Escribe: Adolfo Huerta Alemán
“Un hombre amarra un niño desnudo a una cruz, sujetándolo con cuerdas, y lo deja de alimento a los cuervos”.
Marqués de Sade <<120 días de Sodoma>>.
Ya ha pasado un buen de tiempo de la muerte del cura, de los curas, cuando apareció otro sacerdote asesinado.
Definitivamente esta muerte de éste último cura, no es fruto del serial.
Tenía 69 puñaladas en todo el cuerpo, también lo castraron, pero su castración fue muy sucia, las otras fueron quirúrgicas y perfectas, el asesinato de éste último fue todo un desorden y dejaron muchas huellas tanto de manos, como de pisadas.
No tardaremos de dar con el asesino de ésta última muerte, pero no es el mismo de las otras 7 muertes. Todo pinta un crimen pasional, lo más seguro es que lo haya asesinado un amante descontento por no cumplirle un capricho.
Además, el ahora asesinado es de la confianza del obispo, era el que se relacionaba directamente con el gobernador, le llevaba los cheques de pago mensuales al obispo, una cantidad nada despreciable para callar los berrinches de “denuncia” del obispo. Era bien sabido entre los pasillos del palacio de gobierno, que éste cura llevaba una vida homosexual desenfrenada, el gobierno pagaba sus despilfarros económicos para sus fiestas gay y viajes al extranjero, se rumoraba que llevaba jovencitos para las orgías del gobernador y del obispo, carne virgen y fresca ¡Hijos de puta!.
No creo en el infierno, pero gustaría ver arder a todos esos hijos de puta que no llenan de poder y dinero.
La gente después de las muertes de los curas, comenzaron a pensar, y a pensar juntos.
Comenzaron a cuestionar a la jerarquía católica, otros no menos empezaron a desconfiar de sus pastores y también se unieron las otras confesiones de fe, otros más no menos críticos, decidieron convocar en las plazas públicas para buscar acciones ante estas situaciones que eran nuevas en la ciudad. Con los asesinatos la gente comenzó a ver el verdadero rostro de sus pastores.
Las personas de esa ciudad tranquila y tradicionalista, donde nunca pasaba nada aprendió a no mirar para otro lado, descubrió cómo era verdaderamente su clero, sólo buscaban dinero y en su mayoría eran homosexuales.
Las mujeres y los hombres comunes corrieron la voz para hacer un boicot económico a la Iglesia, comenzarían por no dar colectas en las misas, no pagar por los sacramentos y no dar el diezmo.
Esto sólo sería el principio, pues después vendría el boicot contra el gobierno, de hecho hubo linchamientos contra los políticos, pocos pero los hubo, esto sirvió para que huyeran y dejaran sus puestos públicos.
La ciudad perdió el miedo, comenzaron a cuestionar todo y a todos, por fin rompieron las cadenas de la ley del silencio y de la complicidad, se unieron para contra todo atropello, vinieran de quien viniera.
En los anales de la historia de esa ciudad, se cuenta que este fue el último encuentro entre el gobernador y el obispo.
- ¿Qué vamos hacer?
- Me exilio y dejo el cargo, mi partido me ha dado la espalda y me ha dejado que me rasque con mis propias uñas, y el presidente no me contesta, mucho menos me atiende. Lo bueno, con todo lo que me he robado, puedo vivir tranquilamente.
- El Vaticano ya puso su mira en mí, me va a sacrificar, no me van a defender.
- ¿No que los obispos eran eternos e intocables?
- A la puta de Babilonia, siempre hará lo que le conviene, que es mantener el poder y el dinero con una imagen de “santa”.
- Nunca imaginé que llegara un día como éste, en el que el pueblucho se uniera para pedirnos cuentas. Haya sido como haya sido monseñor, nunca olvidaré nuestras fiestas ¿Tú?
“Apártate de los que tienen la mente corrupta. Están tan alejados de la verdad que para ellos la religión es puro negocio”.
Biblia N. T. 1ª Timoteo 6, 5 -.
Algunos sacerdotes comenzaron a dejar solas las Iglesias y los pocos que se quedaban, eran cuestionados hasta la más mínima acción.
Las iglesias comenzaron a ser dirigidas por las y los laicos, estaban naciendo en las parroquias los liderazgos colectivos, sin la necesidad del clero.
Lo que se estaba viviendo en aquella ciudad, no tardó en hacerse viral en todas las redes sociales a nivel mundial.
Se rumoraba en los pasillos de la Roma eterna, la manera de convocar a un nuevo concilio, para tratar la problemática de esa diócesis, pues ésta fue la que derramo la gota del vaso y destapó lo inevitable, la cloaca que era la jerarquía católica, estaba en juego la humanidad de su jerarquía y la credibilidad de la Iglesia.
El sonido de la lluvia en los techos de las casas y en las calles, era como el de un arrullo celestial, estaba cayendo la tarde, cuando un figura clerical se acercaba a la casa del obispo. Sonó el timbre de la puerta donde su eminencia había gobernado por más de 11 años.
En el micrófono se escuchó una voz de mujer serena y dulce.
- ¿Quién es?
- Soy el padre. . . Vengo a hablar con monseñor.
- ¡Ah padre! Adelante.
Continuará. . .
“Por los muertos nadie paga tragos, pensó. . .
La muerte es una neblina que al principio desorienta, pero que después se va disipando.
Es el fin de la memoria, también el principio de los recuerdos”.
Alejandro Páez Varela <<El reino de las moscas>> Ed. Alfaguara 2012.
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