Escrito por: Adolfo Huerta Alemán
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Me encanta cuando alguien se acerca y me dice: “se nota que te encanta leer”, a lo que confirmo con una sonrisa acompañada de un ¡sí! cual si fuera un niño con un helado de chocolate. Seguido a eso espetan la segunda pregunta: ¿Cuál es tu libro favorito?… Cuando me hacen esa pregunta viene la memoria a platicar un rato con su servilleta, me imagino en un mar llenos de libros, saben, soy feliz con la decoración de mí habitación, pues está llena de libros, hileras de ellos, cientos de ellos, como rascacielos.
Son ellos desde mí época seminarística los que me han acompañado en mis ratos de soledad. La soledad no es tan mala cuando invitas a la literatura a hacerte compañía.
Los primeros años de-formación en el seminario me levantaba temprano para leer; leía y luego rezaba. Ese hábito tuvo que cambiar después de mi año de magisterio en Piedras Negras, Coahuila, después del año dos mil. Leía de noche, y así es hasta ahora, no puedo dormir sino he leído durante el día. A veces ya es de madrugada y digo: bueno leeré un rato en la cama, y ya cuando acuerdo pasaron dos horas.
Siempre hago el amor con tres de ellas: la literatura es la primera, después le sigue la poesía, claro no puede faltar a la cita la filosofía. Y. . . Pues la teología con ella casi no hago el amor, sabrán por qué, es media complicada, no digo que no la comprenda, sino más bien a esa la dejamos para cuando tengamos unos sesenta años, bueno si es que llego.
Aunque lo traiga en la memoria, definitivamente me quedo con <<El Llano en Llamas>> de Juan Rulfo, es imposible olvidar la ternura que despierta Macario. Otro de mis predilectos es Franz Kafka, esa <<Metamorfosis>> no se va de mí memoria. No olvido que estaba tan emocionado leyendo <<Los Miserables>> de Víctor Hugo, que una vez me di una ducha, estaba estudiando teología, se me ocurrió poner la toalla en la cama para secarme, no hacía tanto frío. Allí me tenían leyendo, metido en la lectura, sin ropa. Cuando de repente tocan la puerta de mi habitación y dicen: te hablan por teléfono. Salí de mi habitación desnudo sin darme cuenta, pues era tanta la fascinación de esa lectura, que reaccioné cuando sentí en mis nalgas el aire fresco de los pasillos del seminario, y también por el grito del compañero al verme como Adán, bueno con un poquillo de kilos demás.
El impacto que me causó <<La Noche de Tlatelolco>> de Elena Poniatowska no se borra y se aferra contra Olvido, por cierto un gran amigo en la etapa del seminario del curso introductorio, me hizo una broma, me pidió ese libro, y fue cuando me di cuenta que ya no estaba en mi pequeña biblioteca (ya lo compré de nuevo) a parte del gran susto que me sacaron. Los poemas de Ernesto Cardenal, recomendación de un gran maestro Juan Carlos Bernal, mejor conocido en la mafia de filosofía del seminario como el “Chino Bernal”, que cómo le encantaban Los Simpson.
No puede faltar <<El Quijote de la Mancha>> de Miguel de Cervantes, qué obra me estaba perdiendo, la leí terminando mis estudios de teología.
“Te parece si mejor te invito un café, un día de estos que la vida nos regale un encuentro Contigo y seguimos platicando de mis lecturas que son infinitas, a pesar que soy un ser finito”. Lo que si te puedo compartir en este ratito de lectura que nos dedicas, es que la literatura me ha hecho una persona en todo su sentido de plenitud, y eso me invita a no cansarme con la gente que convivo y que la vida me va regalando su tiempo y sus encuentros, la esté siempre motivando a leer aunque eso depende mucho de la educación que reciban y hablo de la Educación con letras mayúsculas y en su sentido más amplio, no reducirla a la que se imparte en las escuelas, sino la que viene de papá y mamá. De ellos viene nuestra formación, si los papás no leen, será difícil que sus hijas(os) lean. Los papás están llamados a incitar a leer a sus hijas(os) y a tener buenos libros en casa.
Es un gran placer leer, no sólo es una distracción muy pedagógica, sino es parte esencial para la formación de los seres humanos.
Entre menos se lea, será más pobre tu lenguaje y harás más duros y cuadrados tus prejuicios, a parte que la literatura despierta tu sensibilidad y tu imaginación. Si no lees, es más peligroso de lo que crees, pues estarás empobreciendo tu pensamiento y tu diálogo.
Si puedo afirmar de tener sentido crítico, eso se lo debo a las horas que le dedico a la lectura. Hoy más que nunca necesitamos de un sentido crítico, pues nuestra sociedad necesita estar abierta y si queremos progresar necesitamos abrirnos a ser una sociedad de lectoras y lectores.
Gracias a todas y todos aquellos creadores, que es lo más cercano de Dios que he conocido aquí en la tierra, si he conocido a Dios lo he conocido por la literatura. Si creo en la eternidad, es aquella que ha salido de la literatura: ¿Qué es la eternidad? Todo pasa y el tiempo lo acaba todo, solamente la literatura es eterna.
Claro, también esta entrega es un pequeño, pero gran tributo a todas y todos mis lectores. Que sin ustedes no estaría escribiendo ahora, una vez más, gracias.
Por medio de tus textos me das la oportunidad de conocerte, y en los libros enriquesco lo literario y vocavulario para poder comunicarme.
Eres un libro en el que encuentro un tesoro.
Si nos preocupáramos por lo que cada persona es, y supiéramos leerlo no abría divisiones entre nosotros; siempre tendremos algo que compartir. Y es para enriquecernos; porque somos diferentes, no estamos hechos para vivir en el individualismo nadie es mejor que otro. Somos un complemento solamente hay que salir a su encuentro;» todos formamos el Libro de la Vida». Hay que saberlo leer.
GRACIAS Adolfo por motivarnos y fomentar la lectura… Enhorabuena.
Has dicho una gran verdad Alma, la lectura y la literatura es una gran dicha para conocer al Otro. Lo importante después de una lectura no es saber más, sino como se actúa; se piensa y se anda después de una lectura, y cómo fomentamos y nos abrimos al diálogo.
No podemos seguir igual después de una lectura, nada más por citar un ejemplo; no sigo pensando y actuando igual después de leer el Diario de Ana Frank.
GRACiAS por darle un espacio a la lectura en tu vida.
Sigamos leyendo é informándonos: Hacia un país de Lectoras y Lectores! ! !.
Estoy de acuerdo con ustedes… la lectura es el alimento del alma…. pero así como un cuerpo sano es la evidencia de una buena alimentación, así una vida orientada al bien y a la verdad es el mejor testimonio de que la lectura está siendo asimilada por el ser humano….
Espero que más que con las palabras orales o escritas, sea con el testimonio de una vida recta y un sano juicio sigan manifestando su gusto por la lectura, especialmente ud, gofo autor…. sabe a qué me refiero… saludos….
A Lector Desconocido, pues mis datos allí están, por lo tanto, me presento tal cual Soy.
Tú te presentas como Lector desconocido, pues lástima no sé a que te refieres con:»sabe a qué me refiero».
Sé más claro por favor. No estamos en el Edad Media ó de la Inquisición como para que andemos escribiendo entre líneas.
Pero, bien, , , GRACiAS por darte tiempo para LEER.
«Si de por sí estamos brutos, ahora imáginate sin LEER».
Del Filósofo de Güeméz.
Angélica:»No concibo la vida sin una lectura, no creo que tenga sentido». Qué acertada afirmación, totalmente en acuerdo Contigo. La existencia es muy pobre cuando no se lee, y más cuando no se diáloga. La Literatura y la Lectura son una puerta a la transcendencia; al diálogo, y nos abre a la Eternidad, pero no como la entiende la cultura cristiana, sino la Eternidad en el sentido que nos lleve a la plenitud de nuestro Ser y de nuestra existencia, la Eternidad entendida partiendo de nuestra finitud, para llevarnos al Otro. El y La Otra al revelarnos su Rostro lleva en sí mismo el chispazo de Eternidad, pues no hay nada más Eterno que el Encuentro con El Otro. GRACiAS Angélica, , ,
«Escribir es la manera más profunda de leer la Vida».
De Fransisco Umbral.
Es incontenible la alegría que me invade cuando me encuentro con alguien que lee y gusta de esa lectura, que sabe apreciar las bondades de un buen libro, que entiende del placer de paladear las letras de cada línea, de cada palabra.
En la literatura todos podemos encontrar lo que necesitamos para ser mejores personas y siempre será el libro el mejor acompañante de las horas de soledad introspectiva. No concibo la vida sin una lectura, no creo que tenga sentido. Como en el texto se menciona, leer nos proporciona mayor léxico, mayores ideas, entendimientos más amplios; siempre es agradable encontrarse con alguien que lee, jamás se acaban los temas para el diálogo, jamás se cierran del todo las interrogantes y eso hace que la vida tenga una feliz continuidad.
La literatura siempre será la medida de la humanidad.
Una vez más, excelente artículo, Adolfo. Soy tu admiradora. Abrazos.