015.

[22] Desgraciadamente el mexicano promedio aún considera a Cassez como delincuente y aloja en su ser una especie de resentimiento nacionalista: “Sólo porque es francesa, la dejaron ir”. Estas opiniones se derivan, nuevamente, de la ignorancia gestada por la apatía de quienes siguen cómodos en su mundo de juguete. El caso ha sido documentado y analizado por muchos periodistas de investigación. Ya que no es el tema de este ensayo, aquí sólo recomendaré al mexicano crítico y consciente el excelente trabajo de REVELES, José,  El affair Cassez. La indignante invención de culpables en México, México: Temas de Hoy, 2013.

[23] CASTELLANOS, Francisco, “ ‘Mamá Rosa’ abrió un nuevo albergue: denuncia Estrada Juárez” en Proceso, 12 de diciembre de 2014. Disponible en http://www.proceso.com.mx/?p=390541; última consulta: 1 de marzo de 2015.

[24] GARCÍA, Carlos, “Acuerda Fox con Mamá Rosa reabrir La Gran Familia con el apoyo de Vamos México” en La Jornada, 21 de julio de 2014. Disponible en http://www.jornada.unam.mx/2014/07/21/politica/018n1pol; última consulta: 1 de marzo de 2015.

[25] “‘Te vas de Michoacán, con un Michoacán no resuelto’: Aristegui a Castillo” en Noticias MVS,  23 de enero de 2015. Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=MKrIhY5ZoXs&index=10&list=FLlBsph_z9_-M3gn9lyCkLLQ; última consulta: 28 de febrero de 2015. En adelante, las citas provenientes de esta entrevista provienen de la misma fuente.

¿Por qué la re-evolución del XXI es y debe ser una lucha feminista?

Escribe: Anel Hernández Sotelo

 

imagen de pmincorrecto.org

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Aborrezco a la mujer sabia. Que no viva bajo mi techo

la que sepa más que yo, y más de lo que conviene a una mujer.

Porque Venus hace a las doctas las más depravadas.

Eurípides, Hipólito

 

Uno de los axiomas fundantes del constructo ideológico encerrado en el concepto de Occidente es, como escribió José Ortega y Gasset en Estudios sobre el amor (1939), que “el oficio de la mujer, cuando no es sino mujer, es ser el concreto ideal (‘encanto’, ‘ilusión’) del varón [porque] la mujer antes que poder ser cualquier otra cosa, ha de parecer al hombre, como Veleda, una hada, una mágica esencia. La ilusión podrá vivir un instante o no morir nunca: breve o perdurada es la ocasión de influencia máxima sobre el hombre el hombre que a la mujer se ofrece”. Según esta tesis, “el modo específico de la influencia femenina en la historia” radica en esa capacidad de afectar el hacer del varón por medio de sus encantos, razón por la que el filósofo español se admiraba de que existieran “mentes lo bastante ciegas para admitir que pueda la mujer influir en la historia mediante el voto electoral y el grado de doctor universitario tanto como influye por esta su mágica potencia de ilusión”.[1]  Y es que, aunque sufragista con grados académicos, el poder de la mujer reside –de acuerdo con el autor- “en hacerse a sí misma más perfecta, creando en sí un nuevo tipo de feminidad más delicado y más exigente” frente al varón, proceso mediante el cual la mujer realiza su “suprema misión sobre la tierra: exigir, exigir la perfección del hombre”.[2]

La misión de la “hembra humana”[3] es funcionar como un “excitante psíquico”[4] que motive al varón, por medio de su “mágica potencia de ilusión”,[5] a la búsqueda de su propia perfección. Así, la mujer emerge en el texto de Ortega y Gasset como una facilitadora de ilusiones. De ella depende la “higiene de ideales”,[6] misma que lleva a cabo a veces sin darse cuenta porque

“toda mujer lleva en su intimidad preformada una fija de varón, sólo que ella no suele saber lo que lleva. El fuerte de la mujer no es saber, sino sentir. Saber las cosas es tener sus conceptos y definiciones, y esto es obra de varón. La mujer no sabe, no se ha definido ese modelo de masculinidad, pero los entusiasmos y repulsas que siente en el trato de los hombres equivalen para ella al descubrimiento práctico de esa carga ideal que insospechada traía en su corazón”.[7]

A pesar de los progresos actuales a nivel legislativo que en materias de derechos humanos, equidad de género, trata de personas y abolición de la esclavitud son promovidos encarecidamente desde todas las esferas institucionales, las discutibles y polémicas ideas sobre la misión femenina en el devenir histórico escritas hace setenta y seis años por uno de los pocos filósofos iberoamericanos más leído y discutido por el orbe siguen vigentes. “No soy la señora de la casa” fue el argumento con el que Enrique Peña Nieto justificó su ignorancia sobre el costo del kilo de tortillas en 2011.[8] Este hecho sólo revela un átomo de la punta del iceberg.

Durante la 5º edición del Movistar Campus Party, celebrado en Zapopán en junio de 2014, la empresa MiPC Comunicaciones promocionó sus servicios “con una edecán en vestido blanco con un código QR a la altura de los glúteos”.[9] Los interesados en obtener algunos beneficios ofertados por la empresa debían fotografiar el trasero de la edecán para  escanear el código. En el mismo evento, Eduardo Zepeda, (¿entonces?) miembro del Fondo de Información y Documentación para la Industria (INFOTEC) –un centro público de investigación y desarrollo tecnológico adscrito al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT, México)- impartió la conferencia titulada Cómo hackear al sexo femenino en la que comparó “el hackeo de un sistema con conquistar a una mujer” y enumeró diferentes estrategias para amar a las féminas sin intentar entenderlas porque “las mujeres no se entienden ni a ellas”.[10] Ante el escándalo en la redes sociales, el CONACYT se vio obligado a deslindarse del asunto con el argumento de que las ideas vertidas por Zepeda no eran compartidas por esta institución que se caracteriza por la promoción de la equidad de género.[11]

En septiembre de 2014 Alejandro García Ruíz, quien había sido diputado local del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Chiapas, regidor del Ayuntamiento de Tapachula y secretario general de la Confederación Nacional Campesina (CNC), expresó en su programa de radio La Chorcha que “las leyes, como las mujeres, se hicieron para violarlas”.[12] El ultraje promovido por García Ruíz no tiene desperdicio porque revela el capital cultural predominante entre l@s mexican@s y nos exige un repaso analítico por nuestro refranero nacional. ¿Qué hubiera opinado Ortega y Gasset? A la luz de sus Estudios sobre el amor quizá se decantaría por dos tesis: (a) que las mujeres son violadas por la fascinación, por el encanto, por el ideal que mueve y conmueve a los varones o (b) que una mujer violada es una mujer que no ha descubierto su mágica potencia de ilusión para exigir a los varones la perfección moral. Son sólo elucubraciones mías, claro está.

Y es que, como escribió el filósofo español, la misión femenina –la misión de ser sujeto y objeto de encanto- trasciende al derecho sufragista y a la preparación universitaria. Para muestra, otra historia. El 29 de diciembre de 2014 Denise Dresser publicó en el periódico Reforma un texto titulado ¿Paz mafiosa o real? en el que se preguntaba: “¿La licitación del tren México- Querétaro fue ganada por el Grupo Higa gracias a la influencia de intereses familiares por la compra de la Casa Blanca? ¿La privatización de lo que hoy es Televisión Azteca fue ganada por Ricardo Salinas Pliego debido a la intervención de Raúl Salinas en su favor?”.[13] El 7 de enero de 2015, Jaime Ramos Rivera en representación de Grupo Salinas, ejerció su derecho de réplica bajo el siguiente tenor:

“Sorprende, sin embargo, que con la agudeza de la señora Dresser nunca haya sugerido investigación o duda sobre el proceso que vivió la familia Junco cuando el señor Alejandro Junco de la Vega despojó –robó según algunos- a su propio padre las acciones de El Norte, que dan origen a Grupo Reforma.

Y ya que estamos en el hábito de las preguntas ¿Por qué la señora Dresser nunca indagó este tema? ¿Será que teme que esta información sobre su jefe pudiera dar pie a que se haga público el proceso mental que sufrió hace un tiempo, y que fue ampliamente detallado en redes sociales, que la llevaron a internarse en un hospital de Los Ángeles por intento de suicidio?

¿Será que la señora Dresser desea ocultar que muchas de sus inquisidoras preguntas y reflexiones provienen más de un estado emocional alterado que de periodismo serio?

Esas preguntas también merecen, para su público, una respuesta clara”.[14]

A todas luces, la referencia al “estado emocional alterado” de Dresser forma parte de la cultura del escándalo tan bien arraigada en nuestro país. El asunto carece de relación con el escrito que la politóloga publicó días antes. La discusión crítica se nubla con el espectáculo, el chisme y el pitorreo. Nuevamente el texto de Ortega y Gasset emerge como un ente dilucidador sobre el sentido de estos cuestionamientos tan fuera de lugar: “La excelencia varonil radica, pues, en un hacer; la de la mujer, por lo que es”.[15] Así, para la empresa liderada por Ricardo Salinas Pliego, Denise Dresser vale por lo que es: una loca depresiva que confunde sus alteradas reflexiones con el periodismo serio. Dresser, a los ojos de Salinas Pliego, no es encantadora pues no representa el excitante psíquico ni la higiene de los ideales. Triste es lo que el destino depara para la politóloga: “Si la mujer no encanta, no la elige el hombre para hacerla esposa que sea madre de hijas hermanas de sus hijos. Todo se origina en ese mágico poder de encantar”.[16]

Si para Ortega y Gasset el fuerte de la mujer no es el saber sino el sentir, entonces, la misión histórica de las mujeres es mucho más compleja de lo que el filósofo creyó. Porque hoy sabemos que el hemisferio femenino del cerebro –me refiero al hemisferio derecho- es el que permite la apreciación holística del entorno, la compresión más rápida de lo que leemos y el que potencia la intuición, la creatividad, la imaginación y la espiritualidad. Las funciones de este hemisferio son más antiguas, dado que en el feto humano éste madura antes que el hemisferio izquierdo, y están más desarrolladas en el cerebro femenino. Es por eso que

“la parte derecha de nuestro cerebro femenino genera sentimientos no lógicos y desafía las reglas del razonamiento convencional […] Los sentimientos del hemisferio derecho son auténticos, y progresan de forma global y simultánea. Las intuiciones llegan de una forma súbita […] El hemisferio derecho es una puerta que se abre al mundo de lo invisible, es el dominio de los estados alterados de la conciencia”.[17]

Así, en la capacidad del cerebro femenino para retar las reglas del razonamiento convencional, para intuir el mundo de lo invisible y para aprehenderlo de manera holística, radica eso que Ortega y Gasset llamó el fuerte de la mujer: el sentir.

Denise Dresser, Carmen Aristegui, Anabel Hernández, Lydia Cacho, Dolia Estévez, Sanjuana Martínez, Marcela Turati y “Priscila” del portal Grillonautas, por mencionar sólo algunos nombres, son mujeres que sienten, que sienten como mujeres, que han desafiado –cada una a su muy peculiar manera- las reglas del sistema patriarcal. Sienten como mujeres, al contrario de otras periodistas, escritoras e intelectuales que se han decantado por la masculinización de sus habilidades como la única manera de obtener un lugar en “la plaza pública”. Son mujeres que no sólo conocen el know how, sino que lo hacen suyo al proyectarlo con una energía que se revela retadora de la tradición del patriarcado. Al lado de estas mujeres que, indignadas por el statu quo de un México que vomita cadáveres, dedican sus días al análisis y la investigación, caminamos otras más. Y todas, seamos madres o no, sabemos que entre nosotras existe una parafísica propia de la ontología femenina: somos creadoras de vida. Por eso sólo una mujer puede imaginar lo que el asesinato o la desaparición de un hijo significa.

Hoy, el Estado mexicano mata y persigue a l@s hij@s de nosotras, las mujeres que sentimos. Las madres de los normalistas desaparecidos en Iguala están alzando alto la vara: no se cansan, no se callan, no agachan la cabeza. Denuncian, culpan y exigen públicamente. No se maquillan ni andan en tacones para encantar. Caminan a paso firme junto con los hombres, no van atrás ni delante de ellos. Ellas somos nosotras porque sabemos que en nuestro dolor radica nuestra fuerza. Somos gestoras de nuestras aflicciones, de nuestras angustias y de nuestros miedos y, como tales, penetramos el mundo de lo invisible para descubrir nuestro poder de transmutar esas aflicciones, angustias y miedos en valor, coraje y osadía.

Es momento, quizá, de releer el libro de Susan Faludi, Blacklash: The undeclared war agains american woman (1991) para reflexionar sobre las sutiles y efectivas estrategias desarrolladas por el sistema de dominación occidental para desacreditar al feminismo como movimiento social re-evolucionario. Porque, como lo ha expresado la periodista congoleña  Caddy Adzuba, “el cuerpo de la mujer es utilizado como campo de batalla”.[18] La violencia (física, sexual, discursiva e imagográfica) contra las mujeres es otra arma de guerra del poder económico internacional. Políticos y empresarios saben que con el ataque a las mujeres se logra la descomposición del tejido social.

Si quien lee estas líneas considera que la situación actual que se vive en la República Democrática del Congo no es comparable con la que vivimos en los Estados Unidos Mexicanos, si piensa que no existe vínculo alguno entre la degradación de la mujer y el sistema neoliberal global o si argumenta que el feminismo es la otra cara del machismo y la misoginia, lo invito a que lea la investigación de Humberto Padgett y Eduardo Loza, Las muertas del Estado. Feminicidios durante la administración mexiquense de Enrique Peña Nieto (Grijalbo, 2014), para entender por qué la re-evolución del siglo XXI es y debe ser una lucha feminista.

[1] ORTEGA Y GASSET, José, Estudios sobre el amor, edición digitalizada, pp. 10-11. Recurso disponible en http://es.scribd.com/doc/3819912/Ortega-y-Gasset-Estudios-sobre-el-amor#scribd (consulta: febrero 2015).

[2] ORTEGA Y GASSET, Estudios sobre…, p. 14.

[3] ORTEGA Y GASSET, Estudios sobre…, p. 7.

[4] ORTEGA Y GASSET, Estudios sobre…, p. 9.

[5] ORTEGA Y GASSET, Estudios sobre…, p. 10.

[6] ORTEGA Y GASSET, Estudios sobre…, p. 9.

[7] ORTEGA Y GASSET, Estudios sobre…, p. 14.

[8] “-¿Cuál es el precio de la tortilla? ‘No soy la señora de la casa’: Enrique Peña Nieto” en Sinembargo, 12 de diciembre de 2011, en http://www.sinembargo.mx/12-12-2011/94693 (consulta: febrero 2015)

[9] “Acusan sexismo en Campus Party; empresa y organizadores se disculpan” en Animal Político, 27 de junio de 2014, en http://www.animalpolitico.com/2014/06/acusan-misoginia-en-campus-party-empresa-y-organizadores-se-disculpan/  (consulta: febrero 2015)

[10] “Conferencia para ‘hackear a una mujer’ incomoda en Campus Party” en Excelsior, 26 de junio de 2014, en http://www.excelsior.com.mx/hacker/2014/06/27/967778 (consulta: febrero 2015)

[11] “El Conacyt se deslinda de conferencia sexista” en Proceso, 27 de junio de 2014 en http://www.proceso.com.mx/?p=375864 (consulta: febrero 2015)

[12] MAYA CASTRO, Armando, “La misoginia y los políticos” en El mexicano, sin fecha, en http://www.el-mexicano.com.mx/informacion/editoriales/3/16/editorial/2014/09/23/790503/en-plan-reflexivo (consulta: febrero 2015) y GUTIERREZ, Oscar, “Audio. Las leyes, como las mujeres, se hicieron para violarlas: ex diputado” en Red política/El Universal, 21 de septiembre de 2014, en http://www.redpolitica.mx/estados/audio-las-leyes-como-las-mujeres-se-hicieron-para-violarlas-ex-diputado (consulta: febrero 2015)

[13] “Disputa Denise Dresser y Salinas Pliego” en La Otra Opinión, 7 de enero de 2015, en http://laotraopinion.com.mx/nota.php?pid=1136 (consulta: febrero 2015)

[14] “Disputa Denise Dresser…”.

[15] ORTEGA Y GASSET, Estudios sobre…, p. 13.

[16] ORTEGA Y GASSET, Estudios sobre…, p. 10.

[17] OLÀRIA, Carmen, “La novela policiaca y la investigación detectivesca bajo la percepción, el pensamiento y el cerebro de una mujer o cómo investigan los hombres y cómo lo hacen las mujeres” en Dossiers Feministes, Núm. 9, 2006, p. 169.

[18] Véase Conflicto en el este de la RDC, ponencia presentada por Caddy Adzuba en la Fundación Carlos de Amberes (Madrid) el 23 de mayo de 2013, disponible en https://www.youtube.com/watch?v=x0VxLUVsw0Y  y el cortometraje PourQuoi? dirigido en 2011 por Ouka Leele (Bárbara Allende Gil de Biedma), disponible en https://www.youtube.com/watch?v=A80FDiFNsLM (consulta: febrero 2015).

De la raza aria a la raza del espíritu. Apuntes sobre la filosofía fascista de la cultura

Escribe: Anel Hernández Sotelo

 

imagen chilango.com

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Fascismo: Credo político nacionalista, autoritario y anticomunista, antítesis de la democracia liberal, que adopta su nombre del antiguo símbolo romano de la autoridad estatal, un haz de varas en torno a un hacha. Su raíz se halla en la exaltación hegeliana del Estado, el irracionalismo místico de Nietzsche y Schopenhauer y el concepto de Sorel de un “mito” como punto central de emoción y de acción. Hace hincapié en el derecho a gobernar de una élite autoconstituida, un aparato disciplinado de partido en sustitución de la democracia parlamentaria y la exaltación de las virtudes de la guerra y de la agresión como medio de avanzar los intereses de una nación. Toda oposición, política o religiosa, es ilegal. (Cook, 2006: 241-242)

Sabido es que el nazismo alemán compartió con el fascismo italiano –y con muchos otros- la ideología nacionalista, autoritaria y anticomunista. No me interesa detenerme ahora en las convergencias existentes entre ambos totalitarismos. Al contrario, en las líneas que siguen espero poder desarrollar, aunque muy someramente, las diferencias entre ambos conceptos que posibilitaron el surgimiento de dos filosofías bien definidas sobre la noción de raza y la ontología de la raza superior.

            Mientras los miembros del Nationalsozialistische Deutsche Arbeiter Partei -encabezados por el Fürher- concibieron la idea de la superioridad racial de los arios, los integrantes del Partito Nazionale Fascista -liderados por el Duce- se vieron obligados a preponderar el concepto de raza del espíritu dada la evidente incompatibilidad de postular sólo a los arios como hombres superdotados en una Italia históricamente mestiza.

Adolfo Hitler consideraba que la humanidad podía dividirse en tres categorías o tipos de hombres: los que crean la cultura, los que la conservan y los que la destruyen. El pueblo ario, según esta tesis, formaría parte del primer grupo porque en él se establecieron “los fundamentos y las columnas de todas las creaciones humanas”. Los arios, como detentores de la civilización a pesar de ser numéricamente inferiores, “dominan pueblos extranjeros y desarrollan, gracias a las especiales condiciones de vida del nuevo ambiente geográfico (fertilidad, clima, etc.), así como también favorecidos por el gran número de elementos auxiliares de raza inferior disponibles para el trabajo, la capacidad intelectual y organizadora latente en ellos”. (Hitler, 2000: 101)

El grupo de los hombres conservadores de la cultura estaría integrado entonces por las razas inferiores, cuyo destino era funcionar como auxiliares de la raza superior. Según el Führer, las razas inferiores tuvieron un origen ario, mismo que perdieron al mezclarse con otras razas. En la pérdida de la pureza de sangre aria radicaba su inferioridad aunque, paradójicamente, en esta contaminación sanguínea se encontraba el fin último de estas razas: la conquista de los pueblos autóctonos. Si “una de las condiciones más esenciales para la formación de culturas elevadas fue siempre la existencia de elementos raciales inferiores, porque únicamente ellos podían compensar la falta de medios técnicos, sin los cuales ningún desarrollo superior sería concebible”, el gran servicio prestado a la raza superior por las razas inferiores estaba vinculado al sometimiento de los pueblos en los que no había rastro alguno del genoma ario y a la regulación de sus actividades. (Hitler, 2000: 102)

Audaces conquistadores y fervientes promotores de los avances técnicos, los conservadores de la cultura, sin embargo, nunca se revelarían como el fin último de la historia debido a su incapacidad para conservar la pureza de sangre aria. Al mezclarse con los pueblos subordinados habían cerrado “el capítulo de su propia existencia”. Y es que “la mezcla de sangre, y por consiguiente, la decadencia racial son las únicas causas de la desaparición de viejas culturas; pues los pueblos no mueren por consecuencia de guerras perdidas sino debido a la anulación de aquella fuerza de resistencia que sólo es propia de la sangre incontaminada”. (Hitler, 2000: 102)

El tercer grupo -el de los destructores de la cultura- estaba formado por el judío, calificado por Hitler como “el antípoda del ario”. A pesar de su gran instinto de conservación y de sus admirables capacidades intelectuales, el pueblo judío no podía incluirse en el grupo de los conservadores de la cultura debido a su falta de “sentimiento idealista”. Esta carencia quedaba demostrada con el hecho de que “jamás existió ni hoy, consiguientemente puede existir, un arte judío”. Falto de creatividad, el judío era “un parásito en el organismo nacional de otros pueblos” porque su modus vivendi se basaba en el mercadeo de un pseudoarte que no era más que la imitación del arte verdadero. (Hitler, 2000: 104-105) El pueblo judío destruía la cultura que otros habían creado y conservado. Sobre los escombros de aquella destrucción, los judíos comerciaban con el arte kitsch. (Spotts, 2011)

Esta triada hitleriana de creadores-conservadores-destructores de la cultura funcionó como la justificación filosófica para llevar a cabo el exterminio sistemático de miles de personas –no solamente judías-, gracias al apoyo de instituciones como la Iglesia Católica. (Johan Goldhagen, 2002) Y es que como “guardián de la cultura occidental” -es decir, como celador de la estética grecorromana y de las producciones artísticas decimonónicas-, el Führer consideraba que el sentido del poder no era la dominación política per se sino, mediante ésta, atesorar para el III Reich los portentos artísticos occidentales e instaurar en el orbe una cultura propiamente alemana, previamente purificada de las corrientes extranjerizantes y de la cultura kitsch. Así, una de sus primeras decisiones de gobierno fue la creación de la Cámara de Cultura del Reich (1933), cuyos objetivos principales eran velar por el fortalecimiento de la cultura aria, mediante el aquilosamiento de objetos artísticos por diferentes medios (compras estatales, confiscación, donaciones e, incluso, adquisición mediante capital privado de Hitler), promover la cultura inmaterial (operas y orquestas) gracias a la proyección de verdaderas ciudades culturales a lo ancho del Reich y vigilar que el arte del reino fuere constantemente higienizado, es decir, que adoleciera de las máculas judaizantes, comunistas, extranjerizantes y modernistas. (Spotts, 2011: 262-265)

Esta filosofía de la cultura inviable en la Italia de Benito Mussolini principalmente porque la historia de la Península Itálica es la historia de los préstamos culturales, de la adopción y adaptación de cosmovisiones variopintas y de la sumisión de los pueblos originarios a un único poder legítimo y legitimador. Es la historia de la fragmentación política, de las guerras nacionales por el control de su estratégica geografía y de la construcción del mito orgánico de la noción de Occidente. Este mito fundante de una civilización sin fronteras geográficas ni ideológicas es recreado hasta nuestros días gracias a la institucionalización infalible e inefable de la representación de dos poderes: el de la grandeza del Imperio Romano y el de la dogmática surgida en el seno mismo de la providencial Iglesia Católica, Apostólica y Romana. (Chatelet, 1989: 232-240; Corm, 2010)

En respuesta al restringido principio genético de la superioridad racial, los incondicionales del Duce impulsaron la categoría de la raza del espíritu, con la que se justificaba filosóficamente la calificación de “superiores” a hombres y mujeres partidarios del régimen con independencia a la calidad de su sangre. ¿Cómo surgió esta idea?

Violando las disposiciones de la convención de Ginebra (1925) y las sanciones diplomáticas que la Sociedad de las Naciones había impuesto a Italia, en 1935 Benito Mussolini ordenó el ataque militar al Imperio Etíope -en el que se usaron gases tóxicos contra la población africana- con la finalidad de declarar el renacimiento del Imperio Romano. Esta guerra fue apoyada por los miembros de la Iglesia Católica, quienes celebraron la misión evangelizadora de la milicia fascista desarrollaba en Etiopía (Napoli, 2008: 121) a pesar de que la región había sido cristianizada al menos desde el siglo II. (Fernández, 2000: 167-170) Terminada la guerra, Mussolini fue erigido como Ministro de las Colonias del África Oriental Italiana y fue entonces cuando juristas, historiadores y filósofos cercanos a él concibieron una serie de discursos explícitamente racistas con los que se justificaron las leyes bajo las cuales se regirían las colonias de este Nuevo Imperio Romano. En una de estas leyes, por ejemplo, se prohibían las relaciones conyugales entre los italianos y los súbditos etíopes “para evitar la posibilidad de que los ‘mestizos’ pudieran convertirse en ciudadanos”. (Napoli, 2008: 122)

Para llevar a la práctica las regulaciones racistas -y también antisemitas- dispuestas en África Oriental Italiana fue necesaria la construcción de una conciencia de raza propiamente italiana –conciencia que implicaba la aceptación del su mestizaje histórico-, desvinculada de la ideología alemana de la raza biológicamente superior. Si bien en un primer momento Mussolini avaló los discursos que promovían la existencia de una raza aria italiana -como el contenido en Il fascismo e i problema della raza (1938)-, pronto fue evidente que, de aplicarse este modelo de raza superior, no sólo los judíos sino la mayor parte de la población italiana debía considerarse carne de desecho.  Así, surgió entonces la noción de raza del espíritu.

Heredera directa de las disertaciones raciales con las que se fundamentó la legislación impuesta en Etiopía,  la cultura jurídica promovida por el Duce desde el poder se sustentó en la categorización de los conceptos ciudadano y súbdito como contrapeso a la dogmática biológica del régimen nazi. Y es que, con la aplicación de estos conceptos a la jurisprudencia fascista, se ensalzaba “el componente latino y mediterráneo” de los italianos. (Napoli, 2008: 127)

De las discusiones filosóficas sobre la ontología del racismo no biológico nacieron tesis como las de Guido Cogni y de Julius Evola. El primero postulaba la existencia de “una raza aria […] indogermánica y superior”, compuesta por ciertas variantes “del tipo nórdico.” Una de esas variantes era precisamente “la nación italiana”, porque científicamente se podía constatar que “la nación italiana […] contiene los dolicocéfalos morenos mediterráneos y los dolicocéfalos rubios nórdicos; sólo de este segundo tipo vienen los que le han dado brillo y potencia a nuestra nación; nuestros meridionales, representados como toscos e ignorantes están semitizados”. (Napoli, 2008: 127) Sin embargo, esta doctrina de Cogni fue desechada no por el explícito extremismo antisemita, sino porque “el germanismo profesado era por definición incompatible con el mito romano y con la raíz cristiana de Italia (los mitos teutones son paganos); era sustancialmente una doctrina anti-italiana”. (Napoli, 2008: 128)

 Por su parte, inspirado en teorías esotéricas, Julius Evola proveyó al régimen fascista de una filosofía racista con la que se justificó el terrorismo de Estado desatado por Mussolini: la superioridad racial y cultural de un pueblo no radicaba sólo en los aspectos biológicos, sino principalmente en

el espíritu de un pueblo, es decir, [en] su fuerza creadora [porque] las cualidades morales de un pueblo no permanecen en el ámbito del aspecto ideal y cultural, sino que “crean” la raza, entran de alguna manera en los cromosomas del pueblo. El punto de partida es el principio voluntarista: de las acciones concretas, que son expresión de tal voluntad, de su constante repetición en el tiempo, nace la raza. El elemento biológico, entonces, no está ausente: sólo no es el priüs, es decir, no es la sangre la que determina la moralidad, sino que es precisamente ésta, así como se ha expresado en el tiempo, la que determina la sangre […] La moralidad de los hebreos es inferior en cuanto que ellos, a través de los siglos habrían leído, estudiado y practicado una Ley que exaltaría la falsedad, el engaño, el desprecio por el prójimo. El haber realizado esto durante innumerables años, ha “creado” la raza de los hebreos como raza inferior. (Napoli, 2008: 130)

Así las cosas, con el concepto raza del espíritu se corroboró filosóficamente la superioridad de la civilización italiana como creadora y conservadora de los pilares del mito de Occidente: el Imperio Romano y la Iglesia Católica. La histórica voluntad del pueblo italiano le otorgaba así el estatus de un “organismo ético integral” en el que, justificadamente, los ciudadanos (los de la raza del espíritu) debían someter y/o exterminar a los súbditos (racialmente inferiores) para llevar a cabo la trascendente misión del estado fascista: la defensa de la civilización europea, madre de “las grandes civilizaciones mundiales”. (Napoli, 2008: 139)

            Las generalidades expuestas aquí evidencian la importancia de la filosofía de la cultura en la legitimación de los regímenes totalitarios. Guardando las distancias históricas pertinentes, es claro que en el México del año 2015 existe también una filosofía de la cultura con la que el Estado justifica el terrorismo, los crímenes de lesa humanidad, las desapariciones forzadas, el despojo, los conflictos de interés y tantas otras situaciones imposibles siquiera de reseñar aquí. La utilidad que el Estado mexicano obtiene de la repetición mecánica de un discurso nacionalista, progresista y civilizatorio, es el adoctrinamiento masivo de los ciudadanos –por medio de la televisión, las cadenas de radio, la prensa y las actividades socioculturales federales y estatales- en la aceptación de que existe un tipo de mexicano que merece el trato que recibe de las instancias gubernamentales. La virtud de la filosofía fascista que impera en nuestro país es la indefinición de este mexicano indeseable pues hoy el ciudadano común justifica discursivamente las vejaciones del Estado con la lapidaria frase de que el muerto, el desollado, el desaparecido, el golpeado, el degollado, el acallado “algo ha de haber hecho”.

Bibliografía

COOK, Chris, Diccionario de términos históricos, traducción y adaptación de Fernando

Santos Fontenla, Madrid: Alianza editorial, 2006.

CORM, Georges, Europa y el mito de Occidente. La construcción de una historia,

Barcelona: Península, 2010.

FERNÁNDEZ, Gonzalo, “La cristianización de Etiopía” en REINHARDT, E. (dir.),

Tempus Implendi Promissa. Homenaje al Prof. Dr. Domingo Ramós-Lissón, Pamplona: Eunsa, 2000, pp. 167-170.

HITLER, Adolfo, Mi lucha, México: Editorial del Partido Nacional Socialista de América

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JONAH GOLDHAGEN, Daniel, La Iglesia Católica y el Holocausto. Una deuda

pendiente, Madrid: Taurus, 2002.

MAIRET, Gérard, “La ideología de Occidente, significado de un mito orgánico” en

Chatelet, François y Gérard Mairet (eds.), Historia de las ideologías. De los faraones a Mao, Madrid: Akal, 1989, pp. 232-240.

NAPOLI, Olindo de, “El problema filosófico del racismo fascista desde la perspectiva de la

cultura jurídica” en Fronesis, Vol. 15, Núm. 3, 2008, p. 119-147.

SPOTTS, Frederic, Hitler y el poder de la estética, Madrid: Antonio Machado Libros /

Fundación Scherzo, 2011.

Elogio a la insurrección

Escribe: Paco Robledo

Controlador del Universo, Damián Ortega. (imagen enviada por el autor del texto)

Controlador del Universo, Damián Ortega. (imagen enviada por el autor del texto)

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El mundo corre un giro, el giro del tiempo. Ese que pasa cobijando y contando las horas hasta nuestro último minuto. Ese horror es nuestro impacto final; el de ser conscientes de la muerte y no poderlo desahogar con nadie. De eso, ni en estado sincopal huyes, nadie lo haremos. Triste nuestra situación al no ser capaces de remembrar los recuerdos de la primera vez que nos quedamos ciegos de luz o de sombra. Luces, manchas llenas de formas y color: habíamos nacido. El tiempo ni perdona, ni se defiende, sólo es la capa con la que nos cobijamos para contar las horas que duramos hasta morir, hasta ese el último minuto de morirnos. El tiempo no es más que un vacío en la barriga cuando de bajada va el carro y no estamos en ninguna parte, somos nada, fijos, y ocupamos dos mosaicos en la vida, un pedazo de tierra, un charco de lodo. No nos pertenece nada más que nuestra respiración.

Si no hubiera insurrección, no hubiera corrupción: El juego de la política en México; tan bizarra como el seguro social, como la idea de que un niño indígena vista paramilitar, tome un rifle y se ande de madrugada por la selva, defendiéndose del enemigo. Eso solamente por pensar, como diría Pulpul. Los políticos tienen enteleridos al pueblo difundiendo mensajes de ultra derecha, haciéndose pasar como víctimas y pintando la Revolución como terrorismo contra nación y las familias de buenas costumbres. Este país tiene derecho a la revolución, pero dicen  que eso es estar contra los mexicanos y su corazoncito. Las armas a favor de la Revolución muerte son tachadas de terroristas, faltas a la soberanía de la nación. Cuál sociedad afectada, si no la marginada de siempre que alza el puño, grita, raya y patalea. Tenemos eso, emigrar o aceptarlos. Las armas son el fin último y desesperado, sin tregua ni solución, sin escuchar peticiones, sin poner atención ni respeto a los antepasados, sin dejar de volver el mundo un medio turístico, sin dejar de inculcar religión, otro idioma. Sin dejar de anhelar el producto que emite la televisión, sin dejar de llorar, llorar y llorar, sin dejar de pensar en comer. Sin dejar de querer ser poderoso ante los demás. Nos ha importado solamente crecer y crecer hasta que nuestras frentes topen con las nubes. No queremos estar al alcance de los demás, y decimos que estamos haciendo lo nuestro, tranquilo, todo marcha bien como el tren. Pero el tren lleva un camino demasiado fijo, oxidado, rígido. Ya le duelen las orejas de tanta vibración y traza el camino, y cuando ve humanidad, hace vapor con escándalo de lamento terrible. Chucu, chucu, chu o «uh-uhhhhh… se queja con la mortaliza-mortaleza-mortadela-mortalidad que le corresponde por existir. Lo hace una, dos, tres veces, hasta que se detiene la bestia chirriando las ruedas en la vía oxidada. La respiración agitada de la maquina es de un corazón que no estalló. Las personas aprovechan la fatiga y le montan, el pobre no puede verse ni la panza y arre acelerado hasta la otra estación, donde por fortuna no le estalló el corazón otra vez y otra vez y otra vez.

Y la justicia se volvió polvo en la memoria, telaraña en las  neuronas y resequedad en la garganta. El mundo tiene a los que están haciendo lo suyo, los que dijeron adiós al sistema y se volvieron extranjeros en sus tierras. Los que cercaron sin deshonra el poco territorio que recuperaron y salieron a la calle con un pasamontañas metido en la cabeza, no de vergüenza, sino para ocultar el rostro gesticulando rabia y frío. Miles de hombres bajaron la sierra con rifle en mano y boicotearon las avenidas principales de San Cristóbal de las Casas. Se llenó de sangre la plaza, el palacio del congreso y los asientos de los helicópteros gringos que vinieron a pelear  a favor del ejército mexicano dirigido en aquel entonces por Salinas. Muchos tzotziles, tzeltales, tojolabales, choles, chamulitas, zoques… cayeron abatidos de tanta bala, y llenaron la plaza y las calles y un poco más la sierra y Xhevdet dijo,

 

La gente despierta despacio

Quien no se orinó en el sueño

 Se orina ahora   

Acá en Chiapas te hayas colgando pancartas de los barandales de las primarias, llevan leyendas de la masacre Ayotzinapa inscritas con repudio, no sé si por los niños, pero los maestros están unidos contra los actos impunes y criminales del  gobierno federal. Fuera Peña dice en las paredes, y todo acto de gobierno. También hay pintas en los troncos, el Parque Central hiede a orín de reaccionario, se han quedado ahí plantados con pancartas, casas de campaña y con los puños bien cerrados dispuestos a dar golpes certeros. Pero nada morfa, la tranquilidad de las personas y su temor por el cambio parasitan las ideas, gracias a ello, las cosas siguen igual. No se puede hacer la revolución con estorbos, no se puede cambiar si a la mayoría ni siquiera le interesa hacerlo. Aunque haya quien no acepta las leyes, ya las traemos encima, y ni sentimos de tan común que nos parece ser gobernados.

Cuando México sea completamente insurrecto, los gobernantes huirán al sacrificio, al suicidio y la esclavitud, a la hoguera, al pozo, a la arena movediza con sus leyes y su dinero. El dinero nos amarró cual burro siguiendo la zanahoria, esa historia en la que el burro nunca alcanza el vegetal hasta cuando el que lo monta decide hacer stop, el burro esperará y esperará a que el que le monta cuelgue otra manzana, para simplemente vivir esforzándose en comerla, no importa el rumbo, el tiempo y todo lo demás. Es la manzana y la necesidad de necesitar.

La salvación está en la insurrección. En el levantamiento del pueblo mexicano, en la destrucción de los partidos políticos, en la expulsión de los farsantes que quieren volver esto el colmo del ridículo teniendo en sillas dirigentes a un payaso y a un futbolista veterano. La esperanza se está volviendo un castigo, un contar el tiempo, y contemplar mientras hacemos lo nuestro y no hacemos nada.

El camino de la historia

Escribe: Paco Robledo

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imagen proporcionada por el autor del texto

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Insisto en que tengan una feliz navidad y un mejoramiento todos aquellos que no pueden superar el chingazo y prefieren agonizar como perros dentro de la alcantarilla. Feliz Navidad Ayotzinapa, o mejor dicho, Feliz Navidad miles de muertos por culpa del estado. Nos les prometemos justicia, pero no pararemos hasta encontrarla.                                                                  

¿Por qué se sigue exigiendo justicia en un país en el que sabemos eso no pasa? ¿Por qué algunos (gracias) insisten en quedarse de pie en la calle, con una pancarta y una foto de algún muerto, recordándole a Peña Nieto que no lo queremos ver por aquí? son dos preguntas con un sinfín de respuestas que nos llevaría la vida redactar. La idea central es permanecer la presencia de la sangre, el alarido del convaleciente, tenemos que tatuar en las paredes la luz bicolor de las patrullas, sólo para sentirnos, asqueados de un país que por sus huevos no deja el puesto. Me doy cuenta que durante meses de pancartas y desastres, los políticos no ceden,  ni cederán la razón al pueblo. No hay que dejar los recuerdos llenos de sangre, aunque a fuerza, se nos haya impuesto conocerla. El camino de la historia es una larga carretera con diferentes paisajes que un día se convierten en esqueleto. Mientras funcioné la reproducción, siempre habrá quién nos remplace, de la misma manera que nosotros remplazamos a otro. El camino de la historia se llena de héroes; hombres libres de hacer lo que les plazca siempre y cuando sirvan para Robin Hood de la sociedad. El rival siempre es la injusticia, el patriarca, los poderosos, los millonarios para quienes trabajamos el dinero, su dinero. La realidad de la mayoría es como jugar al Turista o al Monopoly, Es un crimen, es un genocidio el modo de vivir en el planeta. Un día, en la infancia había un mundo y al otro, no había nada, sólo restos de la existencia que alarga su paso con la reproducción. Más sociedad no significa más felicidad, menos en éste, un país con un siglo sin mejora. Sobrepoblación es igual a más hambre, más contaminación, más espacio, menos espacio, en México; más necesidad. No hay que dejar que la sangre firme la historia ¿o hay macehualli detrás de los tribunales exigiendo sacrificio obrero? No más hechos, no postrevolucionarismo, el dato historiográfico está sirviendo de climax de estudio para aquellos que abrasan el sistema. La escolarización es una bufonería. Es la fábrica perfecta para moldear al hombre a que invierta en el sistema capital. ¿La clase baja? nos las arreglaremos con la piratería.

Estos son tiempos perfectos para lograr la mutación, no claudicar es la clave para derrocar a los poderosos que nos esperan ver de por vida rendidos, comprando su mercadotecnia, luego morfando a punk’s de boutique. No aceptar su mandato es no olvidar la ley de justo-justicia. Aceptar una torta y un refresco es el acto más vulgar en que podemos sumergirnos a falta de algo autentico dentro de nuestro intelecto. La peor broma es que el camino de la historia no avanza, está atascado, no hemos sabido avanzar en unión. Cada vez nos alejamos más y a ese paisaje en la carretera que cambia como la hoja a la historia queda atrás, y enfrente se vuelve esqueleto el día de mañana. No vivimos en un mundo de esqueletos nomás porque los enterramos. La historia se estanca en la sangre por la falta de seres auténticos. Baudrillar me dría que toda revolución es una involución cuando aceptamos vivir el simulacro que nos tocó por mundo, y aceptar esa cadenita impuesta por los impuestos es aceptar la nada como realidad. Camus o yo, le diríamos que el suicidio es la mejor receta a eso. La inteligencia volvió imposible al mundo y el hombre en su avaricia de saberlo todo en él, terminó por destruirlo, deformándolo a concepción; planeta de mapamundi. El mundo es más plano de lo que aparentan ess imágenes.

Ya somos muchos, y tenemos que estar mejor vigilados. Por las cámaras en la punta del poste de luz o del semáforo. Nos miran con el ojo mecánico, por eso no saben nada, pero tienen dinero, es el único requisito para seguir a una población de obreros. En el mundo, el mexicano sigue siendo más aferrado al desahogue. Suprimir esas molestias de padecer en una sociedad que crece achicándose la inteligencia, imitando por encubrir un malestar material y aceptando las reglas de la sociedad absurda. Las marcas afectan en la evolución porque en ellas se encierra la esencia de las personas y su manera de ser. Cómo te vistes, te tratan. Las marcas son moldes y modelos para crear el prototipo de persona que es la pieza para el rompecabezas de la absurda vida. Nos aferramos a la vida que nos tocó a fuerza de sobrevivir, como se aferra el jugador huevón a poner una pieza dónde no es a sabiendas de que el mundo funcionaria mejor si hubiera buenos armadores. El pueblo se ha conformado con exprimirle a la historia sus mañanas, algunos descubren en los recovecos que hay héroes. Pero esos ahora sirven para ir estampados en la playera, adornando la ideología y perfumándola de Hugo Boos y moco de gorila en el cabello para endurecer la moja. Mejor manifestarnos al mundo como si fuésemos las imágenes de Banksy corriendo en la pared. Debemos cometer los actos que nos dignen a combatir el dominio milenario de políticos e intelectuales. Nos han ofrecido dinero a cambio de nuestro tiempo, y aceptamos. Nos presumieron sus juguetes,  y nosotros, por ambición a jugar su juego, nos quedamos en el limbo, mientras ellos, si juegan al Monopoly que no es escala. Les pertenecemos como un archivo dentro de un cajón oxidado lleno de archivos.

El show sangriento, la telenovela mexicana, se resume en dinero. Es lo que no quieren perder aquellos que nos arrebatan la razón con la macana. El dinero es poder y el poder es mandato, el mandato implica superioridad, la superioridad es fortaleza y así sucesivamente se le van poniendo las preseas a ese saco de pellejo al que llamo humano. La necesidad nace del entorno que queremos en nosotros. Queremos lo que vemos y nos agrada, lo que combina con nosotros y nos vuelve cool, o wanna be, o yuppie y la sociedad solo brinca de un simulacro a otro con cada creación, buscando una nueva piel, camuflándose en la evolución. Como cuando Baudrillar dice que somos algo rodeados de nada, al parecer una escena de teatro en ruinas o cuando Foucault dice que la existencia perdura como un flash, una ilusión de realidad, el cementerio humano. Pero el holograma toma forma cuando adapta un sueldo a su vida. El poder y su corrupción tienen al país mal oliente y sangrando, lo tienen más empinado que a una puta y los estudiantes sólo profesan de yuppies y no de esencias radicales que aplican su estudio al bien de la nación. El estado cultiva lideresas que venden el país en seis mil pesos. A este país le sobran lideresas, conformistas e ignorantes, agringados, matones, viciosos; políticos. Tenemos demasiados partidos, todos lo único que buscan en la gente son votos; juego absurdo en el que el único que sale perdiendo es el que vota y no vota. Remuneran con despensas, dan tarjetas mensuales con cien pesos que se canjean por despensa, dan material para construcción, pintan de su color las plazas públicas y dejan que se lleven “nuestro” dinero así como así, dinero utópico que nunca ha sido nuestro mientras ellos lo gasten. Y si tu mamá amigo, tiene la costumbre de llevar playera, sombrilla y visera con la iniciales de la mierda política, te recomiendo hables seriamente con ella, los anarcos andan locos y van a explotar algo debajo de su cama un día de estos. No es por arruinar la fiesta, pero tu jefa, cada postulación vende al país, y si no cambias la opinión de tu familia, no podrás con los demás. Más pendejos los colectivos que hablan de igualdad y comunismo en la mesa de conferencia y luego contestan el iPhone. Recuerda que juntos derrocamos. Pero más juntos en la honestidad, nadie somos dos, a menos que seas esquizofrénico y eso es un mito.

El mundo concebido como tal es una utopía, posible solamente en los sueños ir navegando por el universo en una esfera llamada planeta, expuestos a que nos trague un hoyo negro. Lo que se volvió con el nombre de gravedad nos mantiene aquí, con esta forma y esta razón vuelta timón del mundo; la sociedad y sus prototipos de vida conformando el modelo para ésta nueva época holográfica.

El mundo empujó la historia lo suficiente, es justo Ya darnos cuenta que esto es un vil chiste inventado por un accidente interestelar. Todos vamos con el salvavidas puesto a base de instinto, ya que nadie pedimos estar aquí, pero nos aferramos, algunos, a encontrarle un sentido dialéctico al chiste, ya que un mundo sin luz, a oscuras, sobreviviría de la dialéctica. Cada uno por su cuenta, intenta encontrar la manera para desarrollarse en el simulacro que nos dieron de por vida. El problema es cuando convives con algo que se llama Estado, y que eso está respaldado por leyes federales, 295 por lo menos, y en todas, el gobierno se otorga dueño de la explotación a la existencia de la materia, ya sean puentes, vehículos, subsuelo o refugiados políticos.

El Gobierno se incluye en todo, para a fin de cuentas, lograr que con su poder sepan lo que hay dentro de nuestros bolsillos a la hora de que un policía te catea en la calle o en casa. Los políticos se adueñan del país cuando sus sueldos son capaces de crear los negocios que ellos mismos alimentan con el dinero del gobierno, esa es otra manera en la que nos pueden exterminar, quitándonos el trabajo de nuestras imprentas de barrio, de nuestra afilada de cuchillos, de nuestros artesanos, de nuestros currículos. Vivimos porque ellos así lo quieren, porque somos sus trabajadores, el día que no nos necesiten, nos creman. Un augurio dice que pronto el planeta se acaba y la naturaleza todo destruye, sólo los aptos económicamente podrán viajar a su nuevo planeta; la luna. Es ahí, una vez más, cuando dejan de necesitarnos, a menos que quieran chachas que barran sus banquetas lunares y hombrecillos que atiendan sus carritos de hot dog’s. Toda mano de obra nuevamente será indispensable, con ti más la de los artistas; bufones del entretenimiento a sueldo: el espectáculo. Ya sabemos que la realeza es la única que nos puede permitir el pan y el circo, ya que ella se encarga de hacer festivales donde se gastan dinerales, quién más puede pagar un escenario en la plaza principal, si los jóvenes se encargan de ir a escuchar ladrar a perros domesticados o quedarse en casa con telenovelas y reality show ¿Qué necesidad hay por desvivirnos en lograr que el fin último, la iluminación final y verdadera, sea la acumulación de dinero? ¿Acaso los magnates son los nuevos budas iluminados?

Se ha probado que la gente cuida más las cosas cuando éstas le cuestan dinero. Esfuerzo, he ahí un valor primordial para estar en contra de un mundo por todo gratuito. Se volvería un berrinche desastroso. La educación bien dirigida, será un modelo para el nuevo desarrollo del mexicano, que como lo dijo Octavio Paz, el mexicano es en verdad el primer hombre contemporáneo a todos, y eso hay que aprovecharlo. Si el mexicano ganara lo que se merece, este país tuviera menos muertos, pero como el sueldo lo autoriza el estado y este año subió cuatro pesos y en los últimos quince años ha subido treinta, amanecemos embolsados por el cartel.

Alcanzar plena concientización en la sociedad es salirse de los museos, de las instituciones, de la academia y de la fábrica. Hay que educar a los que andan por la calle, esa mayoría están sumergiendo el barco en el que navegamos todos. Con esto no se intenta convencer a nadie, la idea es concientizar a la sociedad que tenemos enfrente, a esa que insisto, camina en un lado de la marcha, impuesta a la monotonía del medio ambiente.

En Saltillo la técnica de la marcha por la concientización no da resultado por la gran indiferencia en la mayoría. Hay que ampliar las técnicas radicales de manifestación y dirigirnos a la sociedad, no al gobierno. El rancho es muy chico, pero tiene una carga social importante. Acá están metidas las personas de siempre con sus colegas de siempre. Hay que darle una vuelta más a la tuerca y salirse de lo que siempre se ha intentado hacer, es hora de cambiar la táctica, en vez de marchas y reuniones con las mismas personas con las que no se ha logrado nada más allá de la plaza. Hay que salir y atacar las escuelas, en particular los Conalep y todas las técnicas que se dirigen a la industria, las escuelas privadas junto con las religiosas, hay que hacer presencia social en las colonias orilladas. En resumen, el dinero es lo que mueve a la juventud y no la profundización de la materia para un bien común, confort es lo que los jóvenes de hoy necesitan para ser mejores personas. A muchos eso ya no les importa, mientras ellos, desde su trinchera venzan al mundo con un cañonazo de quinientos mil pesos. Pero en otras ciudades, por ejemplo Veracruz, tiene zonas donde manejan su propia moneda, impuesta por ellos mismos para mejorar la economía comunitaria. Ahí se encuentra la radicalización fuera del sistema de la que todo México está lleno. En cambio en Cancún, se paga en dólares, La Rivera Maya es una zona que los extranjeros y poderosos tienen posibilidad de disfrutar. El paraíso tiene precio. La tierra está vendida, al promedio del mexicano le pertenece su casa de Infonavt, que siempre es más pequeña y más cara. Tierras que el gobierno reparte a su gusto, antojo y placer. Las zonas más contaminadas es donde se maneja más dinero. Hablo de todas las capitales de la república. El dinero es y será la fuente para subsistir a un mundo capitalista, donde hay que ganar dinero hasta la muerte, aunque todavía muertos costamos. ¿Cómo decirle adiós al dinero? es lo que nos compete a los mexicanos, y no lo digo por mediocrizar, sino por quitar esa mortificación de las conciencias concientizadas con las que comparto el mundo. ¿Para qué queremos dinero si nos matan? ¿Por qué nos critican si nos queremos defender con el mismo palo? ¿Qué ya no se dijo que con la vara que mides serás medido? ¿Cuándo nos vamos a poner a desaparecer políticos, aunque eso nos cueste una vez más la vida? La paz quedó en el olvido, estamos en tiempos de guerra, ya no podemos bajar la guardia, el fin último es la utopía, hasta ella siempre, no importa que tenga que vivir el resto de mi vida en desacuerdo con el gobierno. No importa que tenga que incomodar al mundo para decirle que en este país hiede a muerto. La muerte está más viva, porque hay más muertos que vivos. No esperen a que maten a la persona querida cuando ya se puede hacer algo. Renuncien al trabajo de seguir alimentando políticos ratas. Hay que cambiar de una vez por todas, que el temblor repercuta en las generaciones venideras. El pueblo tiene que dejar de obedecer al gobierno, hay que cambiar las reglas, sólo están a su favor.

Señoras y señores de las largas filas de la indiferencia, es momento de que tomen las riendas de la situación y se pregunten por qué viven en donde viven y ganan lo que ganan, por qué las plazas públicas están pintadas con logos y colores de una bandera política. Por qué Moreira bailaba colombianas y abrazaba viejitas y luego se robó los millones. Siéntanse repugnados ante la situación. Señoras y señores, mánchense un poquito de cagada, apachurren la panza de un zancudo y úntense la sangre si es necesario para indignarse. Ya basta de que no digan y hagan nada, de que se conformen porque ganan bien o de que se conformen por mediocridad. Esta situación nos tiene que unir ahora más que nunca. Cuando haya una marcha, acérquense a escuchar, no le hagan el feo a los rostros de esos estudiantes que pudieron ser nuestros hermanos o nuestros hijos. O si 43 muertos no son suficientes para que te indignes, piensa en esos millones que han muerto a raíz del narco, piensa en los niños con inanición, en lo que repugne más, pero que habita en este, nuestro mundo. Piensa en todo eso que no has dicho y siempre te quedaste con ganas de decirle a un policía antes de que se llevara tu dinero.

Este es un nuevo llamado. Ya se termina el año, pero no la lucha y las ganas de cambiar. Que éstas y todas las fechas sean de cambio en todos. Interiorizar-exteriorizar. Presencia radical en el país afirma un cambio propositivo en él. Se busca una mejora, bajar el sueldo a los políticos, si es posible desplazarlos, se busca igualdad en las oportunidades, pero no en los oportunistas. Ánimo, y como dirían los buenos líderes ¡Hasta la Victoria Siempre!