Escribe: Adolfo Huerta Alemán
“No cometerás actos impuros nunca más ¿correcto? ¿correcto, inmundo pedazo de mierda, correcto? . . .
Quedaba claro que aquél era un caso muy especial, y la identidad del muerto debía seguir siendo un secreto.
Por el bien de todos”.
Juan Gómez Jurado <<El espía de Dios>> Ed. ROCA 2006.
En la oscuridad se escuchaba el Pace pace de Verdi y no se cansaba de ver una foto de una joven, tenía menos de un año que no sabía de ella, y hasta ahora no sabía nada de ella, pero ahora no se aburría de ver su foto. Era una foto reciente, del mes pasado.
Dejó de ver la foto, pues eso lo distraía de los pensamientos que últimamente le ocupaban.
Le gusta escuchar ópera, para concentrarse eso le ayudaba, se imaginaba que andaba en Italia, no le gustaba viajar, pero el cine, la literatura y la música eran sus boletos para viajar, sin la necesidad de moverse de su casa.
Habían transcurrido varias semanas de la muerte del cura.
Su muerte pasó como una cucaracha en busca de un pedazo de mierda, como algo normal, no provocó lo que se esperaba en la opinión pública, ni siquiera se abrió una línea de investigación.
Evangelio según San Lucas 17, 36 -. “Y le dijeron: ¿dónde está Maestro? Él les contestó: donde esté el cuerpo, allí se reunirán los buitres”.
Volvió a ocurrir.
Otro asesinato, de igual manera y también la víctima, una vez más, era un sacerdote.
Así fueron apareciendo, más sacerdotes muertos, el tiempo entre uno y otro era de un mes, en dos ocasiones fue de dos meses. Hasta la fecha suman ya 7 víctimas.
Los medios comprados decían la misma mentira, no fue hasta que otros medios de comunicación foráneos, manejaban otra versión a la oficialista; hablaban de asesinatos y no de muertes por enfermedades, se decía que el Vaticano tenía puestos sus ojos en la diócesis.
Comenzaban los rumores entre las calles de la ciudad y en las redes sociales corrían un sin fin de hipótesis, los rumores corrieron como una epidemia, ya era imposible detenerlos.
Se abre una investigación, el obispo no tenía opción, tuvo que hablar de las muertes recientes de sus curas, que ya no era uno, sino 7.
En la ciudad se comenzaba a respirar un clima de miedo, de confusión y más que de terror.
Los mediocres investigadores, solamente se entretenían y se burlaban.
Pero, entre la inmundicia y la mediocridad también surge la radicalidad y la responsabilidad.
Él, sí que era un inepto, al menos esa era imagen que tenían sus compañeros y su jefe, más bien dicho, él creía en la verdad y en la justicia, solamente se esforzaba en hacer con totalidad su trabajo, eso lo llevaba a ser incómodo ante la corrupción que se vive a diario en la ciudad.
Como una hormiga, lleva el recuento de los asesinatos y bien detalladamente las investigaciones, no creía en Dios, pero esos asesinatos le llevó a creer que para eso había nacido, para resolverlos, se lo tomó con el celo de un monje de la edad media, casi como una misión divina.
Hasta ahora suman 7 víctimas de asesinato brutales y que sobrepasan toda nuestra imaginación.
El móvil es el mismo, estamos ante un asesino serial, algo nuevo en la ciudad.
Las víctimas son 7 hombres de las edades de entre los 40 a 60 años.
A todos se les torturo de diferente manera, pero a todos sin excepción se les cortó los testículos y el pene, se los metieron en su boca y en su ano.
No hay evidencia de que el asesino o asesina, no hay que descartar que pueda ser una mujer la asesina, no hay pista de que haya entrado por la fuerza, pues hasta ahora no se ha encontrada violentada las entradas de las casas. Queda descartado que haya sido el narcotráfico.
Todos fueron por la noche entre las 21: 00 y 00: 00 horas.
A todos se les descubrió por la mañana antes del mediodía, más tardar.
Los rumores: ¡están matando sacerdotes! ¡es el juicio final!
Lo que le seguía cuestionando eran las víctimas, recabando información entre la gente de las parroquias y la curia, se decía de ellos, sin excepción que eran buenos, demasiado buenos.
Investigando sus computadoras, móviles, correos, llamadas, su vida íntima no veía nada que estuviera fuera de lugar, todos eran hombres heterosexuales, sin vida sexual activa, ni siquiera en sus computadoras había registro que fueran aficionados a la pornografía, no tenían amante, ni hijos, no tenían deudas económicas. Llevaban una vida muy tranquila y muy acorde a su ministerio, se veía a leguas que eran fieles y responsables ante su investidura y misión.
La primera impresión que daban los asesinatos eran de venganza, por su forma tan cruel y bizarra de llevarlos a cabo, pero las víctimas no encajaban. Era claro que la asesina o el asesino no lo motivaba la venganza o el ajuste de cuentas, cada vez que se adentraba en la profundidad de esas muertes, se convencía que el serial estaba mandando un mensaje, pero ¿qué nos quiere decir? Y ¿quién o/a quiénes?
Saboreando un whisky en las rocas el gobernador y el obispo mantienen una conversación de hastío.
- Monseñor te están asesinando a tus curas.
- Ya lo sé, no necesitas traérmelo a la mente.
- Estos asesinatos nos caen como oro, la gente se está distrayendo en eso, no hablan de otra cosa que la muerte del cura. (Ha, haa, haaa) Hasta hablan del juicio final. Se olvidan de los fraudes, de nuestros robos, y de los desaparecidos y de la problemática del estado. Oye y tú crees en Dios monseñor y en esas cosas que dices los domingos en la catedral. . .
De verdad ¿Tú no estás detrás de todo esto monseñor?
- La misma pregunta te hago a ti.
Continuará. . .
“Pero ¿por qué? ¿para torturarlo? No creo que lleguemos jamás a saberlo. Nunca sabremos quién fue, ni por qué, ni qué ocurrió en aquella casa aquella noche”.
Truman Capote <<A sangre fría>> Ed. DEBOLSiLLO 2015.
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