El 2 de octubre

Escrito por: Gabriel Ignacio Verduzco Argüelles

imagen tomada de somacles.files.wordpress.com

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La cita con el destino, inexorablemente, ha vuelto a cumplirse y la fecha simbólica del 2 de octubre llegó de nuevo a nosotros. Y su llegada me hace preguntarme ¿de verdad no se olvida?

Jean Françoise Lyotard escribió en “El entusiasmo”, que el año de 1968 marcó el final del entusiasmo de la humanidad por estos proyectos y utopías que mueven las masas hacia la realización de sus ideales.

A partir de la lectura de “La crítica del juicio” de Kant y más concretamente de la noción de entusiasmo contenida en el Segundo conflicto de la verdad, Lyotard plantea la imposibilidad de concebir la historia humana como un desarrollo único y progresivo en pos de la emancipación y la justicia universal.

Ello supone dejar de lado las metahistorias que han acompañado al proyecto de la Ilustración: básicamente, las ideas de perfectibilidad humana, de desarrollo económico indefinido o de alcanzar el ideal de la democracia burguesa. Todas estas teologías de la modernidad han sido refutadas y desmitificadas por Auschwitz, Hiroshima y Nagasaki, el Gulag soviético o nuestras sociedades hipertecnificadas y alienantes.

Así, en opinión de Lyotard, en tiempos de postmodernidad caracterizados por la melancolía y la tristeza, la duda y la ironía, el objetivo de la cultura es, cada vez más, procurar entusiasmo moral, acostumbrándonos a pensar y resistir sin la salvaguarda de moldes o criterios.

Y pareciera que los hechos recientes le dan la razón: muchas situaciones que vive nuestro país nos provocan a tomar una postura urgente, y sin embargo, la apatía, el desánimo o el miedo, campean a sus anchas por entre nosotros.

El movimiento #yosoy132 se presentaba como un movimiento de jóvenes, prometedor, que incluso fue comparado con aquel de 1968. La experiencia de los países de África del Norte anunciaba la posibilidad de un movimiento más que significativo y de ocasión. Pero no fue así.

No pretendo tener una explicación para estos acontecimientos. Prefiero leerlos a la luz de la fe. Y más que con fe, con la esperanza que animaba al profeta de Nazaret a compartir cinco panes y dos peces con multitudes de personas.

Jesús exhortaba a sus discípulos a orar sin cesar y a pedir al Padre todo aquello que se necesita, como si ya se poseyera. Y no hay que olvidar que lo primero en la lista de peticiones del padrenuestro es ¡venga tu Reino!

Así, si oro con la convicción de que el Reino ya está en la Tierra (¡y lo está!) me queda agradecer a Dios por sus dones, por su amor y misericordia, y me corresponde mantener, conservar y hacer vida –todos los días- esos dones.

De esta forma vivo en clave del Reino, yo mismo he de procurar la justicia, el gozo, la paz, la equidad, la solidaridad, y todas aquellas actitudes y virtudes que describen al Reino de Dios.

Franz Hinkelammert en la “Crítica de la Razón utópica” explica que la auténtica utopía está enraizada en la realidad cotidiana, no en ideales imposibles. Y es así como puede conservarse la esperanza y el entusiasmo. Es así cuando se puede leer que aquellos ideales de los jóvenes del movimiento estudiantil de 1968 siguen vigentes. Pero no solo como un proyecto nacional para el país, sino para cada uno de nosotros en el ámbito individual, que estamos invitados a hacer vida todos los días: la igualdad, la fraternidad, la justicia, la equidad, la democracia…

En fin. Como muchas cosas en nuestra vida, tenemos la posibilidad de ver esto con esperanza, si lo queremos. Ojalá que sea así.

También creo que otro mundo es posible y que la esperanza es verdadera.

Comentarios a:

gabrioignaz@yahoo.com

Un Nuevo Espíritu recorre el Mundo

Escrito por: Adolfo Huerta Alemán

 

 

“Nunca  dudes  que  un  pequeño  grupo  de  ciudadanos  pensantes  y  comprometidos  puede  cambiar  al  mundo.  Es  la  única  cosa  que  lo  ha  hecho”.
Margaret  Mead. 
 
 “Reclutaré  a  mí  familia,  a  mis   amigos,  a  mis   colegas  para  que  participen   en  una  causa.  Iré  a   una  marcha”.
Denise  Dresser.
 
“La  libertad  en  el  arte  era  una  manera  de  resistirse   a  todas  las   formas  de  autoridad”
Carlos  Granés. 

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Todo  el  siglo  XX,   estuvo  plagado  de  grupos   revolucionarios  y  movimientos   sociales: Lenin;  Che Guevara; el  año  del  1968;  el  dadaísmo; el  futurismo;  la  caída  del  muro  de  Berlín;  el  colapso  de  la  Unión  Soviética; la  irrupción  de  Marinetti;  la  liberación  femenina,  el  hipismo,  la  música  como  la  de  los  Sex   Pistols,  hasta  el  día  de  hoy,  en  el  vislumbrar  del  siglo  XXI  con   los   jóvenes  indignados de  España.

Todos  proponen  transformar  la  sociedad,  la  economía  y  la  política;  alteran  las  mentes,  las  costumbres,  los  valores  y  la  forma  de   vivir   de las  personas,  a  pesar  de  lo   paradójico,  estas   batallas   utópicas,  muchas  de  ellas   fueron  vanguardia   en  muchas  partes,  pero  no  fueron   exentas  de  acabar  algunas  de   ellas  en  derrotas,   otras   con  sus  acciones  lograron  imponerse  y   ganar   adeptos.

Aquí  el  arte  juega  un   papel  muy  importante,  pues  hasta  el  día  de  hoy  no  ha  dejado  de  ser  el  vehículo  privilegiado  para  transmitir  estos  ideales,  revoluciones  y  cambios  culturales.

Los  movimientos  sociales  y  la  revoluciones  culturales,   tienen un  mayor  impacto,  pues  éstas   están  dispuestas  a   transformar   las  mentes,  las  costumbres,  los  valores  y  la  forma  de  vivir  de  las  personas,  por  lo tanto,  de  las  sociedades,  el  cambio  es  más   profundo,  pues  este  va  dirigido  a  la  conciencia  humana.

El  año  del  2011;  ha   sido   una  explosión   de   esperanza  y   de  libertad,  esto  sea  resultado  de   una  maduración   y  del   despertar  de   una  conciencia  colectiva,  partiendo  claro,  de   una  conciencia  mejor   formada   y   más  informada,  por  consecuencia   más  libre.

Las   revueltas   surgidas   en  el   2011:  la   primavera   árabe,  el   movimiento  de  los   indignados  iniciado    en  España   un   15  de   mayo,  y  que  se  extendió   a  más   de   40   países  del   mundo,  además  de  las   movilizaciones  de  los  estudiantes  en  Latinoamérica  como  las  de  Chile;  Colombia;  aquí   en  México  con  el  movimiento  #132.  El  de  Ocupy   en  Estados  Unidos.

Aquí   en  Coahuila  la  indignación  ha  despertado  con  la  megadueda  fraudulenta,  que  nos  deja   un  ex gobernador   priísta,  que  no   tuvo   ética  en  dejarla  a  cada  uno  de  los   ciudadanos,  que  en  su   lucha   por  la  transparencia  y  justicia,  han  perseverado   Ciudadanos  por  Coahuila.

Todo  estos  movimientos,  no  hacen   otra   cosa  que   hablarnos  de  la  esperanza  de  que  algo  ha  cambiado  en  nuestro  mundo  y  que las  consecuencias   son   irreversibles.   Y  de  cómo  la   inconformidad,  la   rabia,  el  coraje,   el  encabronarse    y   la   indignación,  cuando  se   transforman   en   iniciativas,  participación   ciudadana,  en   informarnos,  en  utilizar  las  redes   sociales,  en   organizarnos,   se  puede   lograr   una   lucha  sin  recurrir  a  la   violencia.   Por  lo  tanto,  iniciar    procesos  reales   de   vivir   una  democracia   real.

Siempre   habrá   quien  encienda  la  mecha,  recordemos  que   estas  protestas  se   iniciaron  con la  emergencia   de la  primavera   árabe.

Terminaba  el   año  2010   cuando   Mohamed   Bouzizi,  joven  de  26   años,  decide   prenderse  fuego   frente  al  ayuntamiento    de   Sidi  Bouzid,  su   inmolación   no   quedó   impune.  Resurgieron   protestas  y  se  inundó   todo   Túnez  con  el  reclamo  central   con  el   grito  de   libertad  y   fin  de la  dictadura.

Este  grito   rápidamente  se  extiende  a  Egipto;  Marruecos;  Argelia;  Siria;  Yemen;  Libia;  en  España;  Grecia;  Gran  Bretaña;  Italia;  Israel;  EUA  en  septiembre  en  Wall Street;  en  México  con  el  Movimiento  de  Javier  Sicilia  exigiendo   paz   y  dignidad;  el  de  la  indignación  en  Coahuila  tiene  un  poco  más   de  un  año  y  que  no  se  pierde  la  esperanza   de  que   otros   estados  de  México  sigan  su  ejemplo,  comiencen  de  pasar  de  la  indignación  a la  acción,  pues  bien  sabemos,  que  Coahuila  no  es  el  único   estado  endeudado.

El  más   reciente  movimiento  estudiantil   #132,  que  nadie  se  imaginaría  que  comenzaría  en  el  Universidad  Iberoamericana,  con  la  visita  de  Enrique  Peña Nieto,   que  a  partir  de  allí   su   imagen   ha  estado   más  que   abollada  y  se  ha  ido  de    pique.

¿De  verdad  vivimos  una  democracia?  ¿Estamos  en  un  Estado  de  derecho? ¿Todos   y  todas  tenemos  las  mismas  oportunidades? ¿Hay  justicia  y  paz  en  nuestro  entorno?

Todas   estas  preguntas  nos  vienen  a  la   cabeza  cuando  vemos  manifestaciones  casi   por  todas  partes,  la   indignación   no  es  por  generación  espontanea.

La   indignación    nace  de  nuestra    conciencia  de  ser  libres  y  de  un  compromiso   con   nuestra   Historia.  Nace  de  la  resistencia   contra  la   injusticia  que   pisotea   nuestra   dignidad  y  de  que  no  se  nos  trate  como  lo  que  somos:  personas.   Es   indignarse  y   resistir  contra   todo  aquello  que  es  inaceptable   que   atenta  a   nuestra  conciencia  y   dignidad.

Todos  estos   movimientos,   no  olvidemos  una  de  su   principal  característica, es  de  que  son  completamente   ciudadano,  apartidista,  mucho  menos  son  proselitistas  a  una   religión.  Nos   recuerdan    que  hay   una  manera  de  contribuir    a  la  supervivencia   de  nuestra  especie  humana,  y  es  la  de  no   resignarse,  no  mirar   con  indiferencia.

Lo  que  nos  une  hoy  en  día   y  nos  hace,  más   ser,  seres  humanos  es  la  de   compartir  con  el  rostro  del  Otro  su  sufrimiento,  si  nos  duele  sin  vivir  lo  que   vive  el   Otro,  podremos  decir  que   soy  ser  humano  y  me  hermana  con   él  mí  indignación,  lo   que  hoy  nos  va  unir,   unos   con   otros,  no  serán  los  partidos  políticos,  las   religiones  tampoco,  será  la   búsqueda   de  la   justicia  y  paz,  el  hermanarnos  desde  nuestra   indignación.

Todo  esto  demuestra  que  vale  la  pena  vivir,  que  existe   otro  mundo  posible   y  que  está   dentro  de  cada  una – uno  de  nosotros.

Está  en  juego   nuestro   futuro   y  la  fe,  y  no  me  refiero  a  la  fe  a  una  religión,    a  un  Dios,  a  algún  partido   político,  o  alguien  que  se  presenta  como  mesías  para  solucionar  toda  nuestra  problemática,  sino  a  la  fe  como   la  fuerza  que   todas   y  todos  tenemos  que  nos  motiva  a  seguir   buscando  un   significado  a  nuestra   Historia.

Todo  este   parto  de    de  manifestaciones  callejeras,  es  símbolo  de  no   perder  la  fe    en  cada  una – uno  de  nosotros.

Perder  la  fe  en  el  ser  humano,   esto  sí,  que  sería  una   tragedia  que  nos  llevará  a  nuestra   propia  aniquilación.

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“¡Ésta  es  el  arma  de  nuestra  generación!”.
Patti  Smith,  empuñando  una   guitarra  eléctrica  el  20  de  julio  de  2010  en  Madrid. 
 
“Preguntarme  a  qué   generación   pertenezco  es,  en  un  nivel  más   profundo,  preguntarme  quién  Soy  Yo”.
Julián  Marías  filósofo   español. 

 

“Hay  una  generación  entera  con  una  nueva  explicación.  Gente  en  movimiento”.
Scott  McKenzie.

 

“Elige  la  vida,  elige  un  empleo,  elige  una  carrera,  elige   una  familia,  elige  una   pinche  televisión  enorme…  elige  tu   futuro. . .  Pero, ¿por qué  quería  hacer  semejante   cosa?”
Mark  Renton   en  Trainspotting (1996).
 

@GofoAutor

gofo_04@hotmail.com

Facebook  Adolfo  Huerta  Alemán.

Democracia en movimiento

Escrito por: José Jorge Hernández Briones

imagen tomada de blog.cuadrivio.net

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Con admiración para el padre Gofo…

Un grato sabor de boca me está dejando el movimiento #YOSOY132, los jóvenes que resurgen de un pueblo golpeado y vapuleado por los políticos que prometen bienestar para la sociedad y que al final de su mandato saquean a quienes les regalaron su voto.

El grupo que apenas tiene dos semanas ya tiene/obtuvo logros importantes al hacerse escuchar y a nosotros solo nos queda apoyar con hechos o desde nuestra trinchera al movimiento que está cambiando a México.

«Estamos completamente convencidos de que la vía de transformación de este País es la vía electoral, lo que se impulsa es un voto consciente, un voto razonado, un voto que conozca las propuestas de los candidatos», aseguró Rodrigo Callado, alumno de Artes Plásticas de la UNAM.

«Estamos innovando, desde ir a salonear, desde ir a repartir un periódico, desde ir a tocar a una casa, desde utilizar las redes sociales: los medios de comunicación alternos. «Es un nuevo despertar», Yocelyn Gutiérrez, de 21 años, dijo la estudiante de Biología en la UNAM.

Este fin de semana, varios periodistas reconocidos a nivel nacional analizaron, hablaron y escribieron sobre la primavera o el nuevo despertar de los jóvenes que a base de marchas y empuje salieron a las calles a exigir que no se manosee por televisoras la política mexicana.

El historiador y escritor Enrique Krauze, asegura en su colaboración del domingo para el periódico El Norte, que no son los mismos tiempos que se vivieron en 1885, en donde nació el primer movimiento de jóvenes, tampoco en 1911, cuando hubo otro y menos el de 1929 en que cuando nació el primer grupo de jóvenes que protestaron con el objetivo de derrotar en las urnas a los generales sonorenses y llevar al poder a un caudillo cultural, el educador y filósofo José Vasconcelos. Al final el movimiento quedó en pura intención.

Luego, el escritor afirma que en 1968 hubo otro movimiento, cuando gobernaba Díaz Ordaz y era un gobierno con un poderoso sistema político en donde no había nada de redes sociales (Twitter ni Facebook) y no se podía protestar abiertamente, hoy sí se puede.

El historiador asegura que las circunstancias actuales son muy distintas. A diferencia de 1929 y 1968, México es ya -con todos sus grandes defectos- una democracia, y los jóvenes deben ser los primeros garantes de que el orden democrático se consolide en un clima político de civilidad y tolerancia, escribe.

Por otra parte, el periodistas Raymundo Riva Palacio, escribe también que el PRI (principalmente Joaquín Coldwell, su dirigente) quien fue un excelente político en los 80´s y 90´s no supo lidiar con el problema de Peña Nieto en la Ibero y simplemente le prendió fuego a la hierba seca, hecho que derivó el movimiento de los jóvenes.

Asegura Riva Palacio que otra cosa hubiera sido si el político entendiera mejor los tiempos modernos. Ahora el mal ya está hecho y el PRI es odiado y cuestionado porque nadie le cree. De hecho el manifiesto de los jóvenes que acaban de definir el pasado sábado dice que no quieren que las televisoras impongan candidatos, también llaman a votar.

Mientras que Javier Sicilia, aprobó y dijo gustoso que los jóvenes de habían tardado en protestar que ya los estaban esperando y son quienes pueden cambiar el rumbo del país, o también evaluar y presionar a los políticos y ya lo lograron al presionar a Televisa, desde que la empresa hizo cambios en su noticieros y hasta se abrió voluntariamente al segundo debate, es decir, va por cadena nacional. ¡Hay resultados!

Por otra parte, Alejandro Páez Varela, quien escribe para SinEmbargoMx, un portal electrónico de noticias, felicita a los jóvenes y hace referencia a una foto una muchacha que lleva una pancarta “Bonita pero no pendeja #Anti-PRI” y culmina su colaboración así: “He visto los albores de una revuelta inteligente contra un régimen que no los representa. He visto el futuro, serio, formal. Y es un futuro bonito, y nada pendejo”.

Lo mismo manifiesta Juan Ramón De la Fuente, el exrector de la UNAM quien asegura “Yo Soy 132” es la prueba fehaciente de que en México hay un germen de insatisfacción con el estado de cosas que están pasando”.

Entonces concluyo que vivimos si en un México con una Democracia en Movimiento, no debe haber violencia, porque no vivimos en el México del pasado y todos de alguna manera luchamos por tener un mejor País.

Entonces desde lo que leo, veo, conozco y percibo, no creo que haya tanto problema de represión por los tiempos que vivimos y si lo hay quien lo haga se atendrá a las consecuencias.

@JorgeEditor