Escribe: Adolfo Huerta Alemán
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Zocalazo: cuando eres presa del pseudoperiodismo amarillista y distractor de la publicación del Zócalo.
“La vida ha dejado de ser vivida para ser sólo representada. El consumidor real se torna un consumidor de ilusiones”.
Mario Vargas Llosa <<La civilización del espectáculo>>.
Nos advierte Mario Vargas Llosa, en su libro <<La civilización del espectáculo>> Editado por Alfaguara 2012. Estamos viviendo la banalización de las artes, de la literatura, el triunfo del periodismo amarillista y la frivolidad de la política, son síntomas de un mal mayor, que se vislumbra: el de la estupidez humana.
La cultura es el vehículo de la conciencia que impide dar la espalda a la realidad. La verdadera cultura nos lleva al otro y a su realidad.
La confusión y la desinformación nos lleva a la indiferencia de nuestro contexto; la verdadera cultura nos lleva a la trascendencia, nos lleva a crecer como humanidad y no como la que propone el PRI–PAN–PRD; Televisa; TVAzteca; RCG o el pseudoperiodismo amarillista que promueve el Zócalo.
Nos alerta Vargas Llosa que estamos ante el mecanismo más poderoso, aún más efectivo que el mismo terrorismo: el mecanismo de la <<distracción y entretenimiento>>.
Fundamento con esta pequeña introducción, lo que pasa en Saltillo Coahuila, México, que no es exclusiva de nuestro país, también porque lo viví y tal vez lo siga viviendo.
Se me pide retirarme públicamente por 6 meses y concluir con un retiro de un mes en Puente Grande Jalisco, con los Jesuitas, una experiencia inolvidable, enriquecedora y demás bondadosa.
Todo a raíz de una “supuesta entrevista” y digo “supuesta entrevista”, pues en ningún momento se me informó que la subirían a la Revista PROCESO en línea por internet. Respeto mucho y leo la publicación de PROCESO, no lo he dejado de hacer y no por un colaborador de su equipo, que no sé cuál fue su motivación o móvil para poner la “supuesta entrevista”. Lo que sí hubo fue una charla amena, desahogada, de sobremesa, después de comer con el colaborador, después de presentar un libro de su autoría.
Está el Zócalo, publicación que no descansa en estar publicando, según ellos, lo que digo, lo que he dicho o hago en mi vida pública o privada. No descansan en estar publicando sobre mi figura. ¿Qué los motiva? ¿Qué intereses hay detrás de todo esto? ¿Para qué lo hacen?
Últimamente publicaron, según ellos, una entrevista concedida a Rebelde Radio; de Zapopán, Jalisco; dicha entrevista dura casi 4 horas, solamente sacaron algunas líneas fuera de su contexto, de una respuesta que dura más de 40 minutos, además, la entrevista se la concedí a Rebelde Radio y no a ellos. También violaron toda ética profesional del periodismo serio y comprometido con la verdad.
¿Qué descubrimos de todo éste escándalo?
La figura del <<Padre Gofo>> en más de una ocasión es utilizada para alimentar el morbo de una sociedad sedienta de espectáculos que sigan alimentando su indiferencia y su <<no compromiso>> con nuestra responsabilidad histórica. Es usada para distraer de los verdaderos problemas de nuestra gente ¿Y, la MEGADEuDA Rubén Moreira Valdez – PRI? Para alimentar más la desinformación que se vive hoy en día.
<<La distracción>> es desviar las miradas sobre la realidad, hace pasar la realidad por el filtro del maquillaje, o las oculta y las tergiversa para silenciar aquello que no gusta, que no conviene que se sepa la sociedad, por parte de los poderosos.
Nunca como ahora ha sido tan necesario mentir, la mentira constituye la esencia de la vida de la política mexicana; nos lo restriega en nuestro rostro Sara Sefchovich en su libro <<País de mentiras>> Editado por OCEANO 2012.
La distracción hoy en día se está absolutizando como espectáculo. La política como nuestra fe; son banales espectáculos, que sirven a los intereses de los que ostentan el poder en nuestras instituciones gubernamentales y eclesiales – religiosas.
La distracción en nuestra sociedad tiene muchas máscaras: promesas, creación de nuevas comisiones, inventar nuevas leyes y reformas, usar números y estadísticas, alardear de honestidad y de estar comprometidos con el pueblo, minimizar la real problemática de nuestra sociedad, descalificar y condenar lo nuevo y lo diferente, hablar demasiado sin decir nada, enredar con discursos falsos, tergiversar la realidad por medio de telenovelas y futbol, no dar verdadera información, decir verdades a medias, dar versiones diferentes para confundir, no llamar a las cosas por su nombre, cambiar el verdadero significado de las palabras, ponerle nombres nuevos a lo viejo (El ¿nuevo PRI?), abusar de las palabras, soltar chismes y rumores para destruir, usar doble discurso, guardar silencio… no ver ni oír. Negar las evidencias, diluir la responsabilidad. Echar la culpa a otros, apostar al olvido. Cinismo de la mentira abierta, manipular discursos, entrevistas, e imágenes. Más de lo mismo.
Ya lo sentenció el filósofo italiano Gianni Vattimo: “Estamos ante la Babel de la desinformación”.
“La civilización del espectáculo es convertir esa natural propensión a pasarla bien en un valor supremo que tiene consecuencias inesperadas: la banalización de la cultura, la generalización de la frivolidad y, en el campo de la información que prolifere el periodismo irresponsable de la chismografía y el escándalo”.
Mario Vargas Llosa <<La civilización del espectáculo>>.
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